Shout At the Devil

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Pidió ayuda de unos colegas y entre los dos chicos fuera del agua y Kado dentro, pudieron sacar a Hiroshi.
Kado estaba demasiado preocupado por el chico que olvido el daño de sus objetos personales con el agua; no sabia de donde surgía tanta angustia si tan solo habían hablado hace unas semanas, a cualquier otra persona involucrada en esa situación, de inmediato se iría dejando por su cuenta a aquel chico del cual había rescatado de la piscina y sin olvidar que definitivamente cobraría venganza por haberlo lanzado al agua.

Tenia que aceptar que Hanataro no se encontraba en las mejores condiciones, estaba demasiado alcoholizado y sin ninguna protección de parte de sus amigos, al igual que otros tantos chicos en ese lugar. El pelirrojo definitivamente no era la excepción.

De inmediato se le ocurrió llevarlo de nuevo a casa, pero no podía entregar a Hanataro a sus padres en el estado que estaba,  desarreglado, empapado y hasta el culo de alcohol. Quién sabe que otras cosas le habrían dado al pobre chico esa noche.
Lo menos que podía hacer era ayudarle a que el efecto bajara y se irían hasta que se sintiera mejor aunque eso le costara toda la noche. 

Aprovechando la cadena de favores que tenia con Courtney Jones, le pidió que le prestara uno de sus cuartos en la planta alta de la casa, ella se negaba porque le preocupaba que la habitación pudiera acabar en desastre.

No confiaba en que todo el cuarto quedara intacto, ya que obviamente el chico en la espalda del mayor, no podría estar con el estomago en calma, temía que todo terminara lleno de vomito de extraño.

Kado le rogó y su preocupación era tanta que le juró que si algo le sucedía a los muebles de la habitación, él se encargaría de reemplazarlos. 
Al final Courtney con un tanto de desconfianza, aceptó y los guió hasta uno de los cuartos de invitados.
Kado llevó a Hanataro en su espalda mientras escuchaba todas las tonterías sin sentido que decía en su oído. 

Apenas estuvieron a solas, Kado bajó al menor en la cama sentándolo en el borde y le arrojó una toalla en la cabeza para que pudiera secarse.

Kado conocía varias técnicas para que el alcohol en él bajara hasta el punto de poder regresarlo a casa como si nada hubiese pasado, pero necesitaba regresar a la planta baja y conseguir algunas cosas para que funcionara; por el contrario, Hiroshi ni siquiera reacciono a la toalla que había sido arrojada directamente a su cara, su borrosa mirada estaba clavada en sus empapados zapatos. Él apenas podía quedarse quieto, toda su cabeza le daba vueltas y se sentía incapaz de controlar sus manos para hacer tan simple tarea de secarse la cabeza.
Así que Kado decidió que no podía dejarlo ni un instante a solas o se arrojaría por las escaleras intentando bajar, o algo aun peor.
Lo mejor era dejarlo dormir tranquilamente, así lograría controlarse.

Kado estaba decidido a ayudarlo, y cuando no recibio respuesta del pelirrojo, se acercó a él y poniéndose frente a frente y comenzó con el movimiento que el menor se sentía incapaz de hacer, secar su cabello.

-No tienes que...-dijo Hanataro de nuevo incompleto. -ser esto, Kado.

-Prácticamente yo te arrastré hasta aquí. -Contestó Kado con una sonrisa en el rostro, su preocupación seguía, pero comenzaba a disminuir. -Es lo menos que puedo hacer. -Hanataro no contestó a eso, así que continuo cambiando de tema. -¿Lograste hablar con Ann?

-Creo que sí pero nada normal. -Dijo de inmediato con un tono de voz que alargaba algunas silabas incondicionalmente, clásico en estado de ebriedad. -Las perras de sus amigas no dejaban de darme vasos con no sé qué dentro. -Hipo al final y dijo levantando una ceja, se veía tan adorable que parecía que estaba haciendo un puchero. - Yo solo fui al baño y acabé en la piscina. -Hipo de nuevo interrumpiendo. -Ya no sé más.

All About Lovin' You [ESPAÑOL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora