All About Lovin' You [ESPAÑOL]

Every Rose Has Its Thorn

8 meses atrás

-La Fiscalía estatal confirmó la muerte de nueve personas tras el enfrentamiento entre civiles armados y elementos de la policía, ocurrido anoche y durante está madrugada...

Alegaba la mujer en el canal de noticias que Hiroshi ponía cada mañana mientras se preparaba para salir de casa e ir a la escuela.
Parecía que la televisión estuviera hablando sin que nadie le prestara atención, porque él le daba vueltas a la casa buscando algún desperfecto que arreglar mientras que sus padres no estaban ahí. Pero en realidad Hiroshi estaba bien atento a lo que decía aquella mujer, de verdad le importaban las condiciones de esa ciudad y mas aun la seguridad con la que el podría andar por las calles a cierta hora de la noche.
Aunque ya llevara viviendo ahí unos años, él no se sentía seguro en esa ciudad, mas con la sensación de no pertenecer ahí, por eso siempre llevaba consigo un gas pimienta. Tal vez no era lo mas efectivo a la hora de un asalto o con el encuentro de algún maleante, pero cargar con eso y dejar el temor a un lado, era mas fácil que quedarse en su casa temiendo a la ciudad.

-Fueron dos los cadáveres encontrados en terrenos fuera de la ciudad, la policía y equipo de investigación forense confirmaron la identidad de los cuerpos, una mujer de 25 años y...

Fue lo ultimo que quiso escuchar antes de apagar el televisor y salir de casa.

Era una hermosa mañana de Mayo, los arboles estaban que apenas podían dejar ver sus hojas de la cantidad de flores que tenían en ellos.
Los adultos que salían de sus casas para ir al trabajo siendo despedidos por sus parejas e hijos y algunos alumnos uniformados de otras escuelas que caminaban en grupos pequeños.
Siempre era lo mismo, pero esa mañana había algo especial que lo hacia sentir seguro.

Apenas atravesó un parque para cortar camino y poder llegar mas rápido a la siguiente calle, unas manos pequeñas lo tomaron por los hombros austandolo, rápidamente giró llevándose una grata sorpresa.

-¡Hanataro! Te e estado gritando hace ochocientos kilómetros y ahora sé por qué no me escuchabas. -Dijo ella exagerando con la distancia y arrebatandole los auriculares de las orejas, continuando con el camino. -Debes poner mas atención en donde caminas Hanataro.

-Ann, no te esperaba tan temprano, ademas -Le quito los auriculares y de inmediato los guardo en su mochila. -Con qué derecho me reclamas, tú siempre llegas tarde.

Ann Hopkins, ese es el nombre de la mejor amiga de Hiroshi y también de la chica el cual él está enamorado.
Ann es una chica inteligente y deportista, tan hermosa como el rostro de un ángel.

Sus ojos son como un par de zafiros azules con un brillo inigualable, una pequeña nariz delicada y fina, sus labios ligeramente gruesos atrapaban la atención de quien tuviera la dicha de mirarlos. Su tez marrón claro hacia juego con su cabello antes carbón, digo antes porque hace unos días que decidió teñirlo de azul cielo. Ese cambio lo hizo con la autorización de Hiroshi.

Aunque en definitiva él nunca teñiría su cabello de algún color fantasía, su pelirrojo cabello y rasgos asiáticos ya le traía los suficientes problemas, disfrutaba de verla feliz con su cambio de look.

El instituto no seria un problema. Ambos habían tenido la fortuna de ingresar en uno de los mejores bachilleratos de la ciudad y por ser publico, no tendrían ningún problema con el cabello o cualquier cosa relacionada con tu apariencia, ni siquiera tenían que usar uniformes.

-Claro claro, Señor récord perfecto en asistencias. -Dijo Ann burlándose, después lo miró y sonrió. -No te lo tomes a mal Hanataro, solo juego.

-Lo sé, pero lo que sí está mal es que continuas diciéndome Hanataro. Cuántas veces tengo que decirte, llámame Hiroshi.

Hiroshi de verdad odiaba su nombre, cada vez que la gente lo mencionaba se hacia preguntarse si fue una cruel broma de sus padres, o que tal vez ellos no consideraron que el pequeño niño Hanataro Hiroshi algún día crecería y lo molestarían por su nombre tan afeminado.
Él decidía pensar que pertenecía al grupo de personas las cuales sus padres nunca se sentaron a decidir un nombre digno para sus hijos.
Ambos continuaron caminando a la escuela, hablando de las ocurrencias de fin de semana y series que ambos veían.
Ann nunca hablaba con Hiroshi acerca de chicos que la invitaban a salir o simplemente conocidos, porque piensa que él, al ser un chico, no quiere escuchar nada de eso y está en lo correcto. Hiroshi se siente incomodo cuando ella comienza a hablar de chicos lindos y tonterías así.
¿Quién querría escuchar sobre amoríos en la vida de la persona que te gusta?