Manipulado » Hiccstrid [Adap]

Capítulo 44

Hiccup se encontraba sentado en la cama de su habitación. Tenía la mirada clavada en el piso mientras que sus oídos intentaban captar que era lo que la psicóloga hablaba con otras personas acerca de él.

Afuera de la habitación se encontraban su psicóloga y dos de los oficiales que estaban involucrados en el caso del joven.

- ¿Está segura de lo que dijo? —Dijo uno de los oficiales—. Si es verdad, eso jugará en contra en el caso.

- No, no es verdad — Dijo la psicóloga—. En todo el tiempo que he pasado junto a Hiccup sé que él no es capaz de hacer las cosas que dice. Todo es producto de la manipulación. El problema es que aún tengo que hacerle confiar más en sí mismo. Una vez que logré eso, él mismo se dará cuenta de que todo lo que dice es mentira.

- ¿Está segura? —comentó el otro oficial.

- Absolutamente. Sé que esos deseos de asesinarla son mentira. Denme un par de días más y les aseguro que él solo se dará cuenta de la verdad.

- El caso está previsto para dentro de una semana.

- Les aseguro que para el viernes estará completamente curado.

- Eso esperamos.

Los minutos pasaron hasta que la puerta de la habitación se abrió.

Hiccup alzo la mirada para ver quién era y se alegró de ver a su padre.

- ¡Papá!

Estoico le sonrió e inmediatamente se fue a sentar junto a su hijo.

- ¿Cómo te sientes?

- Bien. ¿Sabes qué fue lo que la psicóloga hablo con otras personas?

- ¿Los oficiales? No, no tengo idea. Pero supongo que tiene que ver sobre tu evolución. Recuerda que tú eres uno de los que tiene que testificar ante el jurado.

- Lo sé... —dijo el ojiverde cabizbajo—. Aun no sé de dónde sacare el valor para subir a aquel lugar. Tengo miedo.

- No —dijo abrazándolo—. Tú eres fuerte. Estas logrando salir de todo esto y no dejes que el tener que subir a un estrado te quite la fuerza.

- El tener que verlas a ellas y el recordar nuevamente todo lo que hice es lo que me da miedo. No quiero hacerlo.

- Tranquilo... aún falta para aquello. Tomate tu tiempo.

Hiccup se mantuvo un tiempo en silencio pero de pronto se separó del agarre de su padre y camino hasta llegar al escritorio de madera que había allí dentro. Abrió uno de los cajones y saco un sobre blanco. El padre del joven se mostró un tanto intrigado por aquello.

- Quiero que me hagas un favor, papá.

- ¿Qué deseas?

- Quiero que le des esto a Astrid —dijo entregándoselo.

Su padre lo observo y muy lentamente tomo el sobre blanco.

- Dile que por favor la lea. Es muy importante.

- Así lo haré.

El timbre de la casa de Astrid sonó. Inmediatamente la joven se dispuso a abrir la puerta para encontrarse frente a frente con Estoico.

- ¡Señor Estoico! —dijo sorprendida—. ¿Sucedió algo? —pregunto con nerviosismo.

- No, nada grave. No te preocupes —sonrió.

- ¿Entonces?

- Vine porque tenía que entregarte esto —dijo extendiéndole el sobre blanco.