CAPÍTULO 12

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Cap. 12

Era sábado; Amy despertó sintiéndose mucho mejor después de lo ocurrido la noche anterior; se levantó temprano y después de lavarse, se puso un pantalón corto y una camisa de su esposo que le daba a medio muslo cubriendo casi por completo la otra prenda; se la recogió un poco en las mangas y salió en dirección a la cocina

- buenos días niña – saludó Adelaide – te ves bien esta mañana

- me siento bien – dijo tomando un pan y poniéndole mantequilla – ¿crees que haya algo que yo pueda hacer en esta casa para distraerme mientras ayudo?

- puede ser – dijo la mujer luego de meditar unos segundos – primero completa tu desayuno y luego iremos al jardín

Un poco más tarde, estaban las dos ayudándole al jardinero que era el esposo de Adelaide; a recoger algunas flores; Adelaide y su marido disfrutaban viendo el entusiasmo de la joven mientras ellos le enseñaban a limpiar geranios. Amy estaba sintiéndose más que bien; ella no tenía ningún inconveniente por tomar tierra entre sus manos, ni por recoger hojas secas de entre las plantas.

Adelaide recibió una llamada a su móvil y cuando verificó, sonrió viendo que se trataba de Dave

- hola...

- no menciones que soy yo Adelaide; dime ¿Qué hace mi esposa? ¿está de jardinera?

- solo se divierte sanamente – explicó la mujer en voz baja

- ya veo; gracias por eso Adelaide; no le digas que estoy aquí, pero dile que vaya a su habitación con cualquier excusa – la mujer sonrió complacida, sabía lo feliz que estaría Amy de ver a su esposo, ya todos en casa se habían percatado que la doctora estaba completamente enamorada de Dave. Cortó y se dirigió a la joven

- cariño, dejaremos a Tom hacer su trabajo sin nuestra grata compañía; ve a tu cuarto y te lavas esa tierra y luego vienes a la sala que da al jardín del lado derecho de la casa para tomar el té conmigo

- ¿estás segura de que quieres dejar a tu esposo solo? Yo aun deseo seguir ayudándole

- mi niña, ya volveremos más tarde; necesito hacer algo en esa sala y sería muy feliz si contara con tu compañía – Amy no perdió su sonrisa, asintió y les dio la espalda

- te veo más tarde Tom; ha sido un gusto ayudarte, o al menos fingir que lo hacía

- gracias niña, nada como la grata compañía

Amy fue a su habitación y apenas hubo cerrado la puerta tras ella, supo que algo más estaba sucediendo; estaba más que segura que Dave había regresado, el aroma de su colonia la inundó, transportándola de inmediato por los recuerdos; y entonces, su esposo se presentó ante ella.

- Dave... - él la veía de pies a cabeza, saboreándola con la mirada mientras se acercaba a paso lento

- hola preciosa... estás... te ves deliciosa – dijo en un susurro llegando junto a ella y atrapándola contra la puerta, pero antes de unir sus bocas, le dijo – te extrañé

Y entonces sí, el tan esperado beso del reencuentro, llegó y los absorbió con fuerza; Dave la besaba con pasión y ella le correspondía de la misma manera; y entonces los dos por mutuo acuerdo empezaron a sacarse la ropa el uno al otro, con desesperación; cuando estuvieron desnudos, Dave solo la levantó del piso y le indicó que lo envolviera con sus piernas hundiéndose en ella sin ningún inconveniente. Tal parecía que los dos compartían la misma necesidad, el mismo fuego que intentaba devorarlos. El clímax los sorprendió a los dos al mismo tiempo, pero ninguno se dio por satisfecho; los besos y caricias se hicieron más lentos, más sensuales y sin separarse apenas, fueron a dar a la cama, donde la pasión los engulló durante mucho tiempo.

CUIDARÉ DE TÍDonde viven las historias. Descúbrelo ahora