Capítulo Siete: Memorias

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Alguna vez nos preguntamos como alguien que está roto puede romperse, es curioso al igual que la mayoría pensé que tal hecho era imposible. Siempre supe que mi salud mental jamás estuvo del todo bien desde el día que perdí a mis padres. Jamas superé mi Trauma, nunca deje ir mi dolor. El hecho que mantuviera aquella promesa de mi infancia en pie durante el tiempo que lo hice era la declaración mas fehaciente de que una gran parte de mi alma yacía enterrada junto a la memoria de mis padres. Dediqué mi vida a una cruzada eterna e infructífera. Salia cada noche con la intención de hacer lo imposible: detener dos balas. Me impuse la titánica labor de erradicar el crimen de la ciudad de mis padres. Quise construir una ciudad donde ningún niño sufriera lo que yo viví.
Mi locura enmascarada en la apariencia de un millonario filántropo y banal me permitió acercarme al mundo y sostener la mayor de mis mentiras: mi altruismo. El mundo al conocerme confundió mi instinto destructivo en alguna desviada forma de salvación, vieron en mi crueldad e imposición como los medios para la tan necesitada justicia y equilibrio. Mis horrorosos actos en contra de la escoria que solo demostraban mi inmensa ira e impotencia ante mi existencia fueron tomados como la única y posiblemente la última bandera de esperanza para una ciudad y un mundo tan dañado como yo. Al grado que fui reconocido como un héroe y he allí el error mas grande que he cometido y que nos tiene aquí: yo también lo creí, creí ser un héroe.
Junto a aquel ser que mas que nadie creyó en mi y en compañía de una semidiosa. Los tres juntos formamos los cimientos de la tan anhelada respuesta, la solución a un mundo sumido en el caos y  el dolor. Reunimos a todos los seres con dones y talentos especiales bajo nuestra tutela en aras de un mundo mas seguro, un mundo en paz. Otra gran mentira que creí.
Era el gestor de un régimen benevolente y muy sesgado. Mientras mas enemigos enfrentaba mas mis demonios gestores eran distraídos por los cada vez mas evidentes deseos del mundo de que que un bravucón patético con una sola regla fuese el mejor de su estirpe. Dicen y afirman que tomé el control del mundo pero en realidad el mundo se rindió ante mi. Me colocaron en un pedestal tan elevado que aún hoy no he podido abandonar. Mi humanidad fue tan glorificada al punto que irónicamente este rasgo se me arrebató. ¿Porque mate a los dioses de este nuevo mundo? ¿Porque erradique a los paladines de este planeta? ¿Porque rompí el único código que supuestamente me mantenía cuerdo y decente? ¿que me hizo elegir un mundo tan frío y simple en vez de uno lleno de maravillas y posibilidades? Pero mas que nada ¿porque yo sobre todos los posibles fui capaz de tal acto?
Una parte del mundo exige tales respuestas, incluso tu. Tu que a diferencia mía no eres un monstruo o un mal necesario, tu que a diferencia de mi eres el hombre que jamás seré. Y es posible que todo lo que halla mencionado lo sea, pero al ver tus ojos puedo ver lo que el mundo quiere realmente, la verdad es evidente pero no es suficiente, para ti y todo aquel que cree en mi. Mas que una respuesta desean una redención, una razón desconocida y superior fuera de la vista, como en antaño fueron mis planes y artilugios para ganar en batallas que nadie imagino superar. Te estoy arrebatando la vida y aún así tu fe sigue intacta. Descansa mi amado hijo y ten aquel regalo que se me ha negado durante todo este tiempo. Encuentra el alivio que jamás podre darte y perdona que ante todo jamás fuera el padre que necesitabas. ¡Ve al panteón donde reposan aquellos dioses que desterré mi querido Damian!

¡Bienvenidos! Es hora de afrontar aquella rencilla que hemos postergado joker. Es hora de darle fin a nuestra broma asesina.

DC's Red Hood: Holy Father  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora