Capítulo 64

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Narra Tobías

Mía y yo nos encontramos en  nuestra habitación, mientras desayunamos. Mía decide prender el botón del control retomó.

-Veamos, que hay de nuevo. Dice Mía.

-,El día de hoy, en la cárcel central de Ambervale, surgió un escape de la persona que ve en pantalla, les informamos a toda la población, que si llega a ver a este sujeto, de aviso a las autoridades de inmediato. Dice la conductora de la noticia, mientras en la pantalla pasan la foto de Alonso con ropa color naranja.

-No lo puedo creer. Pondré más seguridad en nuestra habitación y en el castillo. Esta vez, no aceptaré que pase algo malo a ti o a nuestros bebés. Dice Tobías,mientras se levanta de la silla.

-Tranquilo, no pasará nada malo. Todo estará bajo control. Ahora, vamos a terminar de desayunar, que tengo mucha hambre! Dijo, mientras como un pedazo de pan dulce.

Un poco más tarde

Nos encontrábamos en el despacho, revisando los ultimas relaciones comerciales que hemos realizado con otros reinos, una planta más abajo de nuestra habitación. Un sonido proveniente de la puerta, hace que giremos en dirección hacia la puerta.

-Rey Tobías, los trabajadores del campo lo buscan para poder terminar lo del acuerdo... Dice, nuestra secretaría.

-En un momento voy, mientras tanto ofreceles  agua o algún apetitivo. Dije, mientras firmaba el último papel.

Nuestra secretaria sale del despacho y cierra la puerta.

-Está bien, ve no te preocupes por mí. Estaré en el cuarto de los bebés, por si quieres alcanzarme. Dice Mía, mientras sale del despacho.

Narra Mía

Salgo del despacho, subo las escaleras lentamente y llego al cuarto de los bebés.
Entro en la habitación, y observó todo a mi alrededor.

-Pronto estarán aquí Stephen y Renata

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-Pronto estarán aquí Stephen y Renata... Dijo mientras me tocó la barriga.

Me acercó a cerrar una de las ventanas de la habitación y la cierro.

-Que raro... Dijo, mientras hago memoria. El día de ayer estuve con Miranda en la habitación, pero ninguna ventana estaba abierta, tal vez se me olvido.

Salgo de la habitación y me dirijo a mi habitación que no queda tal lejos, de la habitación de los bebés.
Tomó la perilla, abro la puerta y mi vista capta la imagen de una persona, que jamás pensé que volvería haber.

-No grites, no vengo a hacerte nada, encerio. Solo quiero hablar... Dice Alonso enfrente de mí.

-Esta bien... Dijo, mientras cierro la puerta.

Me dirijo a la pequeña sala que tenemos en nuestra habitación y nos sentamos.

-No te voy a hacer nada. Antes que nada, me escapé de la cárcel, para poder hablar contigo. El día de ayer, me entere que mi hermana murió y me dejo esta carta, toma leela... Dijo Alonso, mientras me daba un papel. Tomó el papel y la leo.

-Alonso, yo lo siento mucho de verdad. Dije, mientras acariciaba mi panza, a causa de que los bebés se movían.

-Quiero pedirte que nos perdones a mi y a mi hermana por todo lo que hicimos, no fue correcto. De verdad siento mucho, que matáramos a tu padre, que lastimáramos a Tobías y te secuestráramos. De verdad lo siento, y ahora estoy pagando todo. Dijo Alonso

-Claro que los disculpó y se que lo que me dices, es verdad. Tal vez, tu hermana no este aquí, pero se que te quiere. Dije, mientras posaba mi mano en el hombro de Alonso.

-Estas embarazada... Dice Alonso, mientras fija su mirada en mi barriga.

-Si, ya tienen 5 meses y medio. Serán niño y niña.

-¿Como los llamarán? Pregunta Alonso.

-¿El que hace aquí? Si no te vas ahora, llamaré a los guardias. Dice Tobías, mientras cierra la puerta de la habitación.

-No, tranquilo. El sólo vino a disculparse. Dije, mientras tranquilizaba a Tobías.

-Es cierto, ahora que están ambos  quiero pedirle que disculpen todo lo que hice y esperó que sean feliz. Ahora, me voy. Que sean felices... Dijo Alonso, mientras caminaba en dirección hacia la puerta.

-Se llamarán Stephen y Renata... Dijo, a espaldas de Alonso.

Alonso, se voltea nuevamente hacia nosotros y nos dedica una sonrisa.

-Bonitos nombres... Dice Alonso, mientras cierra la puerta.

EN UN REINO NO TAN LEJANO [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora