capítulo 9

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Capítulo 9: el lugar más tranquilo

Luego de que Mairen se fuera, decidí levantarme y salir, no me sentía cómoda allí, y aparte, el ambiente estaba completamente tenso.

—¿Dónde vas Iris?

—iré a caminar, necesito aire.

Salí de allí, necesitaba respirar, me acerqué a una ventana y miré por ella, en el jardín estaba Kerttu, parecía esperar a alguien mientras saludaba a algunos reporteros, suspire y volví a caminar hasta doblar el  pasillo, me encontré a varias doncellas quienes al verme hicieron una reverencia, les devolví el gesto asintiendo con mi cabeza y sonreí. Llegué a las escaleras y baje mientras suspiraba, una vez bajar, caminé al salón principal pero en medio trayecto, algo llamó mi atención, una voz masculina hablando, caminé y me apoye en una de las paredes mirando hacia el joven, el cual estaba de espaldas.

—Bonjour maman— habló, me asomé un poco más y escuché, estaba hablando con su madre. —Oui, tout va bien ici— respondió luego de unos segundos de silencio, empezó a caminar mientras sonreía, se giró y me vió. —Je dois partir, puis tr appelé— lo escuché colgar. —¿Alteza?

—tu parles français?— hablé en mi idioma natal y lo miré, el se quedó mirándome mientras sonreía.

—c'est comme ca— respondió asintiendo y yo sonreí, me acerqué y el me hizo una reverencia, hice lo mismo sonriendo.

—¿Su nombre?— pregunté.

—Dominic—me miró, se notaba demasiado el acento francés, eso me hizo sonreír. —Usted debe de ser la princesa Iris ¿Verdad?

—¿Acaso se aprendió los nombres antes de venir?

—sería una mala persona el no saber los nombres de las princesas del país de mi madre.

—¿Tu madre es francesa?— pregunté.

—así es— sonrió. 

—vaya, esto es nuevo— sonreí y sentí pasos detrás de mí, me gire y ví a otro joven caminando por el pasillo.

—Dominic, ¿Has visto a la princesa Kerttu?— se acercó a nosotros, me miró, rasco su nuca nervioso.—¿Interrumpí algo?

—oh, no, tranquilo, solo estábamos hablando— sonrió y me miró haciendo una señal con la cabeza.

—lamento incomodar, princesa.

—oh, no, no es molestia, Kerttu estaba en el jardín, mejor apurate o ella se enojará.

—claro..gracias— hizo una reverencia, miró a Dominic con una mirada extraña y salió casi disparado de allí, volví a mirar a mi anterior acompañante, lo miré detenidamente, sus cabellos eran rubios y ojos color avellana.

—¿pasa algo?— me preguntó.

—si..eh..ya debo irme, luego te veo— sonreí y pase por un lado de el.

—tenga buen día— escuché mientras caminaba, al llegar a la esquina y doblar me pegué a la pared, solté una risita, negué y abrí la puerta que daba al salón, entré y miré hacia los lados, mientras caminaba miraba para todos lados, el lugar estaba decorados con pinturas que anteriormente no había distinguido. La última vez que estuve aquí fue cuando tenía seis años, lo único que hacía en esos tiempos era correr por todos lados y claramente no le iba a poner atención a los cuadros.

—este lugar es el mejor si quieres estar tranquilo ¿No es así?— pregunte en voz alta sabiendo que tenía a mi abuelo a unos cuantos pasos de distancia.

—aquí, mi recamara y el jardín— se acercó a mí. —de todos ellos prefiero este lugar. Casi nadie entra aquí, al ser un lugar para fiestas o eventos importantes solo se utiliza para realizarlas.

—es tranquilo— susurré y lo miré, volví la vista al frente y sonreí. Me acerque a la ventana y miré hacia fuera, del otro lado de las rejas habían muchos reporteros y fotógrafos intentando hacer lo imposible para concegir capturar el momento entre Kerttu y el anterior chico que había visto, miré a mi abuelo. —am..no es Algo..

—¿exagerado? Oh, claro que sí, estoy seguro que alguno de ellos ha de sentirse incómodo.

—¿Por qué se está realizando esta selección si aún ni siquiera has muerto?— hablé y me gire para verlo, me pensé mejor la pregunta y lo volví a mirar. —es decir, ¿Por qué no simplemente la casan con un príncipe de otro país?

—luego de varios debates se decidió que se hiciera una selección.

—eso es estúpido— solté y tape mi boca, mi abuelo soltó una pequeña risa. —lo siento..no fue mi intención.

—ven— tomo mi mano y la puso en su antebrazo, yo lo mire y comenzamos a caminar, sinceramente no sabía a dónde me estaba llevando, pero le seguí el paso. —te mostraré un lugar en donde si deseas puedes gritar y desahogarte cuántas veces quieras.

Camino conmigo, hasta que llegamos al lugar, el me miró y abrió la puerta, extendió su mano y me hizo pasar, era una terraza bastante extensa, nunca había estado aquí.

—wow...¿Siempre ha existido un lugar así en el palacio?

—aquí traje una vez a America, ¿Que te parece?— preguntó mirándome, yo me dí vuelta y me dirigí a el para abrazarlo, el correspondió mientras acariciaba mis cabellos.

—gracias abuelo— susurré mientras lo abrazaba, estaba feliz, el me abrió la puerta a un espacio en donde podría despejarme, hablar conmigo misma y desquitarme si así lo deseaba, necesitaba poder pensar en muchas cosas que se me hacían imposible estando encerrada en cuanto paredes.

—no llores— lo escuché, me aleje levemente y seque algunas lágrimas que tenía en mis mejillas. —vamos iris, regálale una sonrisa a tu abuelo ¿Si? No me gusta ver llorar a las mujeres,  menos si son mis nietas quienes lo hacen.

Negué y sonreí, acomodé mis cabellos mientras miraba a mi abuelo, tapé mi rostro con las manos y resfreje mis ojos para así secarlos levemente, sentí unas palmaditas en mi hombro y solté una risa.

—¿Funciona?— preguntó y yo lo miré.

—si, funciona— tomé su mano y deposité un beso en ella, sonreí y el acarició levemente mi mejilla con sus dedos.

—así me gusta verte, así me gusta verlas a todas— sonrió, yo asentí. —iré a mi despacho, tengo una reunión aburrida y mucho por hacer.

—suerte— comenté mientras el sonreía y se disponía a caminar para ir a su despacho, por mi parte, me dí vuelta y comencé a caminar por la terraza, desde aquí podía ver todo, sonreí y miré al horizonte, mordi levemente mi labios y suspiré mientras cerraba mis ojos.

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