capítulo 8

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Capítulo 8: ayudando y una amenaza.

Ya habían pasado una semana, me levanté temprano, Alissa me había despertado temprano, puesto que me había pedido ayuda con algunas cosas.

—lamento esto alteza— me habló y yo la miré.

—no te preocupes, mis hermanas y yo estamos acostumbradas a ayudar a las doncellas de nuestro castillo— le sonreí mientras llevaba sábanas entre mis manos.

—¿Mairen?— la voz de Kerttu me hizo girarme y mirarla.

—buenos días primita— salude con una mano mientras Alissa ponía más sábanas sobre mis brazos.

—¿Que estás..haciendo?

—ayudo a ordenar, parece que Mary enfermo junto con un grupo de doncellas más así que son pocas hoy— explique.

—eso es verdad— la voz de Venecia me hizo sonreír inmediatamente, la miré, estaba vestida de forma casual, y con casual me refiero a una camisa roja y unos vaqueros marrones, zapatillas y su cabellos atado en un rodete. Estaba como yo, solo que yo usaba una remera azul y unos vaqueros celeste claro.

—¿Así vestidas?— preguntó de una forma bastante despectiva.

—¿Que tiene de malo?— respondió con otra pregunta mi hermana mayor.

—no parecen..de la realeza.

Venecia y yo la miramos, nos quedamos mirándola en silencio, Meg y Alissa nos observaron, Venecia sacó su lengua y la mordió en señal de que prefería callarse, tomo la canasta con las sábanas para lavar y se fue caminando de allí tirando del brazo a Meg.
Iba a hablar, pero no encontraba palabras para responder a semejante tontería por lo que miré a Alissa y comencé a caminar por donde Venecia se había ido, ella entendió y me siguió, llegamos donde debíamos, Meg y Alisson se encargaron de las sábanas.

—no puede ser tan..asi— se quejó Venecia mientras se apoyaba en una de las paredes.

—ya la conocés— suspiré y miramos a las chicas. —¿Algo más?

—estamos atrasados con el desayuno— hablo Alissa.
—cuando Mary se enferma es un caos, ella es la superiora y sabe cómo mantener el orden, pero cuando no está..

Venecia y yo nos miramos, rápidamente salimos disparadas a despertar a Caprice, Lena e Iris. Bajamos vestidas como las adolescentes que éramos, y nos dispusimos a ayudar en la cocina. Nos repartimos tareas, Lena y Caprice se encargaron del desayuno, Venecia e Iris de poner la mesa y acomodar todo mientras que yo me encargaba de lavar aquellos utensilios utilizados para preparar las cosas, terminamos y finalmente acomodamos los bocadillos en la mesa, nos quedamos mirando las cosas y soltamos un gran suspiro.

—creo que ya esta— sonrió Iris mientras caminabamos hacia las escaleras.

—¿Nos quedaremos así vestidas?

—no creo que el abuelo se moleste— comenté mira si a Venecia, está negó y sonrió. Fuimos hacia la cocina para fijarnos que todo esté en orden y cuando abrimos la puerta de la sala, absolutamente todos levantaron la mirada, caminamos hasta sentarnos en nuestros lugares.

—¿Necesito una explicación?— preguntó el abuelo mientras nosotras reíamos.

—no creo que sea necesario.

—entonces no he de preocuparme, supongo— sonrió. Con su dedo índice tocó la punta de su nariz mientras miraba a Iris, la miré, está se estaba lavando con una servilleta un poco de harina que tenía en la punta de la nariz.

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