capítulo 10

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Capítulo 10: Mary y ayudas.

Podía escuchar mi eco, la sala en donde estaba era de las más grandes del castillo, era tan tranquila que allí podía cantar sin ningún problema, después de lo que nos dijo Kerttu creo que necesitaba desahogarme, me calmaba el hecho de que mi hermana Caprice estaba conmigo, ella bailaba siguiendo un ritmo que ella marcaba con mi voz.

Sonreí mientras la miraba, era tan delicada al hacer lo que a ella le gusta —cabe recalcar que ya nos habíamos puesto nuestro vestidos habituales—. Ella de vez en cuando me miraba, por mi parte cantaba para que ella siguiera su danza. Miré el espejo que en el cual ambas nos reflejabamos, detuve mi canto y Caprice extrañada me miró.

—¿Que pasó?¿Estás bien?

—sí, solo que, creo que tenemos espectadores— miré a Caprice, ella se dió vuelta y miró a la puerta, allí, habían dos jóvenes, uno de ellos estaba apoyado en el contorno de la puerta, con sus brazos cruzados y con una pequeña sonrisa en sus labios,en cambio el otro se encontraba parado a un lado de el, mirándonos de una forma divertida.

—¿Se les ofrece algo?

—no realmente, solo pasábamos por aquí cuando escuchamos una dulce voz— hablo el de cabellos rubios. —cuando nos asomamos nos encontramos con una grata sorpresa— sonrió.

—es de mala educación espiar a las damas— habló caprice poniendo las manos en su cintura mientras los miraba con una sonrisa burlona mientras los miraba. —¿Sabían eso?

—¿Ustedes son damas?— la voz del de cabellos oscuros se hizo escuchar, este miró a Caprice de forma divertida, mi hermana solo sonrió y desvío la mirada.

—claro que somos damas, solo que, nos gusta hacer locuras.

—eso lo hemos visto en el desayuno, parecen ser una familia bastante divertida— el de cabellos claros se acercó a mí y me miró. —parecen humildes, después de lo que vimos en el desayuno de hoy.

—solo ayúdamos, no todas las princesas se dedican a vagar por los pasillos y quejarse de sus zapatos

—si usaramos zapatos— le respondí a Caprice y sonreí, ambos nos miraron extrañados y nosotras levantamos nuestros vestidos, mostrando que estábamos usando zapatillas.

—son medio doble de riesgo parece— comentó uno de ellos, eso nos hizo reír y nos miramos, luego a ellos.

—¿cómo son los nombres de estos caballeros?

—soy Anthony— respondió, ese nombre quedaba perfecto para el, sus ojos eran de un celeste oscuro y su cabello era oscuro, era muy parecido a Caprice, eso me hizo mirarla, parecía estar perdida en el chico ante ella.

—mi nombre es Caleb, un gusto conocerlas, damitas— hablo con algo de burla en su voz, yo sonreí.

—soy Lena y ella es mi hermana mayor Caprice.

—que bonitos nombres tienen— comentó Caleb. —¿Podemos quedarnos aquí?

—pues..— dude por un momento.

—claro que si.

Miré a Caprice, Ella estaba bastante emocionas con la presencia de ambos jóvenes, volví la vista hacia ellos y algo insegura asentí.

—necesitaran música— escuchamos a Venecia y la miramos.

—¿Vene?

—¿Qué?— sonrió, levantó su violín hacia su hombro, me miró, yo le sonreí y asentí, empezó a tocar, sonreí más al saber que era una canción que mamá nos cantaba de pequeñas, comencé con mi acción, ambos jóvenes se sentaron a una distancia en la que podía ver. Caprice comenzó a bailar, con el pasar del tiempo, varios jóvenes más llegaron a la habitación al escuchar la melodía que junto a Venecia, lograbamos.

—¡No Bailén sin mi!—la voz de Mairen se escuchó, la miré, su vestido era uno blanco muy bonito y accesible para la danza, ví a Venecia sonreír mientras comenzaba nuevamente cn lo mío, ví como Mairen dió un pequeño salto para luego comenzar a bailar junto a Caprice, las miré al terminar la canción y sonreí. Nos aplaudieron y nosotras hicimos una reverencia.

Nos dimos cuenta, de que el abuelo Maxon y la abuela América nos estaban viendo, y más sobre todo, que los chicos —los veintisiete— estaban en la sala junto con Kerttu, quién obviamente nos miraba mal.

—¿Podría la joven Venecia tocar algo más?— preguntó Eikko, miré a mi tío y luego a Venecia, ella asintió, comenzó a tocar.
Miré  bailar a mis hermanas, cuando volví la vista, Venecia me me sonreí, le entendí casi al instante y me puse manos a la obra.

La hora del almuerzo finalmente llegó, la sala en donde estábamos se llenaba de energía, al parecer habíamos causado ser —una vez más— el centro de atención. Mientras comía suspiré.

—Qué hermosa voz tienes Lena.

La voz de la tía Eadlyn me hizo levantar la mirada y asentir, ví llegar a Melissa, una de mis doncellas, está se encargó de los postres, lo cual me extraño.

—¿Melissa?¿Ocurrió algo?— pregunté.

—oh, no alteza, solo me han mandado a mí ya que están cuidando a Mary.

MARY. lo había olvidado por completo y parece que el resto de mis hermanas también, nos miramos.

—¿Cómo está Mary?— preguntó América mientras miraba a Melissa.

—pues...ha pedido que llamarlos a lucy para con la ayuda.

—¿Lucy?— preguntó América mientras yo solo contemplaba.

—así es alteza, mientras ella esté enferma, tal vez lucy pueda ayudar a organizarnos, eso ha dicho Mary..— comentó algo desanimada. —el invierno fue duro este año, y Mary ha tenido que esforzarse mucho con los preparativos de esta nueva selección.

—dile que pasaré a tomar un té con ella por la tarde ¿Si?

—claro alteza— asintió, hizo lo que debía y se retiró, miré a mis hermanas nuevamente, chocamos miradas.

—¿Qué les pasa a ustedes ahora?

La voz de Kerttu nos hizo mirarla de una forma bastante sería ante esa pregunta.

—Mary está enferma, debemos ayudar a los demás.

—¿Por qué deberían ayudar?— volvió a preguntar mientras nos miraba.

—ellos trabajan para nosotros, como agradecimiento a eso, deberías trabajar para ellos, ayudándolos, por dios, Kerttu estamos hablando de personas— habló Venecia indignada por el comportamiento de la chica, yo la miré.

—¿Enserio van a ayudar?— volvió a preguntar, nos miramos,  noté la mirada de maxon en Venecia, mi hermana parecía que iba a explotar. —¿Que clase de princesas son?

—las que nuestro padre Ahren, nos ha enseñado a ser— soltó Venecia de forma sería, tanto, que daba miedo. Kerttu al momento entendió que realmente iba en serio, guardo silencioso. —tía Eadlyn, por favor, intenta hablar con Kerttu o que Beatrix le expliqué algunas cosas sobre..el ser princesa, Permiso.

Miró al abuelo y a la abuela, les hizo una reverencia y luego hizo lo mismo con los jóvenes y simplemente desapareció por la gran puerta. Venecia tenía una sutileza increíble ante momentos así, Iris ya la habría insultado, me agradaba saber que se contenía y que lo hacía muy bien, en cuanto a Caprice, Cuando la miré ella simplemente  continuó almorzando con la cabeza gacha, Mairen hizo lo mismo y yo simplemente volví mi vista al plato, los murmullos entre los demás volvió, miré a mi tía Eadlyn, ella estaba bastante inquieta, de hecho se levantó de la mesa minutos después de que Venecia se había ido.

—¿Has notado eso?— le pregunté a Caprice.

—si, ¿Qué piensas que esté pasando?

—no se realmente..¿Creés que nos tengamos que volver a casa?

—seguramente— contestó y asintió.

El silencio entre nosotras volvió y nos dedicamos a comer, preocupadas por cualquier cosa que tenía planeado hacer Eadlyn.

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