Hora del crimen

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11:27pm, sábado 11 de diciembre.

Esa misma noche, después de que Loren se haya enterado de las intenciones de Leena y Caroline, ella toma el teléfono y marca el número de la casa de Daisy, la hermana de Diane, para comunicarse con Kate e informarle lo que estaba sucediendo.

La noche estaba muy tenebrosa, pues no paraba de llover, enseguida una ola de granizo empezó a golpear las puertas y ventanas de la casa.

Cuando Loren estaba marcando, de pronto las luces se apagan; se había ido la energía eléctrica.
Pero esto no pasó por la fuerte lluvia, es mas, no había tanto viento como para que esto pasara.
La verdad, es que Leena fue quien provocó tal apagón; controlando el switch, así evitando que Loren haga la llamada.
Cuando la empleada se encuentra en plena oscuridad, ella sólo escucha algunos pasos detrás de ella, pero al no haber iluminación, no tiene idea se quien se encuentra allí.
Tras un fuerte relámpago, su luz cegadora y brillante ilumina ese espacio de oscuridad y ¡Loren logra apreciar el rostro de Leena!

-¿Mía? ¿eres tú? estás de pie... Entonces... ¿puedes caminar? ¿y tampoco eres ciega?
Pregunta, y a la vez, exclama Loren, pues está impactada al ver que la dulce Mía solo fingió su invalidez y ceguera, así como fingió ser una niña dulce.

-No finjas, Loren. Sabes muy bien que yo no me llamo Mía, yo soy Leena Klammer. Tú ahora lo sabes todo.
Dice Leena, con una voz escalofriante.

Loren solo gira la cabeza e intenta correr; Leena le lanza un vaso de cristal y la chica cae al suelo. Aún sigue viva. Pero está sangrando de la frente.
Leena la toma del cabello y le implora que repita lo que ella escuchó en la tarde, cuando conversaba con Caroline.

-¡Nadaaa! ¡yo no sé nada, Míaaa! ¡déjame en paz!
Grita Loren en desesperación.

Leena agita la cabeza se la joven y la golpea en el suelo, volviendo a implorarle que le confiese.

Loren al fin dice lo que Leena quería escuchar.

-¿Así que querías llamarle a Katelyn Coleman para delatarme, no?
Dice Leena, con rabia.

-¿Quién es Katelyn?
Pregunta Loren, entre lágrimas.
-¡Es el verdadero nombre de Jane! Se llama Kate Coleman y su hija es Maxine, ellas dos fueron mis víctimas hace años, yo asesiné a su marido y a su hijo, quien tuvo una muerte lenta.

-¿Entonces tú eres Leena Klammer, la mujer que le arruinó la vida a esa pobre madre y a su hija?
Menciona Loren casi en agonía.
-¡Siii! Esa misma soy, y ahora tú ya sabes mi secreto, y tampoco soy una niña para no darme cuenta de las cosas. Adiós Loren.

Leena toma del cuello a la joven agonizante y la empuja por las escaleras, ésta cae y no resiste el golpe, comienza a sangrar demasiado hasta que pierde la vida.

Leena, al ver el cadáver, sonríe y regresa a la habitación de huéspedes, pues la que compartía con Max estaba cerrada.
Leena despierta a Caroline y le pide que la ayude a deshacerse del cuerpo de Loren.
Leena empieza a cortar partes del cuerpo de la chica muerta y las inserta en una bolsa negra para basura. Ella decide quedarse con una mano, la mano con la que Loren sostenía el teléfono, ella sólo lo arrancó y lo puso en su lugar, pero la extremidad, la conservó en una caja que llevaba entre sus pertenencias.

Caroline llevó la bolsa con restos humanos a un estanque que estaba cerca de la mansión.

A la mañana siguiente, Zoe, otra de las empleadas domésticas de allí, estaba buscando a Loren, para que la ayude en los quehaceres, pero no logra encontrarla.

Max sale de su habitación extrañada, pues Loren le había dicho que ella le indicaría cuando salir, pero nunca llegó a decirle.

En la mansión, se ha confirmado que Loren está desaparecida, pues nunca avisó tener un compromiso para salir o escapar. Simplemente, nadie la ha visto.
Caroline pasa por el corredor llevando a Leena en la silla de ruedas, pues ella aún sigue fingiendo.

-Señorita Caroline, ¿usted no ha visto hoy a Loren?
Pregunta Zoe.

-No, no la he visto esta mañana, me parece extraño.

Zoe sólo se retira, no sospecha nada de ellas.
Pero Max, está totalmente convencida de que ellas tienen algo que ver con la repentina desaparición de la empleada.

Max pone una mirada amenazante y resentida hacia Caroline, pero sobre todo hacia Leena.
-Se van a arrepentir, nunca podrán con nosotras.
Menciona Max, pues sabe que Caroline comprende el lenguaje de señas.

Leena logró ver lo que ella dijo, pero no hizo nada al respecto, pues aún no quería hacer nada en contra de ella, hasta que llegue el momento.
Max se da la vuelta y se vuelve a encerrar en su habitación.
En realidad, ella no la reconoce aún como Leena Klammer pues ésta tenía unos lentes oscuros y grandes que jamás se quita, para evitar un descubrimiento. Al igual por el cabello falso, y un poco de maquillaje que la hace lucir como otra persona.

Por lo tanto, pasan las horas y nadie sabe nada sobre Loren, quien en realidad fue asesinada la noche anterior en esa misma mansión.
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-CONTINUARÁ...

La Huérfana 3: El origen de Leena Klammer Donde viven las historias. Descúbrelo ahora