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LUNES, 07:43 AM.

—If I was your boyfriend, I’de never let you go… —el canto del rubio se escuchó por el apartamento. Estaba totalmente sumido en el papel cuando giro sobre su eje y el frasco de aceitunas cayó al suelo, haciendo añicos el vidrio y el contenido se esparciera por toda la superficie de la cocina. Miró pasmado la escena, obviamente él no tocó el frasco. —¡Jisoo, llama a los jodidos Winchester!

—¿Qué demonios, Taehyung? —exclamó la pelinegra entrando al lugar, miró el desastre y enseguida alzo una ceja mirando a su compañero de piso.

—Yo no fui, lo juro —habló alzando el cuchillo lleno de mayonesa. —Estaba haciendo un sándwich y eso se cayó, solo.

Dio un paso atrás con un rostro impregnado de terror, digno de una fotografía. Estaba aterrorizado por el suceso paranormal que presencio.

—Te creería si no te hubieses pasado toda la madrugada viendo Supernatural, pero como fue así, no te creo —le dijo yendo al refrigerador y sacando el cartón de leche, bebiendo directamente.

—En mi defensa diré que gracias a ello sobreviví Los Ángeles —mencionó cerrando el sándwich después de ponerle queso y jamón. —Ojala Dean y Sam me enseñaran matemáticas así como me enseñan a cazar demonios y me enseñaron inglés.

La chica bufó, divertida por el comentario del rubio. Se hubiera reído, si no estuviese tan ocupada pensando en volver a su cama. —¿No deberías estar en la escuela o algo así?

—Me he quedado dormido y Jackson se ha ido sin mi, ese maldito —murmuró con recelo. —Ahora tengo que caminar y llegar temprano porque sino Jeu seguro manda a detención. Jodidas matemáticas.

—Suerte —le dijo la pelinegra antes de salir de la cocina con el cartón de leche entre manos.

Kim Jisoo, la chica que es feliz pasando el día en su habitación a oscuras. Nunca tenia ganas de nada, trabajaba cuando necesitaba dinero, nunca salía con amigas, no iba a fiestas y era feliz leyendo algún manga o viendo un drama. Tae era casi una Jisoo 2.00 pero menos depresivo. Mucho menos.

Terminó su sándwich de un tercer bocado y guardó todo lo que usó, limpiando el desastre que aquel espíritu malvado había causado en su cocina. Salió de su edificio y comenzó su camino al instituto, haciendo una mental para no olvidarse de comprar sal. No necesitaba mas es fantasmas rondando por su casa.

Tan normal.

Kim Taehyung no era, claro estaba, el prototipo de chico popular, ni de nerd, ni de chico malo. Ningún estereotipo encaja bien con su personalidad o modo de vida. Solo era Kim Taehyung, un chico que estaba ahí porque el destino así lo había decidido. Su vida era cero interesante.

Después de un año de estar en el extranjero, él deseaba con todas sus fuerzas regresar a Corea del Sur. Cuando se lo pidió a su padre, éste casi le festeja; el rubio sabia que su progenitor no lo quería en su hogar, así que al ver el provecho que podía sacarle a eso, le dijo que se iba, a cambio de ser ayudado económicamente. Su padre no se lo negó, después de todo Tae podría demandarlo por abandono y saldría peor. Apenas hubo un vuelo disponible, él ya estaba sobre tierras asiáticas de regreso y viviendo sin la preocupación de tener que conseguir un trabajo y enfocándose en sus estudios.

Conoció a Jisoo y a Jackson por internet, ambos buscaban un compañero de piso para la habitación restante del departamento; Taehyung no dudo en contactarse con ellos, desde su punto de vista seria mas fácil porque así compartían gastos.

cliche .kookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora