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LUNES, 06:47 AM

Taehyung soltó un largo suspiro y guardó su celular en el bolsillo de su chaqueta cuando terminó de responder los mensajes de parte de su padre, se recargó en el respaldo de la banca y miró a sus cuatro amigos. Todos esperaban el inicio de las clases en el patio delantero de la escuela mientras conversaban de temas a los que él no estaba poniendo atención.

—Creo que Sehun se lució como anfitrión —fue lo que escuchó cuando pensó que debía introducirse a la platica para dejar de parecer un muerto viviente entre sus amigos. —Quiero decir, fue una buena idea hacerla en un fraccionamiento de riquillos que no van a esas casa, si no hasta vacaciones.

—Si, pero no sirvió de nada, si lo pensamos —habló Rosé mirando a Jimin -supuso Tae, pues ésta cargaba lentes de sol para ocultar sus ligeras pero marcada ojeras debido a la falta de sueño-. —… No fueron los vecinos quienes lo arruinaron, fue la pelea.

—Es cierto… apenas se estaba poniendo buena la fiesta y llegaron los Yakuza —comentó Lisa y miró a Tae por apenas un segundo de reojo. —Me la estaba pasando bien.

Taehyung deseaba compartir el sentimiento de Lisa. Pero fue horrible desde su punto de vista. Había pasado tanto tiempo pensando en esa fiesta y estaba cansado ya de ello, porque si lo recordaba, recordaba a Jungkook y si recordaba a Jungkook, recordaba su separación con él y le dolía. Jodidamente le dolía. Lo extrañaba como el mismísimo infierno extrañaría a Satán si éste se fuese de allí. Sentía un extraño y doloroso vacío en su interior, un nudo en la garganta y una ansiedad que le revolvía el estomago y él solo quería que se detuviera, pero quería que eso pasara de la manera más saludable posible, por ello agradecía que Jungkook estuviera cumpliendo el trato de darle un poco de tiempo y espacio.

No estaba en sus planes depender emocionalmente de alguien, no de nuevo.

—Yo también —dijo Jimin y apenas recordó algo de golpe, empezó a reír como desquiciado, haciendo que sus amigos lo miraran confundidos. —Debieron estar ahí para ver a Rosé… —la chica deslizó lentes de sol hasta la punta de su nariz y miró a Jimin con los ojos entrecerrados. —Tuvo mil y una propuestas y todas, ¡todas! las rechazó.

—No estaba en mi modo —se justificó simplemente la chica.

—¡Lo noté, joder! —exclamó Park y Tae no pudo evitar sonreír al ver que su mejor amigo lucia tan radiante. —No saben las ganas con las que deseo haber tenido una cámara para grabar el momento en el que un chico llegó con nosotros mientras bebíamos algo y le dijo: "¿Por qué tú y yo no salimos de aquí para que así puedas sentarte en mi cara, preciosa?" mi reacción fue épica, pero yo casi muero cuando ella le dijo: "¿Por qué habría de pasar eso? ¿Acaso tú nariz es más grande que tu pene?".

Jimin siguió carcajeándose mientras recargaba su cuerpo en el de Lisa, quien abrió los ojos sorprendida, mirando a Rosé: —¿Es en serio? ¿De verdad hiciste eso? ¿A quién fue? —preguntó y tampoco pudo evitar reír por ello, Rosé se ajustó los lentes y se encogió de hombros.

—No tengo idea. Solo un imbécil que no aceptó un no por respuesta porque siguió preguntándolo unas diez veces más.

Pasó un apenas un minuto de silencio cuando Lisa dijo: —Aun no me creo lo de la pelea —dijo y fue bueno que nadie la mirara, porque su mirada insistente sobre Taehyung era tan notable. —Fue súper random.