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SÁBADO, 23:45 PM

Todos sus instintos le decían que se tranquilizara, que ignorara la ansiedad dentro de si mismo y que se concentrara en los apuntes que intentaba leer. Pero el solo recuerdo de Jungkook estrellando una botella el vidrio en la cabeza de aquel chico lo dejaba sin aliento y aunque el recuerdo lo asustaba, no podía dejar de pensar en lo mucho que extrañaba a Jungkook a su lado. Pero no quería, no quería eso de nuevo.

Taehyung había estado ignorando a Jungkook. Evitarlo le parecía la mejor opción para obtener tiempo y así lograr aclarar sus ideas, pero comenzaba a entender que la insistencia era algo que caracterizaba a Jeon Jungkook porque aunque le había dejado claro que necesitaba estudiar, el mayor le dijo que estaría en su casa antes de media noche y Tae supo que no tenia caso discutir eso porque Jungkook iría de cualquier forma.

Impaciente, se puso de pie y caminó de un lado a otro en su habitación. Suspiró expulsando cualquier pensamiento y puso su mente en blanco para intentar parecer más relajado cuando escuchó que tocaron la puerta del departamento y a alguno de sus amigos -Jackson seguramente, porque Jisoo no se levantaría del sillón ni de broma- abrir, dándole el paso a quien sabia era Jungkook.

Pronto la puerta de su habitación se abrió y el mayor entró sacándose la chaqueta. Se miraron por lo que pareció una eternidad de tiempo hasta que Jungkook bajó la cabeza, mirando sus pies y jugando con ellos, pidió con voz suave: —¿Me das un beso?

Y Taehyung supo en ese instante que su cordura solo podía perderla si era por Jeon Jungkook. Y odió que fuera así.

Sintió un poco de pena por si mismo debido a la manera en la que se apresuró hacia el castaño; se puso ligeramente de puntillas para alcanzar a juntar sus bocas, pareciera que estaba tan necesitado por los toques, caricias y abrazos que sentía que solo Jungkook podía darle. Jungkook rodeó su cuerpo con sus brazos, entrelazando sus dedos detrás de su espalda mientras que él aferró sus manos por detrás de su cuello.

Cuando por fin tuvieron que separarse por falta de aire, sus frente se detuvieron una con la otra y fue cuando Taehyung abrió los ojos y entonces notó la hematoma purpura en la mejilla de Jungkook. Suspiró recordando todo y soltándose del agarre del mayor, dio un paso para atrás. Su mano se estiró a la altura de la hematoma y las yemas de sus dedos pasaron delicadamente por el zona golpeada, recibiendo un quejido ahogado de su parte.

—¿Podemos terminar esto ya? —dijo Jungkook cuando Tae dio un paso más para atrás y lo miró directamente. —Solo hay que discutir de una vez y luego podamos dormir.

El rubio alzó una ceja. —No quiero discutir.

—Si, si quieres —replicó, sabiendo de sobra que Taehyung estaba por darle un sermón que ni siquiera su mamá le había dado en toda su vida. —Tienes esa mirada en tu rostro que me lo dice. Dirás algo como: "Tienes que dejar de entrar en peleas, Jungkook". Entonces yo diré: "No quería que vieras lo que pasó" y tú dirás: "Pero lo vi y quiero que pares". Y yo diré: "Está bien. Pararé" y solo entonces podremos dormir.

Taehyung rio sin gracia. Bien, ahora si tenia ganas de discutir. Miró incrédulo a Jungkook, el castaño no parecía inmutarse de la gravedad del asunto, había hablado con tanta indiferencia, como si el tema no le importara o estuviera cansado de hablar de ello.

—Jungkook, reventaste una botella de vidrio en la cabeza de un chico —le recordó porque aparentemente hacia falta.

—Pero fue en defensa propia —se justificó.

—¡Podrías haberlo matado! —exclamó Tae al borde del colapso. —¿Acaso no entiendes cuan serio es eso?

—Eres tú quien no entiende la situación, Taehyung —le dijo lanzados el cabello para atrás. —Ese chico es un idiota y él y  sus amigos golpean personas sin motivo alguno, solo por diversión. Alguien tenia que pararlos.