Monster [KingBooigi]

-Sue≅0s-

Era el día de descanso de los hermanos, cosa que se daba muy pocas veces en el tiempo ya que siempre pasaba cualquier cosa (secuestros sobre todo) lo que les impedía descansar.

Siendo principios de primavera con un tiempo suave y tranquilo y siendo uno de sus pocos días de verdadero descanso ambos habían decidido no hacer ningún plan, simplemente estar relajados sin hacer nada.

Ya que a veces parecía que cada vez que ponían un pie fuera de la casa llegaban todos los problemas de golpe. Aunque a veces no hacía falta ni que salieran.

- Suena el teléfono.- Comentó el menor que estaba sentado junto al mayor en el sofá de su casa.

- La última vez contesté yo.- respondió medio dormido el mayor mientras se acurrucaba en una manta.

- Y yo he hecho el desayuno. Además lo más probable es que sea una invitación al castillo para tí.

Cuando su hermano se levantó de un salto Luigi supo que lo que en verdad lo había convencido era la posibilidad de que Peach le invitase a comer un pastel ya que éste se limpió la comisura de los labios de la cual había escapado un poco de saliva.
- Vale, está bien. ¡Ya va, ya va!

El mayor desapareció durante un rato y cuando volvió se había vestido y se estaba poniendo las botas soltando un suspiro.
- ¿Qué ha pasado?- preguntó el de verde con curiosidad.

- Han llamado de la fábrica de juguetes. Donkey Kong ha vuelto a hacer de las suyas y ha robado todos la producción de muñecos del mes.

- ¿Necesitas ayuda?

- En realidad creo que ésta vez acabaré rápido. Después de hablar con la fábrica recibí la llamada de Pauline diciendo que DK estaba saltando por los rascacielos de su ciudad. Además con que uno de los dos desperdicie su día de descanso ya es suficiente.

- Gracias por tu consideración querido hermano mayor.- dijo de forma irónica haciendo al contrario reír.- Te mereces un gran pastel por tu gran hazaña.

- Te tomo la palabra.- respondió conteniendo la risa haciendo ver al menor que hablaba en serio.- Volveré mañana.

- Está bien. Que te sea leve.

Con su hermano fuera de la casa, el menor fue a la cocina y pasó gran parte de la tarde preparando un pastel de crema de fresa con nata y cuando al fin estuvo lista cortó un trozo para llevárselo y comérselo en su cuarto.

Polterpup entró atravesando la pared de su habitación, sobresaltándolo con su repentina aparición, recorriendo a saltos por todas partes para acabar subiendo sobre él para lamer su cara dejando caer en su regazo un palo de madera.

El menor se rió acariciando al pequeño cachorro fantasmal con cariño. Como su miedo era fingido no era un problema para él tenerlo como mascota.

De pequeño aquel miedo a todo tipo de terror sobre todo al mundo de los espíritus si fue real pero con la edad se transformó solo en cautela y finalmente desapareció.

Pero era más fácil seguir fingiendo ese miedo que enfrentarse a la realidad por el cual evitaba acercarse a ellos...

Miró el palo que le había traído mientras movía la cola, sabiendo que quería jugar con él, abrió la ventana y lo lanzó mientras el cachorro saltaba detrás de ella.

Un rato después el perro volvió con una flor que dejó sobre el suelo de la habitación del fontanero y salió corriendo. Volvió poco después, aquella vez parecía que llevaba unas llaves que dejó en el mismo sitio que la flor y salió de nuevo.

Cuando Luigi se dió cuenta de lo que pasaba decidió rendirse, cuando Polterpup empezaba a traer cosas no paraba, así que decidió irse a dormir de una vez y devolver las cosas a sus dueños por la mañana.

Aquella noche soñó de nuevo con él.

Todo fue normal como todos los días, hasta que llegado un momento pasó algo extraño.

El tiempo pareció detenerse, pero no fue solo eso. Todo comenzó a oscurecerse y notó algo moverse tras él pero cuando trato de girarse para verlo fue como si no pudiese controlar su propio sueño.

Lo intentó todo, de gritar, de alejarse, de despertarse como fuera pero nada parecía funcionar.

Hasta que llegado un momento aquella sensación desapareció así como la sombra, y el sueño continuó desde donde se había detenido como si no hubiera pasado nada.

Sin que la persona que lo soñaba pareciera recordar que aquello había pasado.

(...)

"Vaya, qué interesante. De lo que se entera uno viendo los sueños de los demás. Creo que me voy a divertir bastante con esto..."