-P!anes-

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Antasma esperaba impaciente las noticias de sus espías infiltrados que llegaban varias horas tarde. A esas alturas pensaba que hubiese sido mejor preguntar directamente al fantasma pero no quería que empezase a sospechar que había algo más tras su "apuesta".

Un rato más tarde los tres pequeños Boo's aparecieron haciendo bromas y riendo delante de él.
- ¿Les importaría dejar de perder el tiempo?

- ¡Sí mi capitán!- hicieron un saludo militar entre risas.

Antasma negó con la cabeza ocultando una ligera sonrisa, de verdad se sentía como el tío de aquellos pequeños y le encantaba seguir con sus juegos.
- Está bien soldados. Informe de la situación.

- Bueno. Mario, Peach y Bowser se han encerrado en sus respectivas casas. Todos los Boos lo han aprovechado para salir a hacer travesuras así que el único que ha quedado en la mansión es el rey.

- Bien. Con Mario y los otros fuera del camino la segunda parte del plan va bien. Bien hecho chicos.

El mayor de ellos rió.
- Por curiosidad. ¿Cómo hiciste para que les haya pasado eso a los tres?

- Con ayuda del bufón. Pero no sabe el verdadero motivo, le dije que era para molestarlos y como les odia a los tres se apuntó enseguida.

- Creo, es que decir, creemos que estás arriesgando mucho metiéndolo en el plan. Es muy impredecible y un traidor reconocido.

- Repito, no necesito su opinión, solo su información. Ustedes sigan con su trabajo, lo tengo todo controlado.- aseguró el conde, pero los tres se miraron sin tenerlo demasiado claro.

- Esto no es un trabajo, no nos pagas.- dijeron los tres a la vez con un ligero puchero.

Antasma quiso replicar pero entonces se dió cuenta de lo que querían y soltó un suspiro sacando unas monedas de su capa para dárselas.
- Ustedes son peores que Hacienda. Aunque supongo que el amor por el oro les viene de su rey. Venga, ahora vayan a vigilar.

Los dos mayores enseguida se fueron corriendo pero el más pequeño se quedó quieto frente a él.
- ¿Por qué haces esto?- preguntó con una mirada inocente y curiosa mientras Antasma lo miraba nervioso prefiriendo evitar contestar a aquello.

- ¡Vamos Ben!- Le llamaron los mayores por lo que se marchó sin obtener respuesta.

(....)

Luigi estaba un poco preocupado por su hermano, cuando llegaron a casa después de haber rescatado a la princesa se había encerrado en su cuarto y solo salía para comer.

El timbre de la puerta lo sacó de sus pensamientos por lo que dejó los utensilios de cocina y apagó el fuego para continuar haciendo la comida más tarde.
- Hola Daisy. Oh, y Rosalina. ¿A qué se debe vuestra visita?

- Queremos hablar contigo.- dijo la morena mientras saludaba.- ¿Dónde está Mario?

- Arriba en su cuarto. ¿Queréis que lo llame?

- No, mejor que él no sepa nada. Ven con nosotras.- Cogió su gorra verde y salió fuera de la casa con ellas cerrando la puerta con cuidado para no alterar a su hermano.

Rosalina fue la primera en hablar informando al menor.
- Esta pasando algo muy raro y necesitamos tu testimonio para corroborar que no es nuestra imaginación.

Daisy asintió a lo que había dicho la otra princesa.
- Yo hoy fui a ver a Peach y lo que vi me asustó mucho. Estaba muy torpe y nerviosa, y Toadsworth se estaba desesperando por ello lo cual no la ayudaba mucho. Pero no la he visto comportarse así en la vida.

Monster [KingBooigi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora