-In¢omodidad-

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El conde se encontraba dando vueltas asimilando aquello que había leído. Nada tenían que ver lo que acababa de leer con lo que había visto en los sueños del rey y eso lo había confundido ligeramente en si todo iba a salir bien.

Se asomó por la ventana para tomar aire vió algo que realmente no esperaba ver en aquel momento.
"Parece que la diversión va a empezar antes de lo previsto"- sonrió alegrándose de que su plan estuviera funcionando tan rápido.

- ¿DÓNDE ESTÁ?

La pesadilla pegó un salto en el sitio mientras intentaba rápidamente que no pareciera que había tocado algo.
- Demonios Boo, casi me provocas un infarto. ¿Dónde está quién? ¿Qué pasa?

- ¡Ese maldito chucho! Ese chucho fantasma se ha llevado mi corona y ha desaparecido y no hay manera de encontrarlo.

- Tranquilo, si yo ya me iba. Ya hablaremos en otro momento.

- No, espera. Al menos ayuda ya que estás aquí.

La pesadilla volvió a pensar, en realidad no se quería perder lo que estaba a punto de pasar.
- Bueno vale. Yo ayudo a tus secuaces a buscar por los pisos de arriba que son más grandes y tú vas por los de abajo.

Antes de que el rey pudiera siquiera responder el conde ya estaba saliendo del cuarto.

En aquellos momentos el de verde se encontraba frente a la puerta de entrada de la mansión con la versión original de la Poltergust que guardaba en su casa como defensa pese a no estar seguro de que aún funcionase.

Sacó de su bolsillo las grandes llaves que había encontrado en el montón y las introdujo en la cerradura, lo cual hizo que ésta se abriera al momento.
Entró en la mansión que se encontraba extrañamente vacía y nada más cruzar el umbral la puerta se cerró tras él.

Justamente entonces el rey recorría las habitaciones del primer piso tratando de localizar con su magia a aquel cachorro fantasma que de alguna forma siempre lograba burlar la seguridad.

Los ruidos provenientes de la entrada principal llamaron su atención y se dirigió de forma sigilosa al lugar.

King Boo oculto a la mirada de cualquier ser vivo con sus poderes y se sorprendió al ver al menor de los hermanos en el último sitio en el que esperaría encontrarlo.
"¿Qué está haciendo aquí?" Apunto estuvo de saltar y encerrarlo al instante en un cuadro debido a lo furioso que estaba, cuando recordó la apuesta, por lo que tomó aire para tranquilizarse y pensó en qué hacer.

Luigi continuaba comprobando la gran entrada buscando la forma de volverla a abrir cuando una voz grave muy conocida sonó tras él.

- ¿Se puede saber que haces aquí?- el menor se giró sobresaltado, empezando a temblar al encontrarse frente al rey fantasma y a retroceder hasta chocar con la puerta que se había cerrado.

- No vengo con intención de pelear.- dijo levantando las manos apagando la linterna de la Poltergust y enganchándola en la parte de atrás quedando solo iluminados por las velas.

- Supongo entonces que hay una explicación razonable para que poseas mi corona en tu mano.

- ¡Claro que la hay!- se apresuró a decir el humano al notar que el ente se había colocado a la altura de su rostro.- El Polterpup fue quién tomó todo y lo llevó a mi casa.- hizo una pequeña pausa para tragar saliva porque su boca se había secado.

- Y yo... Yo no tenía ninguna intención de que esto pasara, solo vine a devolverlo todo.- dijo mientras agachaba la mirada y le ofrecía la bolsa con los objetos y la corona.

King Boo le observó en silencio un momento, y con su magia tomó ambos objetos y haciendo aparecer su joya arregló la corona.
- En ese caso te agradezco que te hayas tomado la molestia de venir hasta aquí a devolverlo.- respondió el rey mientras se colocaba la corona ya completa.

- ¿Eh?- preguntó confundido el menor que ya esperaba acabar en un cuadro volviendo a elevar la mirada.

- Bueno, dejando de lado nuestra rivalidad un rey siempre devuelve un favor. Pero en cuanto a tu mascota deberías educarlo mejor. Ese podría ser mi favor, podría ayudarte con él. Sé un par de cosas sobre impartir disciplina a fantasmas traviesos~

Luigi pensó que aquella insinuación había sido una imaginación suya pero eso no impidió que se sonrojara se todas formas.
- ¿De verdad me ayudarías?

- Si claro. Siempre y cuando sea de noche no hay problema para mí. Al fin al cabo soy el rey, si tengo algo que hacer lo cancelo y punto.

- Bueno, supongo que el fin de semana podría... Pero sería un problema que mi hermano o cualquier Toad te vea en los alrededores de la Ciudad Champiñón.

- Conozco un sitio perfecto entonces.- hizo aparecer una pluma y un papel y dibujó un mapa sencillo señalando el lugar.

- Pero si esto marca esta mansión...- dijo el menor para darse cuenta de que King Boo soltaba una de sus típicas risas graves incomodándolo.

- Si. Pero ese profesor tontín está muy ocupado como para darse cuenta que la hemos tomado. Ni siquiera de darse cuenta de que no sigo dentro del cuadro que tiene colgado en medio de su laboratorio ni de que las cámaras de esta mansión no funcionan.

- Entonces bien supongo.- respondió el menor relajando un poco su postura.

Ambos se quedaron un rato inmóviles uno frente al otro sin decir nada, hasta que al fin el de verde rompió ese silencio.
- Bueno... Yo me voy ya, supongo que tienes cosas que hacer.- dijo algo incómodo desviando la mirada

- Ah, claro.- dijo desbloqueando la puerta para que pudiese salir.- ¡No lo olvides!

- ¿Eh? ¿Qué?

- Nuestra cita idiota.- respondió King Boo fingiendo un tono impaciente.

El menor se sonrojó fuertemente y comenzó a tartamudear.
- A-ah si. Bueno, adiós.

En cuanto el menor cerró la puerta el rey se puso totalmente rojo.
- Oh Satán. ¿Por qué lo he tenido que llamar cita? ¿Por qué?- dijo en cuanto la puerta se cerró mientras sacaba un cojín de la bolsa y se golpeaba la cara con él.

Antasma apareció en medio de la sala con una sonrisa pícara.
- ¿Y esas son tus famosas habilidades para ligar de las que tanto presumes?

- ¿Estabas espiando todo el tiempo?- preguntó el Boo sonrojándose de una forma nunca vista en él.

- Por supuesto, pero no intentes cambiarme de tema, sabía que necesitabas ayuda pero no creía que necesitases tanta.

- Es solo que todo esto fue muy repentino y no me dió tiempo a pensar. ¿Vale?

- Vale, vale. Ya me callo. No vaya a ser que me apliques tu disciplina~ Antasma tuvo que desaparecer y reaparecer en otro lado de la sala porque King Boo le había tirado uno de los objetos de la bolsa.

- Además lo importante es que funcionó, conseguí una cita con él.

- Bueno no sé si a eso se le puede llamar cita, pero está claro que necesitas consejo porque como hagas lo mismo allí no vas a llegar muy lejos. ¡Ya sé! Reunión de la liga del mal.

- Te hemos dicho mil veces que no nos llames así.- Entonces se dió cuenta de que lo último que necesitaba era que ellos se enteraran de todo esto.- ¡No Antasma, espera!

Pero era tarde, la pesadilla ya se había ido.

Monster [KingBooigi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora