Monster [KingBooigi]

- Ob❡e✝os-

El menor de los hermanos se despertó a la mañana siguiente de su sueño totalmente cubierto de sudor y con una sensación rara sin saber la razón.

Bajó al piso de abajo para comer algo cuando se encontró a su hermano en la cocina preparando el desayuno.
- Buenos días.- dijo el mayor cambiando su expresión en cuanto lo vió.- Mamma mía! Fratello, tienes mal aspecto. ¿Te encuentras bien?

- No es nada, solo que he tenido una pesadilla algo extraña.- dijo enseguida el menor para que no se preocupara en exceso.- Quizás no debí haber comido un trozo de tarta antes de dormir, me habrá causado una indigestión.

Al mencionar la pesadilla su hermano se alarmó un poco y se acercó a él.
- ¿Estas seguro de que no es nada? ¿No estará pasando lo mismo de nuevo? Ha pasado mucho tiempo pero podría volver a aparecer.

- ¡No! Es decir, solo ha sido una noche, no hay de qué preocuparse.- Se corrigió Luigi tratando de que no pareciera que trataba de cambiar de tema.

- Si quieres puedo pedir una cita con el doctor.

Luigi tragó saliva de forma disimulada al oír a su hermano decir aquella palabra, era lo último que quería hacer.
- No es necesario de verdad. Ni siquiera se puede comparar con aquella vez, no ha tenido nada que ver. Solo necesito darme una ducha para despejarme.

- Está bien, terminaré de preparar el desayuno mientras tanto.

Luigi se adentró en el baño que ambos compartían metiéndose directamente dentro de la ducha.
Mientras el agua caía se mantenía inmóvil perdido en sus pensamientos.
Recordó aquella situación extraña que había pasado durante el sueño y entonces un fuerte dolor se hizo presente en su cabeza.

En realidad después de recordar lo que había pasado, sí que le preocupaba ligeramente que aquel no fuera un hecho puntual sino que aquello estuviera volviendo a pasar y también sabía que a la mínima sospecha debía avisar de ello para prevenir el peligro, pero no quería pasar por aquello otra vez.

- ¡Luigi, ya está listo todo para cuando tú quieras!- La voz de su hermano le hizo tomar una decisión. Aún conservaba aquel número de teléfono, y si volvía a pasar le pediría ayuda él mismo.

Salió de la ducha y se miró en el espejo dándose cuenta de a lo que se había referido su hermano. Tenía unas ojeras terribles como si llevara días sin dormir y aunque Mario no lo podía saber sentía un extraño presentimiento, como si estuviera siendo observado. Al salir del baño y encontrarse de nuevo a su hermano notó que seguía con un aspecto preocupado.
- Sigues teniendo un mal aspecto. Será mejor que descanses.

Luigi pensó en quejarse, no quería quedarse porque se sentía un poco culpable por su hermano cargando con todas las tareas y además sabía que seguiría dando vueltas a sus pensamientos pero no estaba de humor para pensar una excusa así que simplemente asintió.
- Si me siento peor iré al médico, te lo prometo.

- Gracias.- Aunque en el fondo la afirmación del menor provocó el efecto contrario al que éste quería​, ya que Mario sabía que siempre que Luigi estaba enfermo se negaba a aceptarlo tan rápido.- Descansa por favor.

Tras soltar un suspiro volvió de nuevo a su cuarto sin saber realmente qué iba a hacer en todo el día, cuando se dió cuenta de la gran pila de objetos que había acumulado el cachorro fantasma en su habitación durante la noche y entonces encontró una distracción.

A medida que pasaba el tiempo comprobando los objetos se empezó a sentir bastante mejor, como si la noche anterior no hubiese pasado nada.

Había todo tipo de objetos: llaves, libros, velas, utensilios de cocina..; de los cuales no tenía idea alguna de a quién le podían pertenecer.

Mientras seguía apartando cosas vió algo en el fondo del montón que brillaba con fuerza a la luz que entraba por la ventana y fue entonces cuando se dió cuenta de que aquellos objetos le sonaban de algo.

Y cuando vió qué era aquello fue cuando definitivamente se confirmaron sus temores.

Lo que tenía en sus manos era nada más ni nada menos que la propia corona de King Boo. Solo era la base de la corona sin la joya, pero la había visto tantas veces que era indudable que se trataba de eso.

Debía devolverla cuanto antes, sino se iba a armar una muy gorda.