No debió salir al jardín

Capítulo 35: ¿Crees que sospechan?

Al siguiente día después de hacer la comida Suzanne y Anthony fueron al cuarto de Daphne para ver cuál era el plan.

-Veo que si vinieron-dijo Daphne esperándolos sentada en una silla.

-Si-respondió Suzanne desconfiando un poco.

-Primero lo primero. ¿Para qué quieren ir allá?-preguntó Daphne dándoles una dura mirada.

-Buscar respuestas-dijo Anthony.

-¿Qué tipo de respuestas?

-Sobre cómo es realmente todo aquí.

-Está bien los ayudaré, pero quiero que sepan que si los descubren yo no me hago responsable de ustedes-dijo Daphne mientras se levantaba de la silla.

-Claro-dijo Suzanne con una sonrisa.

-Esto es lo que haremos: Hoy mandaran un automóvil para que vaya a hablar con Beatriz y Santiago, ustedes estarán en la parte de atrás, no en la cajuela. Cuando estacione el auto en una de las cocheras ustedes saldrán del auto y entraran a una puerta blanca a la derecha no a la izquierda, ahí no hay cámaras así que lo único que tendrán que hacer es evitar a toda costa que alguien los vea. Por último para que puedan escuchar las conversaciones que ellos tengan mientras yo lleno un reporte sobre el nivel 17 tienen que llegar a un largo pasillo y entrar a la quinta puerta a la izquierda que tiene una puerta café claro. En seguida de ese cuarto está la habitación de ellos y las paredes no son gruesas y como se supone que no hay nadie ahí ellos hablarán con toda confianza.

-¿Qué pasa si no hablan?-preguntó Anthony.

-Tendrán qué porque antes de eso preguntaré por lo de April y créanme ellos siempre hablan sobre sus problemas entre ellos-dijo Daphne como recordando algo que no debió o quiso oir.

-Está bien, confiamos en ti.

Todos subieron al auto que no tenía un chofer como los demás porque Daphne había pedido conducirlo ella. Una vez que llegaron bajó Daphne y un hombre tomó su abrigo y entró por la puerta izquierda y en cuanto éste se fue ellos entraron por la derecha, pasaron por varios corredores hasta que encontraron el pasillo que mencionó Daphne y luego de contar cinco puertas entraron a la habitación que parecía para huéspedes. En realidad se podía oír todo, ahí se escuchaban las voces de Beatriz, Santiago y Daphne.

-Ahora iré a llenar los reportes. Con su permiso-dijo Daphne y se escucho cuando ella cerró la puerta.

-¿Qué haremos con los revoltosos?-preguntó Beatriz a Santiago.

-No sé pero notó que algo sospechan-dijo Santiago.

-¿Crees qué deberíamos deshacernos de ellos?-preguntó Beatriz muy seria.

-No creo que sean una amenaza al plan original-dijo Santiago.

Suzanne y Anthony se quedaron con la boca abierta porque ya hasta consideraban exterminarlos. Querían gritar pero se contuvieron sabían que a ellos también podrían escucharlos.

-En especial esa April, siempre metiéndose con nuestra Lissa-dijo Beatriz.

Anthony y Suzanne se quedaron congelados con la palabra “nuestra”.

-¿Cómo una persona que luce tan “frágil” puede ser amenaza para un plan que ha funcionado durante generaciones?-preguntó Beatriz sin buscar realmente una respuesta.

-¿No crees que con el castigo anterior ya no se entrometa?-preguntó Santiago mientras se escuchaba que se recostaba en la cama.

-No creo, en ningún momento lloró o algo por el estilo, contuvo cada grito. Ella no es tan fácil de asustar-dijo Beatriz con una voz enojada.

-¿Y qué quieres hacer con ella?-preguntó Santiago.

-Por ahora nada, más adelante quien sabe…

Al escuchar eso Suzanne se hizo para atrás y terminó tirando un adorno de madera al piso, pronto se escuchó el cerrar de la puerta de la habitación de en seguida. Beatriz y Santiago salieron del cuarto y se escuchaban sus pasos.