Garras y Heridas

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Habían pasado tres horas desde que Joel se había ido a la reunión. Erick se la había pasado cocinando para que cuando el Alfa llegara pudiera comer. Se sentía feliz, estaba en aquellos momentos bailando y cantando

- parece que alguien está feliz- Erick volteó y miró a Nathaly en el marco de la puerta.

-hola Nathaly- sonrió- ¿tienes hambre?- preguntó sonriendo más

- si y mucha- dijo agarrando su estómago

- bien siéntate y yo te sirvo- Erick tomó los seis platos y los llevó a la mesa

Regresó a la cocina para llevar la olla y servir aquella comida.

- ¡eso se mira delicioso!- dijo Nathaly muy asombrada

- gracias- Erick sonrió- siempre es hermoso cocinar- se encogió de hombros

Nathaly sonrió y empezó a comer la comida que el pelinegro había hecho.

Erick volvió a la cocina para lavar las cosas que había ensuciado y luego subió a la habitación. Ya tenía todo listo para cuando Joel viniera, se acostó en la cama con la intención de cerrar sus ojos solo por unos minutos pero su cuerpo se sentía más cansado de lo normal, el Omega no supo cuando se quedó dormido.

Narra Joel

- creo que hay que atrápalo porque esta haciendo destrozos en la manada- incitó uno de los lideres de la manada

- podría ser- habló el Alfa- pero ¿cómo vamos a atrapar a un wendigo? Tenemos que idear un plan muy bien trazado y hay que conocer todo sobre esa criatura antes de atacar porque no quiero que más personas salgan heridas como la otra vez- el Alfa miró a su padre- todos vana seguir mis ordenes sin excepciones

Todos asintieron y se fueron uno por uno de la oficina, Joel se encontraba solo ahora, hasta su padre se había ido pero no lo culpaba después de aquella pelea que tuvieron.

Me preocupaba el Wendigo, ya casi la mayoría de los Omega de la parte sur habían desaparecido y si mi Omega se enterarme va a matar. A Erick le importa mucho la gente que no se puede defender por si sola, yo también soy igual. Yo no soy un Alfa sin corazón, más sin embargo tengo un corazón muy grande que a veces hasta se puede abusar de mi.

Tengo que salir a dar una vuelta, sé que le prometí a Erick llegar los más pronto posible a la habitación pero es que se sentía asfixiado en aquella casa.

No me había dado cuenta a que hora ya estaba en el bosque. Encontré el lago al cual iba cuando estaba pequeño, me senté en una piedra que estaba allí. Estaba ya por concentrarme en mis pensamientos cuando escuché un gruñido que venía de atrás mío.

Me giré por instinto y pude ver al...¿Wendigo?. ¡Eso no parece un Wendigo! Parece un demonio. Yo nunca había visto uno en carne propia hasta hoy. Tragué duro y saqué mis garras, obvio solo lo hago por si me intenta atacar

 Tragué duro y saqué mis garras, obvio solo lo hago por si me intenta atacar

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El wendigo se puso en modo ataque. Me mostró sus horribles dientes y se abalanzó sobre mi. Intenté quitarmerlo pero es muy fuerte. El Wendigo sacó una lengua asquerosa de su boca que apestaba a muerte e intentó morderme. ¡Estúpido carroñero!

Intenté tranformame en lobo pero por alguna extraña razón no pude, mis ojos cambiaron a rojos y mis uñas estaban afuera pero mi forma lobuna no quiso hacerse presente.

El wendigo se volvió a abalanzar sobre mi pero fui más rápido y lo tiré algo lejos. El animal dio un fuerte gruñido y en menos de dos segundos lo tenia encima mio apunto de clavar sus uñas en mi

- no moriré tan fácil- le enterré mis uñas afiladas en el estómago. Creí que lo iba a debilitar más sin embargo se curó al instante. Creo que si hubiesen hecho eso conmigo me hubiera curado en unos 15 minutos ¡no a los tres segundos!

El animal me dio un fuerte golpe en el estómago y sentí como clavó sus garras a mi costado derecho. Tuve que reaccionar antes de que sus garras llegaran a mi corazón así que mi mano viajó rápidamente hasta su corazón y lo saqué de su lugar dándole así muerte al Wendigo.

Respiré con dificultad, miré mis costillas y tenía unas grandes garras marcadas en ellas. La herida era muy profunda. Sin importarme tanto empecé a caminar a casa, pero mi respiración era lenta muy lenta

 Sin importarme tanto empecé a caminar a casa, pero mi respiración era lenta muy lenta

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Cuando iba a mitad de camino me sentí mareado y débil. Caminé unos minutos más y miré la casa de lejos. Intenté dar unos pasos más para llegar a la puerta pero mis piernas ya no querían responder, hice mi últimos esfuerzo abriendo la puerta. Lo primero que vi fue a mi Omega, sonreí débilmente al verlo.

- ¿Joel dónde estabas? Estaba preocupado por ti- me miró y se acercó- ¿Joel? ¿Te pasa algo?- dijo preocupado mientras tomaba mi mano para que caminara pero mis piernas ya no respondían.

Lo miré y iba a negar cuando todo se volvió negro. No supe más de mi, solo sentí cuando los finos brazos de Erick se enredaron debajo de mis brazos para que no cayera.



Lo siento por no actualizar por dos días pero he estado muy ocupada ya que en mi escuela estamos en el final des semestre y entonces he tenido mucho trabajo pero aquí está el capítulo. Admito que estaba ansiosa por subirlo.

All the love

Nuestro Lazo [Joerick]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora