Parte tercera.

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«¿No pensaste en arreglarte para impresionarlo?» fueron las palabras de Mark.

DongHyuck recuerda haberse quedado porque, aparentemente, Mark Lee no lo consideraba lo suficientemente lindo andando con su ropa veraniega. Pero también recuerda cómo el muchacho se puso de un furioso rojo al aclararle que siempre era lindo.

DongHyuck se rió solo, mientras llevaba el delineador líquido bordeando sus ojos, Mark Lee era totalmente un caso fuera de lo común. Pasaba de estar serio a tartamudear bajo su mirada tan rápido que le resultaba encantador. Una ternurita.

Se había puesto la ropa que se compraba para salir, aunque generalmente no salía de su casa, era un poco como un ratón de biblioteca y esa probable en era la razón por la cual, como un fracasado, iba a pedirle ayuda a otro perdedor.

Mark le había dicho que un amigo suyo, YukHei, organizaba una fiesta en su casa y su madre nunca tenía problemas en dejarle salir, porque no era un chico irresponsable. Y si él no salía, no se imaginaba a MinHyung saliendo de fiestas y embriagándose por ahí.

— Oh, wow.

DongHyuck enarcó una ceja cuando eso fue lo primero que Mark escupió al verlo. Se rió suavemente porque quizá el chico no se daba cuenta, pero era realmente obvio recorriéndolo con su mirada. Incluso podía notar como pasaba la saliva.

Si tenía que decir algo, podía decir que él también estaba impresionado, pero Mark siempre le había parecido lindo. Lindo y torpe como un topo bebé.

Quizás era el hecho de que estuviera arreglado con esa camisa, o la forma tan relajada en la que su cabello oscuro estaba despeinado, pero procuró no ser tan obvio.

— ¿Ya terminaste de deleitarte con la vista?

Mark levantó los ojos hasta mirarlo aterrorizado, volviendo a sentirse avergonzado de golpe. DongHyuck solo se rió.

— Vaya, luces muy lindo, Hyuck — canturreó Johnny, apareciendo junto a las llaves tintineantes de su coche.

Y John Seo también lucía como si le gustara que la gente se derritiera al verlo. Mark aclaró su garganta inconscientemente.

— Yo los llevaré, muchachos — hizo un gesto para que le siguieran.

— ¿Vendrás con nosotros a la fiesta...? — preguntó un dudoso Mark. Johnny sacudió la cabeza, divertido.

— ¿Entonces por qué tan arreglado, hyung? — preguntó DongHyuck. Aunque en su mente ese "arreglado" era más como un "guapo".

Pero por Dios y todos los santos, qué bueno que había dicho solo arreglado porque el coche se paró repentinamente y la tranquila presencia de Moon TaeIl apareció en el asiento del copiloto.

Johnny se inclinó para dejarle un beso corto sobre los labios.

— Ew, consíganse un cuarto — espetó Mark, centrando su vista en la alfombra del auto para salvar sus jóvenes ojos.

— ¿En serio quieres que te muestre un poco de lo que hacemos en el c...? — se calló dando un grito por el repentino golpe que le dio TaeIl.

— Vuelves a tener quince años cada vez que discutes con tu hermano — dijo TaeIl, no aguantándose la seriedad por mucho tiempo.

Johnny arrancó el coche dando refunfuños. Y DongHyuck pensó que la imagen no tan genial de YoungHo, seguía siendo agradable.

Mark miró a DongHyuck, como preguntándole si estaba bien por haber conocido de esa forma al novio de su hermano, pero el chico estaba moviendo alegremente la cabeza al ritmo de la canción que colocó el mayor de todos. Sus dedos se tamborileaban sobre sus muslos y hasta la estaba tarareando muy bajito.

Entonces volvió su vista hacia Mark y sonrió tranquilizadoramente.

TaeIl los miró a través del retrovisor y observó con una ceja enarcada a Johnny, éste asintió y ambos se sonrieron.

— Ustedes dos están sentados tan lejos que parece que tienen miedo a contagiarse de lepra. 

Mark dio un golpe en la parte de atrás del asiento de Johnny, éste se rió.

— No tomen mucho, ¿ok?

— Si sabes que yo no tomo.

— Entonces te aseguras de que Hyuck no tome mucho o sus padres no le dejaran salir nunca más contigo.

— No le sacaré los ojos de encima — el canadiense ignoró que las palabras del mayor pudieran tener otro sentido y llevo una mano a su frente como un saludo militar.

— Yo tampoco lo haría si fuera tú — Johnny canturreó nuevamente, con una sonrisa ladeada. TaeIl le dio otro golpe.

— ¡Fue un decir! Estamos como casados, no pongas esa cara, ¡no te cruces de brazos! Mark, esto es tu culpa.

— ¿Qué? ¿Yo qué hice?

— Mi lindo novio me odia porque tú eres demasiado lento.

— ¡Yo no soy lento y no sé qué tiene que ver eso con que TaeIl te odie! Lo apoyo totalmente, soy #TeamMoon.

— ¡Ah! ¡Encima abandonas a tu propia sangre! ¿Sabes qué? ¡Bájate de mi coche!

— ¡No nos puedes tirar por ahí! ¡Se lo diré a mamá!

— Ésta es la casa de YukHei — murmuró DongHyuck. Mark se avergonzó y casi saltó lejos del coche.

DongHyuck, cuando se bajó, se despido de ambos con un gesto de la mano. Esperaba que TaeIl no estuviera enojado por mucho tiempo.

celestina millennial / markhyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora