Parte sexta.

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  — Tienes suerte de que nuestros padres no estén. Hicieron que TaeIl durmiera en la habitación de invitados hasta como un año luego de comenzar nuestra relación— Johnny se rió entre dientes, revolviendo la parte alta del armario para buscar una bolsa de dormir. 

— Y que ahora la habitación de invitados esté llena de las cosas que mi mamá planea tirar antes de que mi papá se entere— añadió Mark, apoyándose por el marco de la puerta. 

Johnny le pasó la bolsa y DongHyuck la abrazó, cuando estaban por irse a la habitación del canadiense, éste frunció el ceño. 

— ¿Por qué TaeIl no duerme en una bolsa de dormir?

— Esas son las ventajas de estar casados desde la Edad de Piedra. 

— ¡Te escuché!— gritó TaeIl desde la cocina, limpiando el desastre que Johnny había dejado tras su experimento que luego se convirtió en la cena de todos. YoungHo soltó una carcajada.

— Ya sabes cómo es mamá, así que nada de tonterías— los señaló con un dedo acusador. — Ahora suban y déjenos en paz. 

Ambos muchachos fueron dando zancadas en las escaleras, subiendo de dos en dos hasta literalmente encerrarse en la habitación de MinHyung. Él le contó que seguramente los otros dos se quedarían mirando películas y hablando al respecto porque son así de nerds. Así que DongHyuck apostó que verían películas de Star Wars mientras que Mark apostó que verían algo de El Señor de los Anillos. 

Por supuesto, DongHyuck había visto a Johnny buscando los DVDs de Star Wars. 

Así que cuando media hora más tarde, bajaron sigilosamente, no fue una sorpresa ver que la pareja estaba realmente compenetrada con aquella saga. Aunque, por supuesto, fingió sorprenderse tan solo para fastidiar al canadiense. 

Pronto se acomodaron, Mark lo ayudó a extender su bolsa de dormir y el ventilador de techo soplaba lo suficientemente fuerte para que el ambiente estuviera ameno. Si se sumaba la lluvia que caía pesadamente sobre sus cabezas, realmente parecía como si estuvieran solo ellos dos en todo el mundo. 

Porque quizá no importaba que YoungHo no los estuviera viendo. 

Ninguno de los dos le prestó demasiada importancia a eso, ellos simplemente estaban hablando de sus cosas, riéndose suavecito como si fueran a ser atrapados haciendo algo malo. 

 — ¿No estás incómodo en el piso?— preguntó Mark, apoyando su cabeza sobre su mano, mirando hacia abajo, donde estaba el muchacho acomodado sobre la bolsa de dormir. 

— Estoy bien, al menos está fresquito aquí— se encogió ligeramente. Él sacudió la cabeza. 

— Ven aquí, la cama es lo suficientemente grande para que durmamos los dos sin problemas—  palmeó el sitio frente a él, mientras se corría hasta estar bien contra la pared. 

DongHyuck pareció pensarlo, pero se dijo a sí mismo que no había nada de malo en compartir cama con alguien y, siendo sincero, prefería dormir sobre un cómodo colchón. 

Lo que claramente no calcularon es que tendrían la punta de sus narices muy cerca y que, de pronto, la cama pareciera realmente angosta. Además, parecía hacer más calor que dos minutos atrás. Así que ambos decidieron que, lo mejor, era mirar el techo. Con cierta incomodidad se acomodaron como si no quisieran rozarse ni por casualidad, ambos apoyando sus manos sobre sus pechos en la posición más tiesa el mundo. 

Mark tuvo que esforzarse en recordar que a DongHyuck le gustaba su hermano más grande. 

Pero DongHyuck estaba más ocupado analizando el rostro de Mark, infinitamente tenso, con la vista aferrada al techo. Y es que todo de MinHyung le parecía lindo, desde la forma de sus labios hasta la manera que tenía de mirar las cosas. Pero más que parecerle adorable, lo cual era cierto pero eso lo sabía desde hace un buen tiempo, le parecía atractivo

— ¿Por qué me miras así?— preguntó Mark, bajito, casi tembloroso. 

— No sé— respondió él, en el mismo tono y -tarde se dio cuenta- que quizá había sido demasiado sincero.  

celestina millennial / markhyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora