Andy
(Una semana después)
Ya ha pasado una semana desde lo sucedido con Alberto, no ha sido fácil para mi superar esta situación, es muy difícil ya que a pesar de lo que me hizo yo lo sigo amando, no es posible matar este amor de la noche a la mañana pero no pienso dejar que eso me atormente, tengo que olvidarlo y seguir con mi vida.
Sin embargo lo tengo de ver a diario en la facultad y ha seguido insistiendo en que hablemos pero siempre lo evito.
Mis amigas han intentado animarme de mil maneras. Para el día de hoy se les ocurrió un paseo por el malecón de San Carlo, es una hermosa vista al atardecer. El mar me encarta.
Ellas acaban de ir a comprar un helado, yo mientras me siento en una banca que está cerca.
- ¡Hola! (dice un chico cuando se sienta a mi lado sacándome de mis pensamientos)
Me giro para observarlo
- Hola Leonardo (respondo)
- ¿Cómo has estado?
- Bien
- Pues díselo a tu cara. Pareces muy triste. No quisiera ser un entrometido pero ¿Qué tienes?
- Larga historia (limito mi respuesta)
- Tengo tiempo, aunque si no quieres contarme yo entenderé
- No es eso, solo que....
- ¿Es algo doloroso? ¿Tiene que ver con el tal Alberto? (me interrumpe)
- ¿Qué? ¿Cómo lo sabes?
- Mencionaste a un tal Alberto la noche en el club y que era un imbécil, tan solo lo supuse. ¿Lo recuerdas?
- Cierto lo había olvidado
- Ya lo note, sabes hace tiempo, antes de que me fuera al extranjero tuve un gran amigo que también se llamaba Alberto
- ¿Tuviste? ¿Qué paso con él? (estoy intrigada por saber de su amigo)
Leonardo no pudo contestar porque en ese momento llego Alberto
- ¿Tu? (Alberto dijo mientras miraba a Leonardo con tanto odio que hasta me dio miedo) ¿Qué haces con este idiota?
- Perdón ¿Es en serio? Puedo estar con quien quiera. ¿Quién te crees que eres? Ahora me dirás con quien puedo y con quien no puedo hablar. (no me pareció la manera en cómo se refirió a Leonardo)
- No te quiero ver cerca de este tipo, Andy.
- ¿Con que derecho me pides eso?
- Lárgate, imbécil....
Alberto ignoro lo que había dicho, mientras tanto seguía observando a Leonardo. No entendía nada de lo que estaba pasando
- ¡Basta! (Rosi y Diana aparecieron de pronto)
Alberto estaba enfurecido a tal grado que parecía un psicópata, se acercaba a Leonardo con una mirada amenazante y llena de odio con intenciones de hacerle algo. Rosi detuvo su paso, interponiéndose al medio, pidiéndole que se calmara. Me levante y tome a Leonardo de la mano.
- Váyanse que esperan (grito Rosi)
Salí de ahí lo más rápido posible arrastrando a Leonardo. Corrimos unas cuadras, por fin paramos ya cansados de tanto correr. Nos detuvimos cerca del Faro. Mientras trataba de moderar mi respiración mire a Leonardo su cara no era feliz al contrario tenia cara de tragedia como si hubiese visto un fantasma.
Se lanzó al piso y se sentó, con la respiración aun descontrolada.
- ¿Estás bien? (le pregunte después que mi alma regreso a mi cuerpo)
Jamás había corrido de esa manera
- ¿La verdad?.....No (respondió sin mirarme)
- ¿Qué acaba de suceder? (le pregunte)
- Larga historia Andy
- Tenemos todo el día (lo alenté a que hablara)
- ¿De verdad quieres saber? (Asentí a su pregunta) Está bien (me hizo una seña para que me sentara a su lado)
- Habla de una vez, no le des tantas vueltas (le dije ya que no decía nada)
- Paciencia (pasaron un segundo y continúo). Él fue mi mejor amigo
¿Qué? No puede ser. Aunque si lo pienso un poco recuerdo una ocasión en que Alberto tuvo un problema con un compañero solo porque menciono a un tal Leonardo, pero no supe porque se molestó tanto. ¿Qué problema tuvieron ellos si eran amigos?
- ¿Fue? ¿Qué paso? (no tarde en cuestionarlo)
- Nos conocimos en la primaria, éramos compañeros de salón me pareció un buen niño, desde entonces fuimos muy unidos hasta que llegamos a la preparatoria........ Nos pusieron en distintos salones, a pesar de eso continuamos con nuestra amistad.
Cuando estábamos en el último año se integró a mi salón una alumna nueva, era muy linda, ella fue mi primer amor pero también de Alberto. Ambos habíamos quedado impactados por ella. Como ella estaba en mi salón Alberto me pidió ayuda para acercarse a ella.
- ¿Qué hiciste? ¿Lo ayudaste?
- Claro que sí. Era mi mejor amigo. Pero su plan no resulto como él quería. Me acerqué a ella para conocerla y que mi amigo utilizara todo lo que me contaba ella para enamorarla pero al final ella termino enamorándose de mí. Ella se lo dijo a Alberto ya que se había vuelto una molestia para ella porque no dejaba de insistir en que saliera con él y los regalos que le mandaba.
Ese mismo día a la hora del receso me quede en el salón a terminar unas tareas, ella entro al salón fue directo a donde me encontraba. Me beso y me dijo que le gustaba, justo en ese momento llego Alberto y vio todo. No me dejo explicarle.
- ¿Entonces su amistad termino por esa chica? (ahora entiendo todo)
- Si. Lo más increíble es que para la chica yo no significaba nada, solo estaba jugando con los dos. Una amistad rota por una chica. ¿Tonto no? En pocas palabras esa es la razón por lo que me odia
- Un poco sí. (coloco mi mano sobre su hombro y hago que me mire). Me parece que fuiste muy buen amigo. Te hiciste a un lado y dejaste que él intentara conquistarla a pesar de tus sentimientos. Pocas personas harían eso. Tu solo querías su felicidad.
- Así es pero él jamás lo puso y me juzgo sin escuchar ninguna explicación de mi parte, parecía que nuestra amistad de años no significaba nada para él. (me contesta)
- ¿Después de eso intentaste hablar con él?
- Si, muchas veces pero fue inútil. Cuando termine la preparatoria me fui sin saber nada de él, me dolió mucho que todo terminara de esa manera.
Me pongo de pie y le extiendo mi mano para que haga lo mismo
- No debes aferrarte al pasado. Todo pasa por una razón así que no debes sentirte así. (sin pensarlo lo abrazo y me corresponde)
- Gracias por tus palabras me hacen sentir mejor (dice mientras nos separamos)
- No tienes por qué agradecer y quiero que sepas que cuentas conmigo para lo que necesites, de ahora en adelante considérame tu amiga ¿Bien?
- Me parece bien
Extiendo mi mano y el la estrecha en señal de un pacto cerrado.
Estuvimos el resto de la tarde en el mismo lugar solo disfrutando de la vista, lo que más me encanto fue ver el atardecer, esa hermosa puesta de sol y la compañía, después nos fuimos, el paso a dejarme a mi casa lo despedí con un abrazo y un beso en la mejilla.
Fue un día bastante interesante, lleno de sorpresas aunque bastante cansado de tal forma que tomare una ducha para poder descansar mejor de este día tan largo.
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Sin recuerdos de ti
RomanceEl pasado es el pasado y ya no se puede cambiar. A veces lo mejor es dejar el pasado atrás para poder disfrutar el presente. Sin embargo el pasado siempre vuelve para interrumpir el presente; con recuerdos, secretos, rencores.... y tristeza. Esta e...