CAPÍTULO 14°

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Leonardo (Días después)

Ya no lo soporto más.

Alberto me está volviendo loco.

¿Qué podría esperar? Solo está cumpliendo sus palabras. Esta convirtiendo, cada segundo de mi tiempo en la empresa, en un infierno.

He pensado en renunciar pero eso no pasara. No le daré la satisfacción a Alberto.

Esta mañana me pidió un informe de las exportaciones realizadas. Solo me dio una hora para entregarlo.

Cuando se lo entregue, simplemente lo tiro a la basura. Lo único que dijo fue que estaba mal realizado. Sin revisarlo.

En ese momento sentí tanta rabia, que quería golpearlo.

No puedo creer que se esté comportando de esta manera. Es demasiado grande el odio que siente hacia mí, por algo que no fue mi culpa. Además me ha estado ordenando que haga actividades que no son parte de mis labores sin embargo las hice.

Él lo que quiere es menospreciarme pero no lo permitiré. Le demostrare que a pesar de sus malos tratos, yo puedo realizar cualquier tarea que me ordene. Por más absurda que sea.

No me vencerá. Claro que no.

- Martha puedes venir un momento.

- Sí, señor.

- Podrías entregar estos documentos al licenciado Robinson.

- Claro.

Le entrego un folder con varios papeles, cuando está a punto de salir, voltea a mirarme y dice:

- ¿Licenciado?

- Si, Martha dígame.

- No quisiera parecer chismosa, sin embargo...

- ¿Qué pasa?

En estos días ella ha sido mi mayor apoyo y lo valoro mucho.

- Tal vez sea mi imaginación pero.... parece que el joven Alberto lo odia. Y quisiera saber ¿Por qué?, ¿Por qué alguien lo odiaría? Si usted es una buena persona, amable y responsable, incapaz de dañar a alguien.

No me sorprendo ni un poco por sus palabras, Alberto no ha sido nada discreto al demostrarme su odio.

- Me alegra que me tenga en ese concepto, de verdad. Y sobre Alberto... que le puedo decir....a veces, simplemente pasan cosas que se malinterpretan. Malos entendidos que no te permiten explicar. Es una larga historia Martha.

- Entiendo. Iré a estregar lo que me pidió.

Asiento y se retira.

No me pasa desapercibida la idea de aprovechar que estoy cerca de él para arreglar las cosas. Aunque dudo que logre algo.

Ya han pasado 5 años, y el sigue con ese odio. No será fácil pero lo intentare.

[...]

Una hora después voy de regreso a casa, pero antes hago una parada en el malecón.

Busco el lugar donde días antes encontré a Andy llorando.

Al estar ahí, veo que la banca esta vacía y me siento. Frente a mi observo el mar, y ese hermoso atardecer que me encanta.

Hace días que no he visto a Andy. La extraño.

Ella significa tanto para mí, más de lo que las propias palabras puedan expresar.

Quiero que me deje ser parte de su vida, de su amor...cuidarla de cualquier temor. Tomar su mano y demostrarle que hay alguien en esta vida que no la soltara jamás.

Sin recuerdos de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora