CAPÍTULO 15°

25 0 0
                                    

Andy

¿En dónde estoy?

Observo a mí alrededor pero no veo nada, solo hay una espesa neblina.

Camino con cuidado de no caer. Entonces veo la silueta de alguien.

- ¿¡Hola!?

Me acerco un poco y veo que es Leonardo.

Comienzo a caminar hacia él. Al mismo tiempo la niebla se disipa.

Estamos en un acantilado.

Detengo varias respiraciones al ver esa escena. El pánico se apodera de mi cuando Leonardo comienza a retroceder, se está dirigiendo hacia el vacío.

Intento llegar a él pero no puedo. Estoy paralizada.

Continua avanzando a pesar de mis suplicas de que se detenga. Cuando está a un solo paso de caer, me mira y una lagrima resbala por su mejilla.

Da el último paso y un grito de agonía sale de mi boca. Al igual que el incontenible llanto.

- ¡No!....

Mi respiración es agitada. Paso mis manos por mi cara.

- Solo fue un sueño (me digo y continuo repitiéndolo en mi mente para tranquilizarme)

Salgo de la cama y voy hasta el baño. Hecho un poco de agua en mi cara y observo mi reflejo.

Llega a mi mente los recuerdos del día anterior. Ese beso que me dejo sin aliento.

Cierro mis ojos, aun puedo sentir sus labios sobre los míos. Su dulce sabor.

Una parte de mi está feliz, pero otra está asustada.

¿Asustad de qué? No lo sé.

Tal vez sea por la pesadilla que tuve. Parecía tan real, y el dolor que sentí. No sé si resistiría perder a Leonardo.

Tengo miedo. Miedo de perderlo. De quedarme sola.

Salgo de mi habitación y voy hasta la habitación que solía ocupar mi madre.

Su habitación la he mantenido intacta, no he tenido el valor suficiente de mover sus pertencias.

Al entrar veo una foto donde estamos juntas. Recuerdo cada detalle del día que fue tomada. Ese día cumplí 20 años, fuimos a la playa. Esperamos hasta al atardecer para tomarla. Fue una increíble vista.

Me dirijo hasta ella cuando estoy a punto de agarrarla torpemente se desliza entre mis manos. Cae al suelo, al instante el cristal se rompe esparciéndose en la habitación. Con mucho cuidado levanto la fotografía, para mi sorpresa encuentro un sobre.

- ¿Qué paso Andy? (pregunta Diana a mis espaldas)

Silencio.

Se acerca a mí y habla de nuevo.

- ¿Y ese sobre?

- No lo sé. Estaba dentro del cuadro.

- Traeré algo para recoger esta. Ahora vuelvo.

Dejo la fotografía sobre la cama. Doy vuelta al sobre y veo mi nombre escrito en el.

- Es la letra de mi madre (susurro)

- ¿Qué?

Volteo a ver a Diana y le muestro el sobre.

- Esta es la letra de mi madre (repito)

- Va dirigida a ti. ¿La vas a leer?

Compartimos miradas. Tengo curiosidad de saber el contenido de esa sobre.

Sin recuerdos de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora