Atrapados

Prólogo

Año 2032.

Reunión en la sala principal de Derechos Humanos.

-Debemos encontrar la solución para la genetización Alium –Dijo la Doctora Superior-. ¡No debe generarse gente con genes que no son los suyos! Eso se vuelve mutación y no queremos eso.

-Disculpe doctora, soy el Sr. Bruce Adams, presidente actual de la sección de protección ante la humanización –Dijo el hombre de gafas levantándose-. Usted debería saber que los implantes de genes Alium son eficientes para lograr una mayor producción en todo tipo de lugar con los seres humanos, si me disculpa, pienso que la genetización Alium en promedios, está completamente bien, y estoy de acuerdo con el emprendimiento Anyim.

-Estoy en desacuerdo –Dijo Jessica Leg levantándose de su silla con sus gafas negras y su pelo rubio largo-. La mayoría de Anyim asesina a gente Alium para quitarle genes, y eso no está bien. El desarrollo por alguna razón que aún no hemos descubierto es cerebralmente genético, yo opino que si la gente nace con el don Alium debe ser valorizada a un nivel mayor que el resto ya que tiene mayor rendimiento, puesto que estaríamos creando farsantes si les quitamos el don a aquellos quienes fueron obsequiados con ello.

-Yo opino que la teoría Alium de que fue obsequiada por extraterrestres y que el genoma del ser humano se cambio es bastante valida –Dijo Charles Heins levantándose-

-Oh dios, ya empezó –Comenzaron a balbucear todos-

AÑO 2002

George corrió hacia el otro lado, con su brazo roto y su labio sangrando, no lograba respirar ya que le habían inyectado alguna de sus drogas prácticamente paralizantes, pero él no se detuvo por nada en el mundo, y fue juntando todas sus fuerzas donde yacía el cuerpo de Violet. Las lágrimas aparecieron velozmente en su rostro, cayendo sin parar una tras otra, y con todo el impulso fuerte, golpeó con su puño el suelo, dejando una gran marca allí. Jamás habían podido ser libres, jamás lo habían sido, habían ocultado demasiadas cosas que perjudicaba no solo a ellos, sino que a toda la comunidad Alium, ocultaron toda su vida el secreto que tenían entre ellos, pero, ¿Qué sucedería luego? ¿Qué sucedería ahora?

Los rizos chocolate de Violet caían sobre sus hombros como cuando dormía, plácidamente descansada en paz, y hasta parecería dormida, si no fuera por el gran marco de sangre en su estómago, en donde la jeringa resaltaba más que nada.

Sus pestañas aún tenían pequeñas gotas de lágrimas producidas por la agonizante muerte que debió llevar.

-Algún día todo saldrá a la luz, Violet. El tiempo pasará, las cosas se revelarán y no sabremos qué sucederá, hemos cometido errores, vaya que los hemos cometido, pero no me arrepiento de nada. Si fue un error amarte, pues tal vez sea un imbécil, pero te juro -Dijo él entre su llanto-. Te juro que protegeré todo lo que sea tuyo, mío... y nuestro. Te amo Violet -Dijo débilmente y colocó su cara llorando en su cuello, y continuó agonizando ante la pérdida de su completa razón de vivir-.