Capítulo 3: El comienzo

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Sentía sus venas ardiendo cada vez más, podía sentir su cuerpo pulverizándose, pero ella sabía que no estaba sobre fuego.

- ¿Quieres verlo vivo? Entonces coopera y deja de moverte como un renacuajo –Vio a un hombre de gafas mirarla fijamente y sintió como su cara se humedecía, pero mágicamente, comenzó a verse desde 3ra persona-

Se vio acostada, mientras el hombre intentaba inyectarle algo en su brazo, y le dio tanto temor que gritó, y gritó más fuerte aún.

Pudo notar como el hombre se tapó sus oídos y ella desde la camilla prácticamente inconsciente se levantó.

-Te tengo, te tengo –Dijo tomando el cuerpo de una persona acostada en una cama diferente, y llevándoselo-

Despertó gritando, otra vez.

Pero esta vez estaba en la sala del director, donde se había quedado dormida esperándolo.

Se acomodó en el sofá en donde estaba recostada y miró hacia el suelo, asustada y petrificada, sintiendo como si todo ese sueño hubiera sido real, como si todo eso, hubiera pasado realmente.

- ¡Melissa! –Dijo el hombre entrando a la sala en donde estaba Mel-. Me contaron que has podido encontrarte con Mark y Jasmine –Dijo y Mel lo miró con el ceño fruncido, preguntándose si Jasmine era quien le había contado-. ¿Cómo te ha ido en el recorrido de la institución con Mark?

-Bien, eh, bastante bien. Solo, tengo algunas dudas –Dijo Mel y el hombre la miró atento-. No sé si quiero quedarme en esta institución, no sé si me sentiré cómoda aquí, pienso que...

-No –La interrumpió severamente el hombre-. No entiendes la gravedad de la situación. Una vez que tu entras en este lugar, la gente comienza a darse cuenta de quién eres, no es cuestión solo de protegerte a ti, si no que a todos nosotros. Sin el entrenamiento que te ofrece el internado, no lograrás controlar tu poder.

- ¿Y cómo se cuál es mi "poder"? –Dijo resaltando la última palabra-

-Es sencillo, deberás responder unas preguntas que te darán tu primer día de clase, pero para ello es necesario tu estadía aquí, debemos, vigilar tus actitudes para descubrir todo –Dijo el hombre-. Y, por cierto, me llamo Phil

Mel abrió los ojos como platos al ver cómo reaccionó ante su pensamiento.

-De acuerdo –Suspiró Mel y Phil sonrió satisfecho-

-Te ubicaré en una habitación donde puedas sentirte segura, y dónde sé que avanzarás más rápido. Ve por el pasillo izquierdo, y ahí encontraras todas las habitaciones, la tuya será la 17.

Mel salió del salón en donde estaba reunida con Phil, y se dirigió hacia el pasillo.

Había estado todo el día entero pensando en qué haría, mientras que Mark le enseñaba callado todo el lugar. Le agradaba eso, que no haya tenido que molestarla con sus decisiones o con sus pensamientos, aunque, era inesperado quien te leía la mente en ese lugar o no.

Camino por el pasillo mientras miraba sus pies, sin saber a dónde se dirigían.

Antes de entrar a esa habitación debía llamar a Tom, él era capaz de denunciar su desaparición, así que decidió llamarlo.

- ¿Hola? –Dijo Mel-

- ¡Melissa! ¡Desgraciada engendro de satán, estaba yendo a la comisaria a denunciar que no estabas! ¡¿Te has vuelto loca acaso?! ¡No contestas nada, ni a mí, ni a Grace, ni a nadie! ¡Si esto ha sido una broma, juro que te romperé la cara apenas te vea mujer! –Dijo Tom e hizo que Mel sonría, recordando a su viejo amigo, que quien sabe cuándo volvería a ver-

AtrapadosWhere stories live. Discover now