Capítulo 4: Antiguos, nuevos y futuros

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Mel salió del auto junto a Mark y a Jasmine, admirando el gran edificio del alrededor que los rodeaba. Era una casa colonial enorme, a decir verdad, ella la veía enorme ya que jamás había tenido una gran casa, y jamás había estado e alguna de este tamaño.

-Santo cielo - Fue lo único que logro articular Mel, a lo que Jasmine sonrió ampliamente -

-Lo sé - Dijo Jasmine admirando el lugar de la misma manera que lo hacía Mel-. Es la casa de Chuck, sus padres siempre se van de vacaciones y él nos trae aquí y haces las fiestas del pre-comienzo, es decir, antes de que comience el año estudiantil para que podamos librarnos del horroroso estrés que nos produce - Dijo con voz exagerada y graciosa que hizo que Mel y Mark rieron al unísono -. Bien, ahora entremos y comencemos esa fiesta.

Entraron de manera que a Mel normalmente le habría parecido ruidosa, pero el volumen de la música era tan alto que apenas se escucha su respiración.

De manera extraña y casi confusa, estaba sonando una canción de Christina Aguilera, de esas que habían salido en su película de Bourlesque.

Apenas entro, Jasmine ya tenía mágicamente dos vasos rojos con, seguramente, alcohol.

- ¡Bebe un poco, Mel! Vamos a divertirnos - Dijo y la tomó del brazo, llevándola directamente a la pista de baile, para que comiencen a bailar una canción de pop actual, de esas que no podían ni distinguirse entre la voz robótica del cantante o la batería electrónica tan disyunción al y tan poco melódica y armónica en una canción. Pero Mel decidió dejar que sus malos pensamientos se fueran, y comenzó a disfrutar de la fiesta, bailando junto a Jasmine. -

Aun no entendía que hacía allí divirtiéndose, con toda su vida con patas para arriba, sin saber de su familia, metiéndole a sus mejores amigos y confiando es desconocidos que tranquilamente podrían ser unos desquiciados sacados de una clínica psiquiátrica que intentaban convertirla en loca, y vaya que lo estaban logrando.

-Lo siento - Dijo Mel y separo su brazo de Jasmine, yéndose hacia algún lado donde la música no la perturbe de tal manera-

No sabía qué hacía allí, debería estar preocupada, y ciertamente lo estaba, pero el nivel de culpabilidad que tenía encima por estar festejando sin saber si sus padres siguen con vida o no, la tomaba por completo, dejándola sin ánimo de hacer nada en absoluto.

Salió hacia lo que parecía ser un parque, y vaya que lo era, era un gran parque verde con un montón de árboles y una piscina.

Todos estaban metidos allí, así que decidió buscar un lugar de paz.

Se dirigió a la parte derecha de la casa, donde parecía haber un lugar donde esconderse un rato de sus problemas y dejar desviar su mente, descansar y pensar una solución pronto para su problema familiar y, obviamente, existencial acerca de quién es.

Se sentó en el césped sin importarle que su nuevo short se ensuciar a con cualquier cosa.

Agarro su cabeza entre sus manos y comenzó a agobiarse de pensamientos que estaban destruyendo la y prácticamente volviéndola insana.

- ¿Cuesta, ¿eh? - Dijo una voz a su lado que hizo que saltará del susto, y toda su piel se pusiera de gallina ante el temor que causó en ella una irrupción a su "paz", tan tremenda. Miro hacia su derecha y estaba Jed, con sus rizos chocolate cayéndole en el rostro. Sus ojos azules casi sin poder verse por la poca luz que había en el lugar, y sus brazos tatuados guiando a sus manos para sostener un cigarro-. Sí, es bastante difícil afrontar esta realidad que nos hace ver como locos psicópatas a todos.

- ¿Tú también lees mentes o qué? - Dijo con mal tono Mel -

-No de hecho - Dijo sonriendo de costado Jed -. Tengo fuerza subnormal.

AtrapadosWhere stories live. Discover now