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Sans:

Te espero al lado de los arbustos, una hora después que salga la Luna.

Bien, Sans había tomado esta decisión, lo hizo porque era lo que necesitaba, necesitaba estar con él, deseaba estar a su lado y no tener que separarse nunca más; además lo que esperaba y pensaba era que lo más seguro es que esto no pasara de un simple rumor, en realidad tenía poco que perder si no funcionaba... pero si era lo contrario la ganancia bien valía el riesgo.

Para hacer las cosas con más calma y asegurarse de haber terminado con todo su... asunto en paz le había enviado un mensaje a Edge diciéndole la hora y el lugar en el que se reuniría con él luego de hacer lo que tenía planeado.

Se sentía no muy en el fondo de su alma algo tonto, creyendo en supersticiones y en un rumor que no tenía ni la menor idea si iba a funcionar... quizá era peor no intentarlo y dejar que su propia vida se le escapara de las manos, sabiendo que había tenido la oportunidad a su alcance y la dejaría ir sin haberlo al menos intentado.

Cada día que habían pasado juntos desde su reencuentro era maravilloso, lleno de luz como en los viejos tiempos, no, era más que en los viejos tiempos, las palabras de Edge era como música en los oídos de Sans, sus comidas parecían sazonadas con cariño y su aroma personal le llegaba a parecer intoxicante... la lamia estaba ciega y locamente enamorado.

...

La Luna estaba comenzando a salir y tenía que estar en su rango de visión, esto sería una petición formal, así que imaginó que debería hacerlo mirándola de frente y sin duda en su alma.

Rayos! ¿cómo es que llegó a esa suposición en primer lugar? bueno no importaba, estaba a punto de tomar las verdaderas riendas de su vida en sus manos con este acto de valentía.

Pacientemente esperó hasta que vio la Luna levantarse por entre algunos de los montes cercanos, si, era una llena aunque no era su Luna especial, no pudo esperar hasta que esa volviera a salir, esta era la primera del Otoño...habían pasado seis meses desde el regreso de Edge a Ciudad Ebott, y Sans sentía que no podía esperar más para poder estar con él.

Se terminó de armar de valor y al tiempo que miraba el satélite natural seguir su ascenso en la noche estrellada invocó su alma entre las palmas de sus manos, la dejó descansar ahí y la miró como si nunca antes la hubiera mirado, tan azul... esta era la hora, así que tomando su alma entre sus manos alzó su mirada hacía el cielo y comenzó a hacer su petición.

-Yo Sans, renunció a mi inmunidad y a ser una lamia a cambio de poder convertirme en un Caminante, un esqueleto, para poder estar a lado de la persona a la que amo y junto a la que quiero estar para siempre.

La lamia espero mirando el circulo blanco en el cielo, y nada sucedía, simplemente nada... bueno, al parecer todo no era un simple rumor al que no debió hacer caso... ya vería qué excusa le daba a su amigo para haberlo citado a estas horas, así que por ahora regresaba su alma a su respectivo lugar.

Cuando todo estuvo en su lugar algo dentro de él se sintió como si le hubieran dado un fuerte jalón, el mundo comenzaba a dar vueltas y cayó pesadamente al suelo mientras su visión se volvía totalmente blanca al tiempo que un extraño zumbido se abría paso en su cráneo; dentro de ese momento cegador alcanzó a escuchar una dulce voz que parecía más cantar que hablar.

Amor de LamiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora