FINAL

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La felicidad al alcance sus manos era algo que hace un tiempo había pensado que no sería para él, pero en cambio en este momento, en esta noche, su noche, la que siempre fue la más importante de su vida supo que después de todo este era su sueño hecho realidad; Sans miraba la Luna llena desde la terraza del departamento, si, la primera de la primavera, la misma a la que tantos años atrás le había pedido un compañero para no seguir solo, para no pasar una temporada más en completa soledad, ahora sus más grande anhelo era una realidad.

-Más vale que no estés pidiendo más cosas  a la Luna, ella podría estar escuchandote- el pequeño volteó a ver a Edge mientras este se recargaba en el barandal de de la terraza, devolviéndole una sonrisa verdadera.

-No tengo nada que ofrecerle ya, además, no estoy pidiendo sino dándole las gracias, por fin me concedió un deseo que pedí mucho tiempo atrás, de hecho lo pedí la noche antes de conocernos.

Eso sí que llamó la atención de su novio, eran aún pocas las veces que Sans le hablaba de su vida pasada, incluso en ocasiones ya le parecía que nunca hubiera tenido otra forma, ahora esta era su única realidad, y en parte no lo hacía porque con una existencia tan larga le era difícil recordar absolutamente todas sus vivencias. 

-¿ah sí? ¿que clase de deseo fue en esa ocasión? 

-Hummm... bueno, lo curioso es que aquella noche de primavera yo solo le decía a la Luna que no quería volver a vivir otro año en soledad... no fue un deseo, era más como una plegaria que elevaba cada año desde que tengo memoria.

Edge se separó del barandal y abrazando al pequeño lo levantó para colocarlo sobre su regazo mientras él se sentaba, ambos se miraron por un momento y luego se dieron un beso, uno tierno y puro.

-Cuando era niño me sentía tan aislado que creí que nunca sería capaz de hacer un amigo real, y te sorprenderá saber que a veces también pedía a cualquier fuerza superior que hubiera allá afuera a que me probara lo contrario, en ese momento solo pedía un amigo, pero lo que obtuve al final de camino fue mucho mejor.

La ex-lamia se sonrojo al escuchar sobre las inseguridades de Edge, él en cierta forma las conocía, era de las cosas que le contaba de niño y tambien cuando era más joven, su lucha por sentirse aceptado, su constante batalla por integrarse a sus compañeros, pero a pesar de no haber logrado hacer amigos fuera de Sans él nunca se había rendido y por suerte estando lejos había encontrado también otras amistades.

-Edge... nunca me has dicho... realmente quisiera saber porque te tomaste tanto tiempo para tratar de contactarme despues que tu padre murió.

El arquitecto había intentado no decirle a Sans el porqué, sus razones eran bastante egoístas a decir verdad, pero lo mejor era ser sincero de una vez por todas.

-Porque en ese momento me sentía tan enojado y perdido que comencé a tomar algunas decisiones tontas... si, aunque lo dudes yo el Gran Edge Papyrus Kunstler soy un simple mortal y también me equivoco- eso último le sacó una buena carcajada a Sans- como iba diciendo, de una forma terminé metido en una pandilla de motociclistas; tuve mi motocicleta y todo lo que eso implicaba, como algunas peleas y muchos problemas, pero Undyne me ayudó a salir de eso, cuando Red se enteró de todo mucho tiempo después fue que volvió a buscarme. 

-ooohhhh, vaya vaya, quien diría que el muy correcto Señor Kunstler fue un pandillero en sus días de juventud.

-No pienso hablar más del tema por cierto- Edge no quiso ni siquiera voltear a ver al pequeño, prefiriendo poner su vista en la Luna, agradeciendo el haber hecho que ambos se encontraran en esta vida.

Amor de LamiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora