Capitulo 1: El chico

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Caroline recorría la calle donde estaban aparcados todos los coches de la fiesta. No encontraba el suyo, llevaba un cuarto de hora buscando su coche entre la cantidad de coches mal aparcados. Iba clicando el botón de la llave para ver si conseguía ver alguna luz proveniente de su coche. Nada. Estaba claro que ahora no lo iba a encontrar, quizás mañana cuando todo estuviera más despejado y no hubiesen tantos coches ella podría ver el suyo. Soplaba y soplaba cansada, lo único que quería era irse a casa, pero no podía llamar a su madre para que la fuera a buscar ya que estaba haciendo un turno de noche en el trabajo.

-¿Te has perdido?.-Le pregunto un chico de tamaño mediano, más bien tirando a alto, fuerte y musculoso, poseía facciones y pómulos bien definidos; sus ojos eran entre verdes y azules. Sus cabellos son lisos y negros aun que con un poco de forma y revueltos. 

Caroline observó a ese chico que no había visto nunca, y rápidamente le dijo que no con la cabeza.

-No soy malo.- Dijo el chico de unos diecinueve años aproximadamente con una sonrisa diabólica y a la vez tentadora.

-Me han enseñado a no hablar con desconocidos.- Ahora mismo a Caroline solo le interesaba encontrar su coche, no podía perder el tiempo hablando con un desconocido que parecía estar muy aburrido y lo único que quería era perder el tiempo.

-Está bien, me llamo Dylan Whitemore.

-Vale, Dylan, no es por ser antipática, pero tengo prisa, y no encuentro mi coche, así que...-Antes de que Caroline pudiera seguir hablando la risa de Dylan le había cortado.

-No sabes lo adorable que te ves. ¿Quieres que te ayude?.- Caroline estaba sorprendida, no entendía nada, pero por mucho que le diera un poco de miedo hablar con extraños había algo en Dylan que le causaba tener ganas de seguirle el juego.

-Como quieras.-Y siguió buscando su coche preocupada por la hora que era, mañana tenía clases.

-Oye...Me falta una descripción del coche.-Dylan sonreía, parecía que tramaba algo, o que simplemente le divertía aquella situación, a Caroline simplemente le hacía ponerse tensa y nerviosa.

-Em...es negro, y es grande...bueno es un todo terreno...y...¡y no lo encuentro!.-Saltó al fin histérica, no tenía ni coche ni batería en el móvil, encima un extraño llamado Dylan parecía que le encantaba esa situación, estaba cansada y le dolían los pies, pero no podía ir a casa.

-Porque no vienes mañana a por el coche, esto se habrá vaciado.- Dijo el chico un poco más serio por la reacción de Caroline y acercándose poco a poco a ella.

-Me duelen mucho los pies, no suelo llevar este tipo de zapatos, y no me veo capaz de llegar hasta mi casa caminando.- Caroline se sentó en el bordillo de la acera comprobando si su móvil se había cargado mágicamente. Dylan se acercó a ella y se sentó a su lado, ese gesto le pareció un poco raro a Caroline, era un simple desconocido que le había dicho cuál era su nombre.

-Yo te puedo llevar a tu casa.- Contesto Dylan con la mirada fija en el otro lado de la acera.

-Si claro, y me secuestras, te repito que eres un desconocido, tu nombre no me sirve de mucho.-La chica empezaba a tener nervios al lado de Dylan, no sabía quién era, ni lo que quería.

-Oye, si quieres te explico toda mi vida. Pero no servirá de nada. Te ofrezco a llevarte, no soy ningún secuestrador ni nada por el estilo. Solo soy un simple tío que esta aburrido, y como no sabe qué hacer a decidido ayudarte. ¡Siéntete afortunada! No todos los días Dylan Whitemore decide ayudar a alguien.-Caroline sonrió, aún no sabe porque lo hizo, pero las palabras de ese chico le causaron gracia y una sonrisa que no esperaba que saliera a esas horas de la noche y con todas las desgracias que le acababan de pasar, como lo del coche por ejemplo.

With love, your vampireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora