With love, your vampire

Capítulo 24: Ireal

NARRA CAROLINE

Me recogí el pelo en un simple moño dejando dos mechones de pelo colgando en la parte de delante. Y ya estaba lista. Iba con unos tejanos ajustados negros, una camiseta básica blanca, mi cazadora tejana azul claro y unas bambas granate.

Bajé las escaleras al escuchar el ruido del timbre.

-¿Lista?-Jack me miró de arriba abajo con una sonrisa picarona.

-Si.-Cogí las llaves y el móvil y cerré la puerta. Nos subimos a su coche cosa que me recordó a Dylan y a nuestro trato.

-Como vi que los bares de carretera te aterran...-Me observó con una sonrisa burlona y juguetona.-Te voy a llevar a otro lugar.

-¿A dónde?

-Ya lo veras.-Asentí con la cabeza porque sé que se lo puedo preguntar mil veces y nunca me diría nada.

El coche frenó después de haber estado en la carretera durante media hora. Sin salir del coche miré todo el lugar que nos rodeaba con mucha curiosidad. Mi puerta se abrió y Jacky me tendió su mano para que la agarrara, y así hice.

-Bienvenida a mi segunda casa; bueno, tercera, la segunda es la de los Whitemore.-Reí y volví a contemplar el lugar donde me había llevado.

-Pensé que la tercera sería ese bar de carretera.-Le sonreí amigable y divertida.

-Esa es la cuarta.-Empezamos a avanzar entre los árboles que rodeaban la pequeña casa.-Encontré esta casa abandonada ara unos tres años, y decidí instalarme en ella, nadie sabe que existe, y si lo saben no se acuerdan de ella.-La casita era preciosa, toda de madera y con un porche por donde ver el atardecer, sin duda era perfecta.

-Es muy bonita.-Se notaba que le había puesto esfuerzo. Seguimos avanzando y entramos en su pequeña casa. Al entrar me encontré en una habitación pequeña pero acogedora, con un sofá a un lado de la casa con un televisor en frente y una mesa de comer en el centro. También había una cocina y dos puertas donde una te llevaba a una habitación y la otra a un pequeño despacho.

NARRA PETER

-Oye hermanito.-La voz de mi hermano me distrajo de mis peores pensamientos.

-¿Qué?-Le contesté con pocas ganas de hablar con él.

-¿Tu sabes algo del padre de Caroline?-Dirigí mi mirada a Dey ¿Por qué me preguntaba eso ahora?

-Dylan... Su padre...está muerto...-Mi hermano abrió un poco la boca como si fuera a decir algo, pero rápidamente la cerró y se largó.

No sé qué le pasaba ahora, y tampoco lo quería descubrir.

Bajé lentamente las escaleras en busca de un poco de sangre de bolsa.

La puerta de abajo, donde mantenemos las neveras con sangre estaba medio abierta. Era extraño, muy extraño, ya que Dylan siempre la dejaba cerrada, y yo hoy no había bajado en todo el día.

-¿Dey?-Quizás él estaba dentro.

Pero no obtuve respuesta alguna.

-Peter...-El escalofriante susurro provenía de dentro de la habitación con la puerta abierta.

Con pasos silenciosos me adentre en la habitación.

Nada.

Estaba vacía.

-Peter...-O eso parecía. Busque con la mirada la persona que me estaba llamando, pero en este cuarto tan solo estaba yo.

-No estoy en ninguna parte...-Me estremecí, sentía una dolor ardiente dentro de mi pecho.-Estoy dentro de ti... Estoy en tu cabeza y en tu corazón... ¿Notas eso?-Escucho risas.-Soy yo... Encerrada en tus recuerdos...-El dolor va a más. En algún momento caigo al suelo y pego un grito de dolor.

-¡Peter!-Dylan entra corriendo en el cuarto y me saca de allí. Siento que voy a caer inconsciente, pero intento mantener los ojos abiertos, sé que si los cierro caeré en un sueño de desesperación y recuerdos oscuros, y eso me hará caer de nuevo.

NARRA JESS

Me encantaría poder decir que todo lo que me ha contado Peter sobre las brujas no me ha dejado intrigada. Pero para nada es así.

Me encuentro en mi casa leyendo libros de brujas y algo llamado grimorios.

Sinceramente no entiendo nada de los grimorios, todo está escrito en una lengua antigua, alguna palabra más que otra entiendo, ya que es muy parecida a mi idioma, pero por lo demás tan solo me parecen frases sin sentido alguno.

Cierro el libro actual que me estaba leyendo al no encontrar nada útil. Y abro otro de nuevo.

Paso página tras página esperando encontrar alguna página que contenga la palabra don.

Nad...

Espera, espera, espera...

Retrocedo dos páginas.

-¡Aquí!-Suspiro aliviada, llevo toda la tarde buscando alguna cosa que me pueda servir como pista o que realmente admitan que soy una bruja. Lo sé, me he vuelto totalmente loca. Pero mi primo Mark es insoportable, ni de coña me va a ganar en nada, ni siquiera en un estúpido don.

-Los dones se consiguen haciendo algo importante para alguien que quieres...-Leo concentrada.-Un don es algo difícil de conseguir, y algo muy importante para el brujo. Puedes ser brujo y no obtener nunca tus poderes ya que no habrás hecho nada importante. Cuando tu don se te sea liberado, tus poderes vendrán contigo también.-Eso era surrealista, era ilógico y sobretodo, estúpido.

-No sé ni porque creo en estas cosas...

NARRA DYLAN

Dejo a mi hermano descansando en su cama. Me preocupa su estado. Pero también me preocupa Caroline. Y de momento Peter ha caído cao, así que no creo que despierte hasta dentro de un buen rato.

Me dirijo de nuevo a la casa donde Ian me abrió sus puertas de mala manera. No sé exactamente que estoy haciendo, y tampoco sé que le diré a Ian si lo veo.

Pero está claro que necesitaba respuestas, y Ian me las iba a dar, quisiera o no.

Llego a la enorme casa del bosque. No pico el timbre y abro directamente la puerta, no quiero ser educado con ellos.

-Dylan...-Parece que he sorprendido a Ian.

-Tu y yo vamos a hablar te guste o no.-Mi tono suena lo más agresivo y frío posible.

-¿Ahora?-Me señala hacia atrás. Parece que he interrumpido algo importante. Supongo que es una reunión entre los Alfas de las manadas.

-Sí, ahora.-Noto la cara de enfado de Ian y las miradas de odio por parte de sus invitados. Sé que no les agrado en absoluto, pero que más me da, ellos tampoco me agradan a mí.

-Señores,-Se gira y se dirige a sus invitados con las manos juntas.-Espérenme aquí, en nada vuelvo.- Me mira y me hace un gesto para que suba a la planta de arriba junto a él. Allí quizás tenemos más intimidad y no hay Alfas chismosos alrededor.