Capítulo 15: Hermanos

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Salimos del instituto corriendo al escuchar el timbre sonar. No nos hizo falta pasar por la taquilla ya que no teníamos nada que estudiar y tampoco nos habían puesto deberes.

-Dios, creo que me he dormido en la clase del señor Mathew...-Ese hombre es muy aburrido, siempre que habla alarga la última letra y parece que se esté durmiendo.

-Yo espero que algún día se duerma. La de bromas que le haríamos.-Dijo Peter sonriendo e imaginando todas las jugarretas que fueran posibles.

-Y que te expulsen.-Contesta Jess.

-O que le echen a él por dormirse.-Se defiende Peter.

-Chicos, me encantaría seguir con esta gran conversación, pero tengo que irme.-Dylan estaba dentro del coche observándome con cara de cansancio, y no quería hacerle esperar.

-Chao.-Me dijeron ambos.

Me dirigí al coche y abrí la puerta. Ni siquiera me digné a saludar a Dylan, pero a él eso no le pareció molestarle, ya que sin mirarme siquiera arrancó el coche y salimos de allí.

El silencio que se formó en el coche era un poco incómodo, ni si quiera había música para relajar las cosas.

-¿Y qué tal?-Giré la cabeza sorprendida, Dylan me había hecho una pregunta.

-Bien.-No quería sonar confiada, así que le respondí cortante y lo más fría que pude.

-Genial.-Finalizó él.

-¿Y tú?-Mi madre me enseñó a ser educada.

-Bien también.-Y por primera vez desde ayer me miró, no sonrió, pero me miro con las gafas de sol puestas. Las gafas de sol le daban un toque maduro y misterioso, me encantaba como lo quedaban.

Y el silencio volvió a reinar el coche. Al principio me habría encantado este Dylan, un tipo que no hablaba y que no intentaba ser amable conmigo, pero ahora lo desprecio.

Llegamos a mi casa, me baje del coche sin inmutarme a decirle nada.

-Adiós.-Lo escuche decir. Me gire para observarlo, las comisuras de su labio estaban elevadas formando una pequeña sonrisa. Le dije adiós con la cabeza y me fui.

Esto cada vez era más raro.

-Hola.-Dijo mi madre bajando las escaleras.-Cariño, te he dejado un trozo de lasaña en el horno, sácalo y cómetelo ya antes de que se enfríe.-Llego hasta mí y besó mi mejilla.-Te quiero, estudia mucho, ¿vale?- La yema de uno de sus dedos acariciaba mi mejilla suavemente. Mi madre era una mujer muy cariñosa.

-Vale, yo también te quiero mamá.-Se alejó de mí, cogió sus llaves, me echó un último vistazo y se fue.

La tarde me paso muy lenta, ninguno de mis amigos podía quedar. Bueno, para ser más exactos ni Peter ni Jess podían quedar.

NARRA PETER

-Adiós Jack.-Me despedí de él antes de que abandonara la casa. Jack no era un mal tío. Tenía su parte oscura, pero también sabia como hacerse querer. Jack y yo teníamos una buena relación. Siempre me había parecido un capullo, eso es cierto. Pero sin duda se había ganado mi respeto y mi amistad. Siempre había que ir con cuidado cuando se trataba de él, nunca sabes lo que va a hacer o decir. Es un chico un tanto peligroso, y tiene las ideas muy claras, pero hay veces que reacciona ante el daño que causa. Sí, lo sé, no tendría que juntarme con gente como él si estoy intentando ser mejor, pero Jack es una simple excepción.

Observe a mi hermano. Se encontraba sentado en el sofá bebiendo ron y con los pies en la mesita.

-¿Y a ti que te pasa?-Me dijo sin apenas mirarme.

-A mi nada señor bipolar.-Creo que entendió perfectamente a que me refería cuando lo llame bipolar.

-Déjame en paz.-Se levantó e intento irse pasando por delante de mí. Pero lo agarre del brazo antes de darle una oportunidad para abandonar la conversación que se estaba formando.

-¿Qué quieres?-Me pregunto irritado.

-Hablar.

-No se me da bien hablar.-Intentó zafarse de mi agarre, pero no pudo.

-Caroline dice que estas siendo un bipolar.

-¿Y que más te da?-Me miro con esa mirada que suele utilizar con la gente que intenta meterse en su vida, sea para bien o para mal.

-Bueno, pues Caroline es muy buena amiga mía. Y digamos que tú eres un idiota sin sentimientos que no sabe cuidar a una buena chica.

-No sabía que ahora tenías amigos.-Me contestó con una amplia sonrisa de maldad, cosa que me enfureció un poco.-Invítalos algún día, podemos hacer una fiesta de pijamas.-Su sonrisa se a largo más, y su tono cada vez era más de burla.

-Esto no va en broma Dylan. ¿Puedes por una vez en tu vida tomarte las cosas en serio?-Mi mirada fría lo molesto, así que dejo de sonreír y se puso severo.

-Ya estoy cuidando de Caroline, ¿vale?

-Prométeme que no es uno de tus juegos rebuscados.-No me contestó, simplemente apretó su mandíbula y miro a algún lugar donde no coincidiera con mi mirada.

-¡Prométemelo joder!-En ese momento me miro, su cara de furia se relajó un poco.

-¿¡Y a ti porque te tengo que prometer nada!? ¡Hace tiempo que tú y yo ni siquiera somos hermanos!-No sé por qué hice eso, pero me sentó bien. Me acerque a él y lo abracé. Hacia tanto tiempo que no abrazaba a mi hermano. Pensé que Dylan se apartaría, pero sin embargo sus brazos me abrazaron y me estrujaron contra él, creando un abrazo fuerte de hermanos.

-Siempre seré tu hermano.-Le dije sin dejar de abrazarle.

-Lo sé. Igual que sé que eres un cursi, y que este momento es muy cursi.-Los dos reímos y nos separamos.

-Te prometo que no estoy tratando mal a Caroline, sí, he sido un poco frío con él, pero no le he hecho nada malo.-Asentí confiando en él. Que mi hermano fuera frío era natural.-Y nunca será un juego para mí.-Lo mire a los ojos y supe que decía la verdad. Es mi hermano y debía de creer en él.

-Ahora Christian diría alguna estupidez.-Me sorprendió el hecho de que Dylan mencionara a Christian. Dey con una sonrisa de anhelo, casi imposible de ver.

-Sí, nos llamaría cursis y nos daría una patada en el culo.-Incluí yo. Los dos sonreíamos y recordábamos los viejos tiempos.

-Yo no dejo que pegue mi bello trasero.-Dijo acariciándose el culo. Me hizo gracia su comentario, Dylan nunca cambiaria, siempre será sarcástico, pero es mi hermano, y no lo puedo cambiar.

NARRA DYLAN

Después de ese pequeño momento con mi hermano subí a mi habitación. Me estiré boca arriba en mi cama y coloque mi brazo encima de mis ojos de manera que no se pudiera filtrar la luz. Quizás había estado demasiado frío con Caroline, deje que los comentarios de Jack me afectaran e intenté demostrarle que yo no era el perro faldero de nadie.

¿Qué haría Christian? Se supone que soy el hermano mayor, pero no dejo de pensar que haría Christian en estas situaciones.

Estoy buscando un clan que busca a una chica, pero cuando lo encuentre ¿Qué se supone que are? No puedo denunciarlo a la policía.

Ahora Christian ya tendría todo un plan ideado. Pero sin embargo aquí estoy yo, intentando pensar que haría una persona que está muerta. 

With love, your vampireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora