Durante esa fría noche, la niña miraba la espalda del hombre que la había liberado, pensando que podría utilizar para abrir la piel de su garganta con facilidad.
El moreno conducía la carreta con demasiada determinación, estaba enfocado en pasar la frontera. En solo pensar su objetivo, hacia que sus manos temblaran evitando pensar que su principal problema observaba detrás de él.
(***)
Cuando el sol se hizo presente en el horizonte, fue el tiempo límite que había marcado la niña para dejar con vida al pueblerino.
En su mano sostenía, con mucha presión, un pedazo de madera con un clavo adherido, donde la punta más filosa sobresalía por el otro lado. La pequeña lo había encontrado de casualidad cuando estiraba sus piernas unas horas después de huir.
Aun con los moretones en su cuerpo, ella sintió que si no hacía un esfuerzo por sí misma para levantarse y luchar no llegaría lejos de allí, por lo que sí o sí debía usar la poca fuerza que tenía en asesinarlo.
(***)
Un río en las cercanías provocó que el hombre se concentrará en el rápidamente para detenerse y abastecerse de agua para su viaje.
Alessa se levantó despacio y sin demostrar sentimientos o arrepiento por lo que estaba por hacer, corrió los pocos pasos que tenía hacia la espalda del individuo, rodeando con su brazo el cuello de este. Cuando estaba a punto de atravesar con el clavo su garganta, este la agarró del brazo haciendo que la niña desviará el clavo de su cuello y hiriera el hombro del moreno.
El forcejeo provocó que ambos cayeron al suelo, dando dos vueltas en la tierra, mientras la carreta seguía andando hasta detenerse a uno metros.
Alessa encontró estabilidad y comenzó a correr con dificultad pero el sujeto justo se lanzó por encima de ella dejándola tendida en el suelo con las manos inmóvil, ya que, este las sujetaba con fuerza para que evitar que escapará.
-Maldita bruja, verás lo que es el verdadero terror- dijo el hombre acomodándose sobre la niña para evitar que ella intentará correr nuevamente.
-Déjame, en serio tengo una familia a cual volver, ellos te darán diamantes, muchos diamantes...
-¡Cierra tu sucia boca! No creo tus mentiras, solo eras una esclava que no sabe su lugar - continuó el señor sentándose sobre su cintura, haciendo que cada movimiento de piernas que ella hacía para librarse fuera en vano. Se acomodó para poner sus piernas sobre las de la muchacha haciendo que ella gritara de dolor por la presión ejercida por su peso sobre estas.
- Te romperé las piernas para que no vuelvas a moverte nunca más, pequeña bruja - prosiguió saltando sobre las piernas de la niña.
-¡Noooooo! Mis piernas no - gritó una y otra vez la pequeña llorando- te lo ruego.
Los gritos desgarradores sobre esas llanuras, hacían dudar sobre sus acciones al hombre, pero la furia era aún mayor que su misericordia, provocando que prosiguiera saltando sobre las piernas de la niña, una y otra y otra vez.
Sin lograr romper los huesos, este soltó las manos de la muchacha dejándola tendida en el suelo con contusiones más grandes en las piernas y dejando su rostro manchado de lágrimas y polvo.
-No di mi vida para no obtener nada, maldita, algo haré contigo- dijo el pueblerino sacandose la tabla insertada en su hombro.
Agarrando las piernas blancas de la pequeña, comenzó a arrastrarla hasta la carreta que había quedado lejos de ellos.
- Por favor, te lo ruego, solo quiero ser libre... Por...favor.
Ignorando los ruegos de la pequeña, él seguía arrastrándola.
Casi llegando a la carreta, la alzó por debajo de los brazos y la cargó hasta llegar al trasporte, pero esta vez ató sus muñecas con un pedazo de tela que había roto de su camisa.
El hombre subió devuelta a la carreta y siguió guiando al caballo hacia más allá de las fronteras.
(***)
La brisa cálida de la tarde se volvía fría, la brillante luz en el medio de los cielos se opacaba, y la niña que yacía inconsciente sobre las tablas de la carreta, volvía en sí mirando como el tiempo había cambiado totalmente desde que se había desmayado.
-¿Qué harás conmigo?- comentó la chiquilla.
El moreno desviando un momento la mirada para corroborar que no lo sorprendiera con nada extraño, dijo en tono frío- Por ahora debo pensar sobre ello en un lugar seguro.
- Te diste cuenta que no soy una bruja ¿no?. Por eso estás pensando qué hacer con alguien que no cumplía con tu estúpida creencia- comentó en tono sarcástico y burlesco la muchacha.
- Si, admito que era un ignorante pero tu ojo servirá para algo útil, ya sea para engañar o extraerlo de tu rostro y venderlo a los brujos.
- Por favor extraelo, fue mi principal problema durante mis 12 años de vida.
- ¿Quién te otorgó esa maldición?.
- Herencia de mi padre según me contó mi madre.
- ¿Qué sucedió con él?.
- Mmm no sabría decirte, ni mi madre pudo contestarme esa pregunta.
-¿Y tu madre?.
-Disculpa pero ¿En qué te puede ayudar saber sobre ellos?
-Necesito charla para no dormirme hasta encontrar un refugio.
-Ya veo...- exclamó la pequeña tratando de tapar sus ojos con las manos atadas-Bien coméntame sobre tí, capaz seas alguien más interesante que el idiota pueblerino creyente en estupideces que veo en superficie.
-Tienes una boca muy grande pequeña alimaña, ten cuidado con las palabras son más dañinas que las piedras que recibiste.
- Fue culpa de ese niño idiota que me ...- luego Alessa se quedó callada, al recordar el rostro del niño de ojos azules que en un comienzo le había ocasionado problemas y junto con él, a Baltazar.
-Bal- ta- zar- dijo entre cortado y casi susurrando, recordando su encantadora sonrisa.
-Oye ¿qué andas susurrando ?- comentó el moreno mirándola de reojo.
– Recordé algo...
–¿Y qué fue?.
–Recordé cuando un chico me causo muchos problemas en donde vivía antes, en el Reino Hefesto.
– Ese reino queda en sentido contrario. Menos mal tomé el camino hacia Céfiro- exclamó relajado el hombre.
–Si... Menos mal- comentó Alessa con una leve sonrisa.
En multimedia, la carreta del moreno.💕
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El Juego De Dios
FantasyEsta historia se basará en tres jóvenes, pero más precisamente en ella, una joven de 12 años que creyó conocer todos los lados ocultos del mundo, pero la realidad le mostrará que no todo permanece igual, las personas cambian, el mundo tambien, ya se...