Capítulo Ocho

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Esa mañana Taehyung no había podido evitar dudar de su decisión de contratar a Jisoo. Las dudas no eran algo habitual en él. No podía permitírselas. Su trabajo exigía tomar decisiones en segundos.

—¿Cómo te convenció? —preguntó Suga, en el despacho que compartían.

Era una estancia funcional, con un par de sillas de visitas, ordenadores, monitores, una anticuada pizarra blanca y una gran mesa de trabajo rectangular en el centro. Los dos escritorios estaban colocados juntos delante de las ventanas con vistas al río.

—Fue por Jungkook. Me da igual quién lo haga, pero alguien tiene que contratar a una niñera.

—Eso podía hacerlo Jennie.

—Jisoo parece metódica. Eso me gusta.

—¿Crees que Jennie corre un peligro real?

—Creo que Jisoo lo descubrirá. Si no es nada, fantástico. Cuando tengamos niñera, se podrá largar.

—¿Has preparado las pruebas de entrada de personal? —preguntó Suga.

Taehyung lo miró sorprendido.

—No. Esto es una contratación normal.

Todos los agentes de seguridad de Pinion tenían que pasar exámenes de teoría, habilidades técnicas, manejo de armas y buena forma física. Había un ochenta por ciento de fracaso, incluso entre exmilitares. La carrera de obstáculos era especialmente dura. Era imposible que pudiera completarla una mujer.

—¿O sea que rebajas los requisitos? —preguntó Suga.

—Sí. Por ella. Es una misión única, ella no es...

—No te atrevas a bajar los requisitos —lo interrumpió la voz de Jisoo desde el umbral.

Ambos hombres se volvieron al oírla. Taehyung se puso de pie.

—Esto es una conversación privada —dijo.

—Pues deberías haber cerrado la puerta —los ojos marrones de ella eran duros como andalucitas*—. No quiero ventajas para mujeres.

—Eres una mujer —repuso Taehyung—. Y el empleo es temporal. Los exámenes serían una pérdida de tiempo.

—Entonces los haré en mi tiempo libre. Ya será bastante duro ganarme el respeto de los demás agentes sin saltarme también las pruebas de entrada.

—Tú no te vas a ganar su respeto —dijo Taehyung. Era la verdad y no tenía sentido fingir otra cosa.

—Así, desde luego, no.

—Y no lo necesitas. Trabajarás solo con Jennie.

—Tal vez —Jisoo entró en el despacho y se apoyó en la mesa de trabajo—. Pero eso no importa. Me verán por aquí.

—Deja que los haga —intervino Suga.

Taehyung lo miró, atónito porque su amigo lo contradijera, pues Suga solía ser reservado y circunspecto.

—No los pasará —contestó.

—Los pasaré —declaró Jisoo. Enderezó los hombros y se cruzó de brazos.

—¿Vas a transportar un muñeco de noventa kilos? —preguntó Taehyung, nombrando solo uno de los más de veinte obstáculos.

—Sé levantar peso.

—¿Subir una pared de diez metros con soga? ¿Una carrera de veinte kilómetros?

—Sé correr, escalar, nadar y disparar. No asumas lo que no puedo hacer Taehyung —se acercó a él apretando los labios.

Taehyung deseaba besar aquellos labios. No quería verla luchando en la carrera de obstáculos, tropezando de agotamiento, arrastrándose por el barro... Había visto a hombres duros llorar allí. ¿Cómo la iba a ayudar eso a ganarse el respeto de sus compañeros de seguridad?

—No —dijo con determinación.

—Sí —ella se detuvo a poca distancia de él y lo miró a los ojos.

—¿No ves que intento ayudarte? —preguntó Taehyung.

—¿No ves que no quiero tu ayuda? —Jisoo miró a Suga—. Es tu socio. ¿Cómo hago para que cambie de idea?

Suga se encogió de hombros.

—Yo uso whisky de malta de treinta años.

—Hecho —repuso Jisoo sin vacilar.

Giró sobre sus talones y salió del despacho. Suga sonrió divertido.

—Tenía que haberle sugerido que usara el sexo —comentó.

—¿Qué?

—Veo cómo la miras.

—Eso no es lo que pasa aquí —respondió Taehyung.

Sí, Jisoo era atractiva. Y él quería besarla. Y quizá algo más. Pero era una simple cuestión de hormonas.

Además, a el le gustaban las mujeres suaves y maleables, mujeres bien peinadas con maquillaje y vestido de seda. Había diferencias entre hombres y mujeres y, por lo que a Taehyung respectaba, cuanto más acusadas fueran esas diferencias, mejor.

Además, él no se acostaba con empleadas.

—Ya veremos —comentó Suga—. De momento has tomado una mala decisión. Si la metes aquí sin que tenga que hacer las pruebas, los hombres se la comerán viva.

—Se la comerán viva de todos modos. Por eso no contratamos mujeres.

—Quizá deberíamos. Si hubiéramos contratado ya alguna, ahora esto no sería un problema tan grande.

Taehyung apretó la mandíbula. No hizo falta que dijera lo que pensaba.

La expresión de Suga se suavizó.

—También hemos perdido hombres —dijo.

—Pero no por nuestra estupidez.

—Contratar a Ha Yi no fue una estupidez.

—Fue estúpido dejar que muriera el quinto día.

—Las operaciones a veces salen mal —dijo Suga.

—Ella no tendría que haber entrado en aquella casa.

—No fue porque era mujer.

—Sí lo fue.

Suga suspiró; —Fue una mala idea desde el principio.

—Desde luego —dijo Taehyung—. Y no pienso cometer dos veces el mismo error.

—Nadie te pide eso.

Taehyung miró a su amigo, pero lo que veía eran los grandes ojos marrones de Ha Yi. Ella se había ido riendo de la oficina aquel día. Y era una mujer muy fuerte. Suga interrumpió sus pensamientos.

—La carrera de obstáculos no es peligrosa —dijo—. Bueno, es peligrosa, pero no mortal. Y contratas a Jisoo pata proteger a tu hermana.

Taehyung volvió al presente.

—La contrato para leer las redes sociales y buscar una niñera.

—Ella no trabaja en una burbuja. Y está entrenada. Tiene experiencia. Dale una oportunidad con las pruebas. Sabes que la respetarán más si lo intenta y fracasa que si no las hace.

Taehyung guardó silencio. Había sido mala idea contratar a Jisoo.

Y el odiaba meter la pata.




















-

Tengo hambre.

*Las andalucitas son gemas, necesitaba una para comparar los ojos de Jisoo y pues las andalucitas pueden ser marrones, no tiene más misterio 😂

Contrato Por Amor ✦ Vsoo/Taesoo ✦ AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora