Capítulo Cinco

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En la sala de control, Suga volvió la cabeza al encontrar a Taehyung y miró a Jungkook, que dormía plácidamente sobre su hombro.

—¿Un empleado nuevo? —preguntó.

—Es el programa de aprendizaje —repuso Taehyung

Dos docenas de pantallas decoraban las paredes, donde recibían imágenes de cámaras fijas y móviles, rastreaban aparatos e información de sus oficinas internacionales. A esta hora de la noche, la gente llegaba al trabajo en Dubai.

—Asumo que este es el sobrino nuevo —comentó Suga.

—Hay una niñera en camino. Ha tenido problemas con el coche o con un niño o algo.

Taehyung solo sabía que estaba solo con Jungkook. Y no le gustaba.

—¿Jennie ha salido? —preguntó Suga con tono de desaprobación.

—Está trabajando.

Suga miró a Jungkook de arriba a abajo.

—No lo entiendo —comentó—. Si se hubiera quedado embarazada ella, sí, pero así...

—Estás hablando de mi hermana.

—Que no es precisamente muy maternal.

—Estoy pensando en una niñera a tiempo completo.

—¿Una para cada uno de ellos?

Taehyung abrió la boca para defender de nuevo a su hermana, pero no dijo nada. No tenía sentido fingir que Jennie estaba en posición de criar a un niño, y para él era un misterio por qué una madre soltera agonizante le había hecho prometer a su hermana que cuidaría de su hijo.

—He visto que Jisoo se ha ido con ella —comentó Suga.

—No la he contratado.

—¿Y ella lo sabe?

—Sí.

—No va equipada —dijo Suga. No era una pregunta. Si Jisoo llevara una cámara o un aparato de comunicaciones, Suga lo vería en los monitores.

—No es una operación, es un concierto.

—¿Han analizado los datos?

—Todos no. Todavía no. Son cartas de fans. Si Jennie se pasea por el escenario vestida con lencería cantando melodías pop, es normal que algunos tipos hagan comentarios.

—¿Tú crees que no hay peligro?

—¿Tú crees que sí?

Suga se encogió de hombros.

—Lo dudo.

Taehyung se sentó en una de las sillas con ruedas.

—¿Qué pasa en Oriente Medio? —preguntó.

Suga acercó con el zoom a la imagen de una pantalla.

—El príncipe Seungri trasnochó y el coche está ya delante del hotel. Cuando se fue de la fiesta, llevaba una supermodelo colgada del brazo.

El príncipe Seungri era un hombre treintañero muy rico que apoyaba sinceramente al capitalismo y un régimen regulador. Contaba con el respeto de sus compatriotas y la comprensión de Occidente. Y a nadie parecía importarle lo que hacía o dejaba de hacer en su vida privada.

—¿Se sabe algo nuevo de la manifestación? —preguntó Taehyung.

—Tranquila. Sehun tiene cinco hombres infiltrados entre la gente. Están en comunicación con la policía local.

—En cuanto termine el discurso, pasa detrás del cristal.

—Ese es el plan.

No se atrevían a situar el podio detrás del cristal blindado, pero habían levantado una barrera a cada lado del escenario para que solo quedara expuesto un dignatario cada vez.

—¿Los francotiradores? —preguntó Taehyung.

—Dos nuestros y cinco del departamento de policía. Seungri consintió en el chaleco salvavidas.

—Hay una primera vez para todo —murmuró en un susurro Taehyung.

Jungkook se retorció en su hombro.

—¿Qué vas a hacer si tiene hambre?

—La niñera llegará en cualquier momento —repuso Taehyung. Pero su amigo tenía razón. Jungkook acabaría por tener hambre

—¿Jennie te ha dejado un biberón?

—¿Cómo dices?

—Asumo que la niñera está desaparecida en combate. Mira en la nevera. Seguro que hay biberones.

—Es una niñera, no una fugitiva. Llegará en cualquier momento.

Jungkook volvió a retorcerse.

—¿Desde cuando te importan los bebés? —preguntó Taehyung.

—Parece intranquilo.

—Se supone que dormirá horas.

—Lo que tú digas —Suga miró una pantalla y pulsó un interruptor en sus auriculares— SeokJin está en ese trabajo de Río, ¿recuerdas? Está huyendo.

—¿Qué ha pasado?

—Han habido tiros.

—¿Contra el grupo de música? —Taehyung no podía creer lo que oía.

—No hay bajas. Están en el autobús camino del hotel.

SeokJin estaba en un festival de jazz de Río con un grupo de California. El festival no tenía historial de violencia y lo habían considerado una operación de rutina.

—Creen que probablemente eran disparos de celebración —comentó Suga—. Pero Jin no ha querido correr riesgos.

—Buena decisión.

—Recibido —dijo Suga en su micrófono. Sonrió— Ya no van al hotel. Se han cruzado con una fiesta en la playa. Jin llamará a un par de refuerzos.

Sonó el teléfono de Taehyung.

—¿Sí?

—¿Taehyung? Soy Jisoo. Jen me ha dado tu número privado.

La voz de la joven lo tomó por sorpresa. Por alguna razón, parecía resonar en sus huesos.

—¿Ocurre algo? —preguntó.

—He pensado que querrías que te informara.

—Lo que quiero es una niñera.

—¿No ha llegado todavía?

—No.

—Vaya. Jennie está en el escenario. El público está como loco. Es muy buena, Taehyung.

—Ya lo sé.

—Me refiero a buena de verdad. Hay algo en el público. Una energía, casi fervor. Esto va a ir a más y creo que debes pensar en formalizar su seguridad.

—A ver si lo adivino, ¿tú quieres dirigir eso?

—Claro.

—Era una broma, Jisoo.

—Yo hablo en serio.

—Tú quieres un trabajo.

—Tengo que irme. Hablaremos luego.

Taehyung suspiró y guardó el teléfono. Jungkook gimió entre sueños. Suga miró al bebé divertido.

—¿Estás dispuesto ya a mirar en la nevera?

















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NO HAY PALABRAS QUE DIGAN LO ORGULLOSA QUE ME SIENTO DE MI HOMBRE, HOSEOK YO SIEMPRE TE TUVE FE.

Yoongi en la foto ajiqkqkqks me encanta
Me jui a la vrga, bai <2+1

Contrato Por Amor ✦ Vsoo/Taesoo ✦ AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora