Capítulo Cuatro

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Jisoo había conseguido quedarse con Jennie en el apartamento.

Tenía un centenar de emails ordenados por montones en la mesa del comedor y había reconstruido los últimos conciertos de Jennie en un mapa digital en su tableta.

Jungkook hacía ruiditos en su sillita en el rincón de la sala de estar y Jennie charlaba con su mánager por teléfono en la cocina.

Jisoo buscaba correspondencias entre los emails y las fechas de las actuaciones y quería unir ambas cosas en el mapa. Para eso necesitaba un escáner.

Miró a su alrededor y vio una puerta abierta que parecía prometedora. Se levantó a mirar y vio que era el despacho casero de Taehyung. En un rincón encontró un escáner.

—¿Necesita ayuda? —preguntó la voz profunda de él a sus espaldas

—No —repuso ella—. Creo que ya está funcionando.

Él frunció el ceño.

—¿Y qué demonios hace en mi despacho sin permiso?

Ella le sostuvo la mirada.

—Escanear documentos.

Seguían mirándose a los ojos, y Jisoo sintió un cosquilleo en la piel. No había duda de que se trataba de un hombre atractivo.

—Tiene que irse —dijo él.

—¿No quiere saber lo que he encontrado?

—Los dos sabemos que Jennie no corre un peligro real.

—¿Está seguro?

—Lo ha intentado —repuso él—. Lo ha intentado mucho. Pero no la contrataré.

—¿Por qué no?

—Por una simple cuestión de masa muscular, por eso.

Jisoo respiró hondo. Sabía que aquella era su última oportunidad para hacerle cambiar de idea.

—La inteligencia puede superar a la masa muscular.

—Lo sé —contestó él—. Yo contrato a la gente por conocimientos e inteligencia. Por habilidad y por intelecto. Por experiencia y profesionalidad. Y cuando se dan todos esos elementos, también por fuerza y poder.

—Yo tengo todas esas cosas.

Él movió la cabeza.

—¿Qué hace si la atacan dos hombres musculosos?

—Dispararles —respondió ella sin vacilar.

—Va desarmada.

—¿Y usted? Habrá veces en las que hasta usted, con sus sesenta...

—Sesenta y dos.

—Con sus sesenta y dos kilos de músculo y tendones también estará en minoría.

—Menos a menudo que usted —dijo él con suavidad.

Algo se había movido en las profundidades de sus ojos y ella volvió a ser muy consciente de su físico. Estaban muy cerca y podía olerlo. Y olía bien. Unos centímetros más y sentiría el calor de su cuerpo.

Se dijo que quería luchar con él, no besarlo. Pero sabía que era mentira.

—Intenta distraerme —dijo.

—Usted intenta distraerme a mí —Taehyung se inclinó todavía más hacia ella.

—No es adrede.

—Sí que lo es.

—¿Cree que puedo hacer eso? —preguntó ella—. Con toda la autodisciplina que debe de tener, ¿podría distraerlo con sexo?

La expresión de él vaciló.

—Si puedo hacerlo —prosiguió ella—, debería contratarme entonces. Porque eso es mucho más de lo que puede lograr ningún hombre musculoso.

—¿Ese es su atributo más fuerte? —se burló él.

Jisoo comprendió su error.

—No —contestó—. Mi atributo más fuerte en este momento es la navaja que le apunta el riñón.

—No tiene navaja.

—Está enfundada. Pero sí la tengo.

Él se movió y ella alzó de inmediato el puño para mostrarle que podía haberle apuñalado.

Él le agarró la muñeca y le puso la otra mano en la garganta a ella.

—Está muerto —le dijo Jisoo.

—Me estoy desangrando —repuso él—, pero usted también está muerta —acarició con gentileza la piel del cuello de ella.

—¿Estoy contratada?

—Está loca —musitó él.

Su voz era un susurro. La iba a besar. Se notaba en la niebla de sus ojos y en la respiración. Y Jisoo sabía que se lo iba a permitir. Y que sería fantástico.

—¿Jichu? —dijo la voz de Jennie.

Taehyung se apartó al instante. Jisoo volvió a la realidad.

—Estoy aquí —dijo.

—Tengo un concierto esta noche —dijo Jennie—. Es uno bueno. En el Ripple Branch, en la avenida Georgia. Han tenido una cancelación —apareció en el umbral— ¿Puedes venir conmigo?

—Me encantaría —respondió Jisoo.

Jennie respiró hondo.

—¿Te importa quedarte de canguro? —preguntó a Taehyung.

—¿Qué?

—Jungkook se dormirá a las ocho —explicó Jennie—. Y yo no tengo que irme hasta las siete. Solo tienes que darle un baño rápido, un biberón y darle cuerda a su juguete de selva arcoíris. Le encanta mirarlo mientras se queda dormido.

—Parece fácil —musitó Jisoo.

—Lárguese —gruñó Taehyung—. Usted no trabaja aquí.

—Su hermana necesita protección.

—Mi hermana necesita una niñera.

—Antes de pelearse conmigo, eche un vistazo a lo que he descubierto —dijo Jisoo—. Yo no diría que la situación de su hermana es de alto riesgo, pero tampoco es de cero.

—Nada es de cero —repuso él.

—Ahí hay algo —insistió Jisoo.

La ansiedad de Jennie era real, su instinto le decía que se protegiera. Y a Jisoo no le gustaba ignorar el instinto.

—Es usted muy transparente —ladró él.

—Crea lo que quiera. Contráteme o no me contrate, pero esta noche iré al concierto con Jennie.

—Es un país libre —murmuró Taehyung con frialdad. Miró a su hermana—. Llama a una niñera antes de irte. Yo tengo trabajo.
















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Baia baia la papaia

¿Por qué se me hace tan fácil imaginarme las escenas con Tae y Jisoo? Son tan ajsjqjjqkqjqjkq

bai~

Contrato Por Amor ✦ Vsoo/Taesoo ✦ AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora