Las relaciones amorosas siempre pueden llegar a ser el martirio de muchas personas.
Izuku Midoriya lo supo mejor que nadie.
Ya que su pequeño y amoroso corazón fue destrozado por una larga relación.
Izuku dijo que eso estaba bien para él, pero no q...
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La puerta se cerró con un gran estruendo. Deku tiró su mochila lejos de su vista junto con las bolsas que traía en las manos. Lo seguí gruñendo imitando lo que había hecho.
—…¿Se puede saber porque mierda tienes que hacer un drama en la calle?— pregunté tajante sacando las cosas de la bolsa.
—Lo más importante aquí es...¿Por qué estás tan raro conmigo?— gruñó.
—¡Ah Deku! ¡Por una puta mierda no traigo nada joder!
—¡Ves! Tu maldito carácter de mierda está regresando Katsuki— alzó las manos exasperado mientras me miraba con furia.
Y tenía razón.
Llevaba más de una semana evadiéndolo. Izuku hacía demasiadas preguntas sobre lo que había pasado en la fiesta de Mina. Pero jamás llegué a decirle nada. Solo le dije que había tenido ciertos problemas ayudando a Kirishima, evitando decir sobre el beso que me había dado.
Por no olvidar que el viejo e inmaduro Deku estaba regresando. Era una carga de estrés y sentimientos encontrados con los que ambos cargábamos. Celos, peleas sin sentido, falta de sexo y más romanticismo del que podía llegar a soportar. Y lo peor de todo, era la falta de confianza que Izuku me tenía.
—¡Estoy harto de esto!— grité haciéndolo respingar.
—¿A qué te refieres?— respondió enojándose aún más.
—De tú carácter inmaduro Deku, últimamente no has hecho nada interesante por la relación, más que darme problemas— lo miré apretar los puños conteniéndose las ganas de empezar a vociferar palabrotas.
—¡Aquí el único idiota eres tú!— me señaló—.Esa noche llegaste ebrio y oliendo a cigarro. Sabes que odio eso.
—Ese es el problema Izuku, tu todo odias, eres peor que mi madre— rodó los ojos para después hacer un mohín.
Si bien en esos malditos días no había podido olvidar el calor de los labios de Kirishima. Trataba la manera de ya no pensar en ellos.Había sido un cambio demasiado brusco ya que cuando besaba a Deku seguía sintiendo esa extraña sensación de culpa dentro de mí.
—Si hago las cosas es por tu bien Katsuki, porque te amo y me preocupo por ti— contestó con pequeñas lágrimas acumulándose en sus ojos.
—¡Oh no, no me vas a chantajear con tus putas lágrimas, eso es un golpe bajo de tu parte!— señalé tomando con fuerza las latas que iba a acomodar en la alacena—.Lo que hiciste en la tienda no fue nada gracioso Izuku, la chica solo estaba preguntando por el puto precio de las cosas y armaste una escena de celos delante de todos.
—¡Esa chica mentía, lo más seguro era conseguir tu número para así poderse acostar contigo!— gritó.
—¡Eres un jodido crió inmaduro Deku, pensé que ya habías cambiado!
