Capítulo dos.
Su voz completamente me hechizo al escuchar su minucioso nombre.
Harry Styles.
¿Acaso seria un ángel bajado del cielo? Al tocar mi piel se erizo.
Pude sentir como me miraba con sus ojos color verde que con la tenue luz del sitio se tornaban a Jade.
Una onda de deseo me fulmino cuando sus labios cálidos, gruesos y húmedos posaron en la delicada piel de mi muñeca.
Una muestra de atracción fue lo que en ese momento nació para ambos.
—Tienes una hermosa mujer Aarón— dice soltando con sutileza mi mano.
—Gracias, no sabes cuánto la amo— da un beso en mi mejilla mientras pasa un brazo por mi cintura.
—Me imagino— sonríe.—Cuídala mucho Aarón, no la descuides porque en una de esas otro se fija en ella.
Abro completamente mis ojos al escuchar eso, ¿Lo estaba diciendo en forma bromista? ¿O seria acaso una advertencia? No quería imaginármelo.
Aarón no dice nada, solo me toma por la cintura fuertemente, me clavaba sus uñas en la piel «Literal» y ríe. Lo miro extrañada, como miro al señor Styles. Él se da cuenta de como me toca mi marido y solo ríe. Ahí es donde comienzo a creer que solo hace eso.
—Bueno Harry, te quiero dar las gracias por aceptar todo este embrollo con la empresa.
—¿Por qué?—pregunto con interés, y esta vez si quería saber.
—Lo que pasa, bella dama—comienza hablar Styles—. Es que resulto ser que el emporio de Mousse pertenece a Luca Payne y Derek Styles.
—Osea que quiere decir que....—comienzo a balbucear.
Harry Styles era el tercer dueño de la empresa Mousse, no solo eran los Payne.
—Lo es, y ya le explicamos todo los requerimientos—me hace saber Aarón.
—Pienso que es estúpido lo que estipula la cláusula....—añade Harry con un tono de arrogancia.
Y no estaba de más, yo tampoco estaba de acuerdo. ¿Por qué? Era fácil. El estúpido abuelo Payne «que en gloria este; hmmm» estipuló que el primero de sus nietos y/o personas que estuvieran aliadas a Mousse que estuviera en un matrimonio estable, sin problemas y tuviera un hijo varón sería el heredero de toda la fortuna que la empresa bancaria tuviera.
—Estoy de acuerdo con usted señor Styles, no sé en que rayos pensaba tu abuelo cuando escribió eso— me quejo mirando a Aarón.
Ríe lentamente, bebe un trago de la copa que lleva consigo y me besa la mejilla, sonrío ante el gesto de mi marido, Harry ríe y niega haciendo lijeros movimientos con su cabeza.
—Liam, ¡ven acá! — llama Aarón.
Liam asiente y se levanta del lugar donde estaba sentado. Se acerca hasta nosotros y saluda a Harry.
—¿Todo listo? — pregunta Liam.
—Todo listo— afirma Aarón. —¿Les parece si brindamos?
Harry asiente y hace a un mesero una seña, rápidamente un hombre se acerca con una charola con unas cuantas copas y las reparte. Fabiola se acerca a mi y tome una copa.
—Apuesto ¿no lo crees? — susurra en mi oído en tono de burla.
Se ruborizan mis mejillas, Fabiola tiene razón, es un hombre «Demasiado» apuesto, guapo y caballeroso. No lo niego.