Capítulo diez.
Pase mas de tres horas en la oficina con Harry, esperando a que Aarón llegara, pero fue un vil cretino, no llego a la hora acordada.
Estaba cansada de su maldito vicio con el trabajo. Me despedí de Harry y me fui directamente a casa. Pase toda la tarde leyendo, leía «Cumbres Borrascosas»
Susan me molesto un par de veces, por si se me ofrecía algo, pero la respuesta fue siempre la misma.
—No gracias—acompañada de una sonrisa.
Se llegaron las ocho de la noche, y Aarón aun no llegaba a casa y no había llamado en todo el maldito día. Comenzaba a desesperarme de nuevo.
Mientras tomaba un baño de burbujas, recargando el peso de mi cabeza en la bañera recordé lo sucedido en la mañana con Harry; sonreí como una mocosa de seis años recibiendo su regalo de navidad.
Me tense un poco a la vez y una jaqueca golpeo mi cabeza. Tome los analgésicos que en toda ocasión me acompañaban en estos tipos de baños. Recosté de nuevo mi cabeza sobre el borde de la bañera, trate de despejar mi mente en blanco, pero fue inevitable.
Sentí algunas punzadas en mi espalda, parecían realmente millones de espadas encajándose en mi piel.
«Estar nerviosa no te servirá de nada»
Recordé su ronca y masculina voz, se erizo mi piel, fue cuando el momento de la primera vez que lo busque se plasmó frente a mi.
La manera en la que beso mi cuello, y tocaba mi cintura me hizo estremecer y morder mi labio inferior.
—Hola...—mascullo Aarón mientras abría la puerta del baño.
—¡Vaya! Te dignas a llegar—me queje.
—Lo siento, hubo problemas en la oficina...
—Siempre los hay, y tu eres el salvador de todo, estoy harta de eso.
—¿Por qué estas molesta?—pregunto entrando al cuarto de baño.
—Por eso Aarón, ya fue suficiente de que me dejes a un costado de tu vida, te olvidas de mi— dije furiosa.
Me levante de la bañera, y rápidamente Aarón aparto su vista de mi...
Tome una bata y la puse sobre mi cuerpo.
—También estoy cansada de que me evadas con la mirada cuando estoy desnuda...
—No me entiendes—susurro.
—¡¿Que no te entiendo?!—grite. y resople. —Por favor, no salgas con tus pendejadas.
Salí del baño, directo al armario para tomar mi ropa y vestirme.
Mientras elegía ropa entre los ganchos podía sentir la sutil mirada de Aarón.
—¿Que quieres?—pregunte mientras me ponía la ropa interior.
—Nada, solo que quiero mirarte.
—Para corroborar que no eres Gay—dije usando un tono arrogante.
—Contigo no se puede hablar... ¿Cenaremos juntos?
—No, estoy cansada—dije sin mucha importancia.
Siempre que yo le pedía amablemente que cenáramos juntos me mandaba al carajo.
Yo no tenia porque acceder, tenia el derecho de hacer lo mismo.
—Perfecto, le diré a Susan que ponga dos lugares en la mesa.
—¿No escuchaste lo que te dije?—delire seria.