Capítulo cinco.

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Capítulo cinco.

Muerdo mis labios. Me es inevitable no hacerlo. Harry toca mi espalda, se acerca hasta mi rostro y besa mis mejillas. Jugueteamos con nuestras narices, hasta terminar uniendo nuestras bocas.

Se que estoy haciendo mal pero creo que no lo volveré hacer... ¡Oh vamos!, ¿A quien engaño? Me encanto y estaría dispuesta hacerlo mil veces.

No se en que momento me quede dormida después de ser penetrada nuevamente por Harry hasta saciarme. Siento los párpados pesados, necesito seguir durmiendo pero el timbre de mi móvil hace que despierte; estoy sobre el cuerpo de Harry, suelto un gemido de placer al moverme, olvido que dormimos en esa excitante posición, donde su pene aún sigue dentro de mi vagina, quiero seguir moviéndome pero el maldito teléfono no deja de sonar. 

Me levanto, tomo todas mis prendas y las coloco en mi cuerpo. Observo a Harry, esta recargado en una almohada, su sueño parece ser placido y relajante. Corro hasta donde dejo mi chaqueta la noche anterior, tomo el móvil y respondo.

—Fabiola, ¿Que pasa?—respondo susurrando mientras salgo del departamento de Harry.

—Recuerdas que los jueves siempre desayuno en tu casa ¿Cierto?—pregunta.

Trato de no balbucear, o parecer nerviosa, ¿Por qué? No lo sé. No hice nada malo. «¿A quien quieres engañar perra?» Lo hice, pero debo actuar normal. Respondo lo más natural posible. Es difícil convencer a Fabiola pero no hay nada que no pueda hacer bien.

Estoy tranquila, suspiro y me recargo en el respaldo de la silla, cruzo mis piernas y tomo mi vaso con jugo. Fabiola me mira extraña, esta jugueteando con su mirada, es constante el cambio de las miradas que me esta dedicando. Comienzo a reír.

—¿Que sucede?—pregunto, sorbo un poco de jugo de manzana, y dejo el vaso donde estaba.

—Estas diferente hoy, ¿te sientes diferente?—pregunta.

—No, me siento igual—sonrió. —Fue una noche hermosa, estaba frustrada, cansada pero créeme que descanse como una diosa. 

—Vaya, que espléndida lo explicas—se burla.

—¿Hay algo malo en eso?—pregunto.

—Creo que sí, osea, dices sentirte igual cuando dices que dormiste como una diosa.

Me encojo en hombros, y bacilo un poco con expresiones.

—Tuviste sexo.

—No—niego rápidamente.

—Si, lo tuviste—sonríe. —¿Que tal Aarón? ¿Fue como querías?

—No te diré nada—sonrió. 

—¡Ajam!—grita. —Si fornicaste ayer en la noche, no me lo estas negando. Pero hay algo extraño en tu respuesta— acota con burla.

—¿Qué?—pregunto.

—No hablaste de Aarón como siempre lo haces.

—Me ha dejado muda— excuso.

—No soy estúpida, ¿te acostaste con otro hombre ___?

Estoy en total estática, su pregunta hace que me sienta mala, estúpida y una persona defraudadora.

—¿Quién fue el afortunado?

—No te diré...

—¿Jake Austin?—pregunta con intriga.

—No.

—¿Nicholas Hoult?

—Es casado— me quejo.

—¡¡Tu también!!—grita riendo.

—No te diré Fabiola.

—___, no seas así soy tu mejor amiga— comienza a hablar.

Se que si le digo no lo dirá, estoy en confianza con ella, pero hay cierto disguste en mi que me hace no decírselo.

—¿Niall Horan? 

—No, ya te dije que no te diré y es mi última palabra.

Fabiola quedo resignada a no saber nada, me siento mal al no contarle todo, pero esto no debe salir de mis labios, bueno ya le conté a ella, pero el nombre de Harry no. Cambio el tema radicalmente, ella acepta y habla plácidamente de sus próximas vacaciones a América. Somos interrumpidas por Susan, quien avisa que tengo a una persona esperando en la puerta.

—Gracias Susan— digo levantándome. —Empieza a comer sin mi— le digo a Fabiola.

—¿Segura?

—Si, no tardo— sonrió y voy hasta la puerta de mi hogar.

Sonrió al verlo, parezco una niña, una mocosa de diecisiete años. Viste una camisa color rosa con una corbata del mismo color pero de un tono más fuerte.

—Señor Styles...

—Señora Jeffrey, ¿Como durmió?—pregunta vacilando.

—Excelente, me encanto la noche que tuve— sonrió. —Sabe, me encanta el color de su camisa, ¿Es gay usted?

—Para nada señora Jeffrey, puedo demostrárselo...

—No es necesario, ¿Que se le ofrece?—pregunto.

—Ayer olvide mi maletín con unos papeles que necesito, y vine por el.

—¿Donde lo dejo?—pregunto.

—En el armario, donde deje mi saco.

Me doy la vuelta, y camino hasta el armario donde esta el mentado portafolio. Siento como la mirada de Harry me recorre de arriba abajo, y al recordar la noche de ayer se eriza mi piel. Abro la puerta del armario, sus manos envuelven mi cintura, cierro mis ojos al sentir sus manos sobre mi pecho y su pene choca con mi trasero. 

—Aquí no...— susurro.

—Te fuiste sin decirme hasta luego—susurra en mi oído, besa mi mejilla. —¿Por qué no me das una pequeña despedida?

—¿Que tipo de despedida? 

—¿Le parece una despedida Oral?

—Claro—sonrió.

Él me gira, quedo cara a cara. Me besa los labios. 

—Quiero mi despedida.

—Hasta luego señor Styles...

—Yo no me refería a esa despedida Oral.

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