11- Pista uno: México, Brasil

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Bestia y yo planeamos nuestro viaje y nos despedimos de mi familia. Decidimos ir primero a México porque lo primero que encontramos fue el chili. Al llegar a México en el aeropuerto una mujer se acercó a nosotros con un cartel que decía mi nombre. Fue extraño ya que nadie sabía de nuestro viaje. ¿Quién nos esperaba?

-Hola – dice la mujer.

- Hola – saludamos Bestia y yo.

- El señor Jackson me pidió que me encargara de su estancia aquí. – Miré a Bestia extrañada.

- Mi nombre es Any. – dijo sonriente mientras nos guiaba a la limosina. – El señor Jackson me habló mucho de ti y tus gustos, espero que le guste las actividades que preparé para usted.

- ¿Actividades?

- Si... ¿acaso no sabe usted por qué está aquí?

- No se la verdad, papá dejó una serie de pistas para encontrar un tesoro, pero no sé lo que busco.

- Por eso estoy aquí. A cada lugar que visites tendrás un guía. Nuestro propósito es ayudarte a descubrir cosas nuevas y en el transcurso encontrar las pistas.

- Michael pensó en todo. – Dijo Bestia.

- Si. – Respondió Any – Lastima que nos dejó, estoy segura de que estaría divirtiendo bastante viendo como buscas las pistas y todo eso. – Bajo la cabeza, no puedo contener las lágrimas. Bestia inmediatamente suelta el Coñac que estaba bebiendo y me abrasa.

- Tranquila bebé.

- Perdón, no debí decir eso... Soy una tonta, se supone que deben pasarla bien.

- No es su culpa.

* Cuando llegamos a la viña Any se encargó de darnos un tour mientras las amas de llave guardaban nuestras maletas. Todo es hermoso, en el jardín trasero hay pavos reales y muchos animalitos con los cuales me pasé jugando toda la tarde. Nos llamaron a cenar, antes de eso tomé una ducha ya que al jugar con los conejos me ensucié de lodo.

- Any ¿dónde está el personal de la viña? – Le cuestioné.

- Ellos cenan en la cocina.

- Llámalos a todos por favor y diles que traigan sus platos.

- Como desee. – Dice y se retira.

- Me encanta. – Dice Bestia.

- ¿Qué?

- Lo que haces, me encantas tú. Tienes un gran corazón igual que tu padre, sé que estaría orgulloso. – Le sonrío con timidez.

- Gracias. – El personal entró al comedor y se sentaron en la gran mesa. Una pequeña se sentó a mi lado.

- Esto solo lo hacíamos cuando el señor Michael estaba aquí. – Todos ríen.

La cena fue agradable. No quería que Bestia se alejara de mí en ningún momento, así que dormimos juntos. Me abrazó antes de dormir y no me soltó en toda la noche.

*Abro los ojos un poco incómoda por la luz en mi cara, el brazo y la pierna derecha de Bestia están sobre mí. Su respiración en mi cuello provoca que mi piel se erice. Trato de zafarme de su agarre, pero gruñe y se aferra más a mí.

- No te vayas amor – dice con voz ronca – vamos a dormir un poco más bebé – me paralizo por la forma en la que me llamo. Aún sigue soñoliento y talvez no se dio cuenta.

- Bestia por favor déjame ir.

- Si me das un beso. – Me inclino y beso su mejilla.

- No... en los labios. – Me tenso y me pongo nerviosa.

- Oye... que durmiéramos juntos no significa que...

- ¿Segura?

- Eres imposible. – Ambos reímos, pero él se pone serio.

- En serio necesito un beso tuyo.

- ¿Aún estas dormido?

- Puede ser... bésame.

- Bestia... - Antes de decir algo más sujetó con ambas manos mi rostro, se acercó lentamente a mí y me besó durante un largo rato mientras yo me derretía en sus brazos.

- Gracias, ya te dejaré ir.

* Los días pasan rápido, llevamos una semana en Cancún. Las aventuras me han encantado, hoy es nuestro último día e iremos a escalar pirámides en Yucatán. Bestia y yo no hemos hablado de nuestro beso, talvez si estaba dormido. Entro a la habitación y la puerta se derrumba, me quedé paralizada del susto. Mierda! Pero... ¿cómo una puerta se puede derrumbar así sola? Decido no decirle a nadie y busco una caja de herramientas. Al abrirla rebusco y encuentro un papel, lo desdoblo y leo la letra de Michael: "Grita y vívelo". Frunzo el ceño ¿a qué se refiere?

Bestia, Any y yo escalamos la pirámide principal. Una vez en la cima sentí una brisa extraña que me cubría y me sentí en paz. Tomé aire y grité, grité lo más fuerte que pude, Bestia me abrazó y me sentí viva.

*Al llegar a Brasil, nos hospedamos en un hotel. Desde que bajamos del avión nos lo hemos pasado bailando. El clima es cálido, así que tuve que usar shorts durante toda la estancia, aunque a Bestia no le agradaba la idea (Según él llamo mucho la atención). Hoy nos tomamos fotos en el Cristo de Brasil, mañana iremos al carnaval y aún no encuentro la segunda pista.

Al día siguiente nos preparamos para ir al carnaval, pero antes de eso pedimos algo de beber, fui a la cocina a buscar las copas y en el gabinete encontré otro papel con la letra de mi padre: "Goza, pero no olvides vivir ese gozo". Sonreí y me serví la bebida. Bestia y yo disfrutamos el carnaval a lo máximo. Muchas personas me reconocieron y se tomaron fotos conmigo. Un niño disfrazado de africano me regaló una máscara de vampiro que por cierto recibí con mucho gusto. El niño antes de irse se acercó a mi oído y dijo: Michael Jackson me dijo que te preguntara ¿sabes de qué estoy disfrazado?

-Si – sonreí – de africano.

- y que si sabes dónde queda mi país.

-Si.

- Y me dijo que sabrás que hacer.

- Gracias pequeño.

* Bestia y yo nos preparamos para viajar a África al día siguiente, así que me senté a descansar en el balcón de mi habitación mientras inspeccionaba la máscara de vampiro que me obsequió aquel niño. Bestia se sentó a mi lado y acarició mi mano, di vuelta a la máscara y en la parte de atrás decía: "Vengo de las tinieblas, pero ¿cuál es mi tierra?"

- Transilvania – susurré.

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