11; Disturbio.

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Amanecí espectacularmente mal al sentir varios huesos de mi cuerpo estar frívolamente entumecidos. Logré moverme unos milímetros y fue cuando pude notar que estaba tirada en el piso. ¿Me había caído de nuevo?

MALDITOS SÁBADOS.

Me levanté con cansancio y me tiré nuevamente en la cama por unos segundos, minutos o incluso horas; la verdad ni importaba. Finalmente caminé hacia el baño y miré lentamente mi rostro.

¿Qué diablos? Esta vez si lo mato.

Salí del baño rápidamente y entré de golpe en la habitación de Luke.

—¿Te estás volviendo loco? —grité por arriba de la música que sucumbía en la habitación, apagando de golpe el reproductor de música.

—¿Estás bien? —una sonrisa se deslizó por su ceñido rostro.

—¿Estoy bien? Estúpido ¿Esto fue obra tuya cierto? —puse mis manos en la cadera.

—Pero si estás hermosa como siempre —se acercó.

—Te juro que si no quitas tu cara de mi rostro, te patearé el culo Murphy.

Y estaba hablando en serio. Literalmente, tenía su rostro dibujado en la mejilla izquierda de mi rostro.

—Se quitará en algunas horas no sé incluso días —se encogió de hombros sin importancia.

—Oh no, eres un maldito — grité —Exijo que me quites esta asquerosidad de mi cara.

—Eso fue por la manzana —me guiño el ojo —Así aprenderás a no tirarme cosas.

—Eso fue para que no intentaras volver a besarme de nuevo—puntualicé de brazos cruzados —Así que, la manzana también tenía su propósito.

—Haley, nunca dejaré de intentarlo —soltó una risita.

—Cállate, deja de mentir—le dije enfureciendo más.

—¿Me pegas una manzana y a Axel nada? —se cruzó de brazos.

—¿Acaso estás celoso, Murphy? —enarqué las dos cejas.

—¿Te estás oyendo? Miller — soltó una risita.

—Sé perfectamente de que hablo —le dije con serenidad.

Y entonces, el timbre del apartamento sonó, cosa que rara vez pasaba. Caminé hacia la puerta con lentitud y la abrí con cautela.

Entonces, me encontré con unos ojos grises mucho más grises que los de Luke, un pelo negro y una estatura demasiado pequeña.

—¿Hola? ¿Estás ahí? —me preguntó aquella niñita chasqueando los dedos en mi cara.

—¿Necesitas algo, niña? —le sonreí sutilmente.

—Por fin —dijo ella entrando con absoluta normalidad y altanería al apartamento —He estado contactándote durante la semana completa y no he podido ¿Qué acaso tienes una novia?

—Sophie, ¿Qué estás haciendo aquí? —le dijo Luke con sorpresa.

¿Cuando diablos apareció Luke?

—Hey, Sophie te dije que no subieras sin mí —gritó otra chica completamente hermosa.

Su pelo cobrizo caía suavemente en ondas hasta la cintura y sus ojos que eran también grises se veían más alegres y concisos que los de la pequeña.

—¿Qué hacen las dos aquí? —les dijo Luke al borde de su impaciencia.

—Nos ibas a llevar al zoológico hoy ¿O es que ya se te olvidó? —le dijo la pequeña rodando los ojos.

¿Compañero de piso?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora