4; Inesperado.

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––En realidad, yo no quiero llegar a ninguna parte contigo––  dijo con frialdad.

––Sin embargo, estabas a punto de besarme anoche––  respondí victoriosa.

––Y podía hacerlo––  se acercó brevemente hacia a mí.

–– ¿Qué te lo impidió?–– solté y lamenté segundos luego haber preguntado. ¿Por qué pregunté eso?

––No tenía ganas–– su sonrisa se multiplicó.

––No te permitiría nunca, nunca, nunca besarme––  afirmé.

––Eso no significa que no pueda hacerlo.

––¿En serio crees que puedes tenerme comiendo de la palma de tu mano?–– pregunté llegando al borde de mi paciencia.

––¿Qué tan perfecta crees que eres?–– dijo evadiéndo mi pregunta.

Su pregunta era estúpida pero algo ingeniosa, ¿Qué tan perfecta creo que soy? por favor, no me creo ser perfecta, lo soy y siempre lo he sido.

––De aquí a un millón, no lo sé. Más––  dije sin pensarlo.

––¿Hablas en serio?–– dijo casi a carcajadas.

Luke colocó los platos de pancakes sobre la mesa, convirtiéndolo en un gran, delicioso y decorado desayuno. Yo sólo me limité a mirarlo, mientras se encargaba de todo.

––¿Por qué estaría bromeando?–– bufé.

Haley, ¿Qué sucede contigo? ¿Estás hablando con un tarado como este? 

––Al parecer, eres una creída, niña orgullosa y sobre todo mimada––  dijo exaltado.  Pero que mierda le pasaba, ¿Cómo se atrevía este imbécil a burlarse de mí así?

––Adivinaré ¿Crees tener todo a tus pies fácilmente?––  siguió, haciéndome querer explotar de furia a golpes. Pero, sin avisar mi brazo ya se dirigía hacia adelante con impulso queriendo golpearlo y no estaba conciente de lo que hacía pero total, me agradaba la idea. Más, quiera sabía a que parte de su cuerpo se dirigía mi brazo, el hecho de hacerle daño era lo que importaba.

––Se me olvidó mencionar, agresiva compulsiva–– consiguió decir mientras sostenía velozmente mi puño en su mano.

rodée los ojos.

––¿En serio pensabas golpearme?––  comenzó a reír.

––Cómo si no pudiera hacerlo––  Dije con un tono de tanta frialdad que plantee rápidamente mi puño en la mesa con ira.

El desayuno se tornó en silencio, más ninguno no tenía nada que decir. Lo cual me satisfacía perfectamente, no era realmente agradable entablar una conversación con él y mucho menos tenerlo esencialmente cerca. Inmediatamente terminé mi desayuno, me dirigí a mi habitación esperando la llama de Fred, cuando oí la puerta abrirse me acerqué velozmente al living observando como Luke se preparaba para salir del apartamento.

Cabello alborotado, polo negro, jeans mezclilla de un color  azul desteñido y unos viejos pero chicles tennis negros.

––¿A dónde vas?–– pregunté con curiosidad.

––Voy a trabajar––  dijo mientras tomaba su teléfono celular.

––Vaya, me sorprende que sepas la existencia de eso––  me crucé de brazos.

––Buen chiste––  dijo el sin ninguna pizca evidente gracia.

––Que tengas un lindo día, Haley––  mencionó mientras se colocaba su chaqueta cuero para luego oír el fuerte sonido de la puerta estrellarse contra mis oídos.

¿Compañero de piso?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora