Mi corazon albino.

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He despertado en casa, en mi cuarto. Solo recuerdo de que Reiji me mordio y es todo hasta el momento creo que tendre que preguntarle a la abuela.
-Abuela ¿Como llegue a casa ayer?-. Cenaba junto a ella hasi que decidi preguntarle.
-Un chico te trajo, por cierto es demaciado guapo y caballeroso, dijo que tubiste un accidente, que caiste y te desmallaste-. Mi abuela era tan igenua pero no podia decirle lo que sucedio en realidad. Tal vez no me creiria o simplemente me meteria a un manicomnio.
-A ok-.
                                 Reiji.
La he visto entrar al aula, cerre mi libro de plantas medicinales.
Ella pensaba en como preguntarme si yo y mis hermanos eramos vampiros haci que yo hable primero.
-La pequeña idea que tieñe usted es correcta-.
Ella solo pregunto de que hablaba.
Claro que despues de charlar decidi que era el momento adecuado para que ella lo supiera.
Me coloque de tras de Aiko, ella ha volteado con gesto amable como lo es esa señorita.
Le dije lo loco que me tenia su sangre, tome un poco de aquella sangre que sabe mas buena que una taza de te.
Ella solo se desmallo, la tome de su fragil cabeza y su cintura y le robe un pequeño beso.
La carge a la limusina.
-¿Que le sucedio a mi pequeña zorra?-.
-Tss, chichinashi no aguanto la precencia de Ore-sama-.
-Creo que le hizo falta un pedaso de pastel, Teddy esta preocupado... ¿Verdad Teddy??-.
-Aiko la ruidosa a tomado solo una pequeña siesta, hablando de dormir creo que lo are ahora-.
-Tss, no comprendo como se dejan llevar por alguien que acaban de conocer-.
-Por favor chicos, no la molesten es una buena chica no se merece estar como yo-.
Yui estaba equibocada la señorita Aiko estaba destinada a estar con nosotros.
La he dejado con su abuela e inventado una pequeña mentira para que no tuviera problemas.
          Termino de Reiji.
He llegado al colegio y no he visto a ninguno de los chicos y ni a Yui.
Me fui a un jardin, paseaba por un camino de roca.
A lo lejos un muchacho albino miraba las rosas con un apego a ellas jamas despego la bista de ellas hasta que toque su brazo.
-¡Heee! ¿Como te atreves a tocarme?-. Me Sustubo mi muñeca fuertemente como para destruirla.
-Oye me lastimas-. Le suplicaba que me dejara pero creo que era casi imposible que lo isiera.
De  repente me hacerco hacia su pecho y me sostubo fuertemente por un rato.
-Oye, ¿Que sucede?-.
-Tu olor es penetrante y me vuelve un poco furioso-.
-¿De que me hablas?-. Me dejo de abrazar tan fuerte pero seguia haciendolo.
-Tss, me encanta que no sepas lo que sucede Aiko-.
-Espera ¿sabes como me llamo?-. El me miraba, sus ojos parecian desprender un dolor intenso.
- Aiko te conoci ayer, mi nombre es Subaru Sakamaki y me molesta que pongas escusas para librarte de mi-. Agarro mi nuca y un beso tierno se desprendia de mis labios y sus labios unidos, solo dejo de hacerlo, tomo mi cuello y dio una gran mordida.
Sentia un dolor agudo pero el era delicado, la tomaba con dureza pero se cuidaba de que yo no fuera lastimada demaciado.
Me dejo de morder, vi que mi sangre escurria de la comisura derecha de su rostro. Serre mis ojos y cuando los abri el ya no estaba. No lo comprendia me tomaba tiempo para saber como era el.
Ellos son vampiros y ya han tomado mi sangre, lo que hace que me aferre a ellos.
Fui a mi casillero cuando lo habri, una pequeña rosa blanca posaba en cima de mis libros con una nota. Era de Subaru. No lo podia creer uno de ellos me queria, el me deceaba o creo que eso pensaba tal vez solo por mi sangre ¿como podria culparlo? Es un vampiro de eso vive.
                                   Carta.
Aiko, se que debo controlar mi temperamento pero se me hace casi imposible, con usted ese temperamento se hace nulo, creo que le gustan las rosas he dejado una en sus materiales de trabajo.
                         Fin de la carta.
Cuando termine de leerla alguien se puso de tras mio. Voltee no era mas que menos que el albino de Subaru.
-¡¡Aiko!! Yo te......-. Lo interrumpi y se enfado.
-Subaru eres demaciado lindo ¿por que con migo?-. Rompio mi candado y me acorralo bruscamente contra los casilleros.
-¡No me interrumpas mientras este hablando! Si no quieres que te destruya-. Quite la mirada de el y la rosa callo al suelo.
-Subaru-. Al parecer cuando dije su nombre se tranqulizo un poco.
-Tss, no....-. Bajo la mirada y se arrodillo para despues sostenerme de mi cintura.
-Perdona, no te meresco Aiko eres demaciado buena para mi-. Sostube su cabeza, fue imposible contener mis lagrimas. Una gota callo en su hombro.
- Aiko, no llores-. Se levanto y me limpio las lagrimas del rostro con su pulgar. Me volvio a dar la rosa y me lance hacia el para abrazarlo el sostubo mi cabeza y continuo abrazandome.
Salimos al patio principal para esperar mi coche, me quede dormida en sus piernas. Si mis sentimientos le pertenecen a alguien, pues a quien mas que a Subaru.

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