Sinopsis.

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Me senté en una de las tantas bancas blancas que había en el pasillo, frente a la puerta que tenía el nombre de mi padre. Mis ojos se movían nerviosamente de derecha a izquierda, deseando que el hombre ya saliera de allí y pudiéramos, finalmente, irnos a casa. La vista seguía plantada sobre aquel gran trozo de madera, hasta que la fuerte sirena de una ambulancia prácticamente me obligó a mirar en aquella dirección. Dos hombres bajaron corriendo, y ni bien abrieron la puerta trasera, otro más salió de allí y comenzaron a empujar la camilla.

—¿Harry? — Ignoré el llamado de atención y me mantuve observando. —¿Harry, me estás escuchando? Ya nos debemos ir a casa. Ha terminado mi turno. — Lo volví a ignorar. — Haz, hijo, ¿está todo bien?

Levanté mi flojo trasero del incomodo asiento y caminé hasta la puerta de la guardia. Al instante ésta se abrió, dejando paso a todas las personas. Me moví del camino en cuanto comenzaron a gritarme que lo hiciera. Pero no me inmute.

Tan solo mire a aquel chico, o más bien, hombre, que iba en la cama. Y luego me percate de que la puerta había quedado abierta, dejando pasar a la leve brisa de invierno

Brisa de Invierno |NARRY|Where stories live. Discover now