Seis años atrás.
Siete de diciembre. Totalmente helado. A través de la ventana observaba la nieve caer sobre los autos, o, bueno, caer sobre todo lo que estuviese allí afuera. Era raro que tan temprano comenzara a nevar, usualmente la nieve empezaba caer recién sobre el día quince, cuando la temperatura pasaba a ser de solo un grado, máximo.
—¿Harry?— Parpadee repetidas veces, volviendo a la realidad.—¿Sigues ahí?
—Lo siento, Liam.— Suspiré.— Me había quedado pensando en...
—¿Niall? — Rió.— Por supuesto.. ¿No has escuchado nada de nada, no?— Moví la cabeza, negando. Pero había olvidado un pequeño detalle, no me podía ver.— ¿Hazz?
—Lo siento, en serio.— Resoplé.— No sé qué me pasa. Hace días estoy así, Liam.
—¿Estás descompuesto, Haz-Haz? — Rodé los ojos. Pero nuevamente, no me podía ver.
—No, imbécil. Ya tuvimos esta charla antes.
—No me importa, Harry. Yo tan solo quiero saber qué harás con Niall...
¿Niall? Oh, cierto. Llevábamos dos meses saliendo y no éramos novios, no oficialmente. Tenía los nervios de punta porque habíamos quedado en salir y me había decidido, días atrás, que se lo propondría finalmente. Cuando le había contado a Louis y a Liam, se miraron entre ellos y no dijeron nada, haciéndome dudar aun más sobre si lo que estaba considerando hacer, debía, siquiera, pensarse.
|Presente|
—Mira, yo creo que deberías enfocarte en la realidad, Harry. —Murmuró con total lentitud.—Tan solo analiza la situación, yo creo que...
—Ya sé.— Suspiré.— Ya sé. Él se fue hace cuatro malditos años, se fue a Australia y al parecer la pasó mejor de lo que yo creí que la podría pasar. Y luego, cuando menos me lo espero, me entero que estaba de regreso, ¡y ni siquiera me había avisado!, pero eso no es lo peor...¿Sabes qué es lo peor? ¡Que no venía solo! Y cuando me enteré de que estaba de regreso, fue porque lo vi entrar en una maldita camilla de hospital, hecho mierda.
—Sí, per...—
—¡Necesito saber dónde está el hijo de puta que le hizo eso, Liam! —Chille, a punto de perder la paciencia.
—No puedes estar detrás de él toda la vida, Harry.— Volvió a murmurar, esta vez cansado.— Pasaste dos años seguidos llorando cual niño pequeño cuando pierde un maldito juguete.
—¡No te refieras a él como un maldito juguete!
—¡No estoy tratándolo como un juguete, Harry!— Gritó en respuesta, logrando atraer la mirada de su mamá, que pasaba por allí con un canasto de ropa para lavar. — ¡¿Mientras tanto, él qué hacía cuando estabas llorando?! Al parecer, según su facebook y su instagram, la pasaba de diez con sus nuevos amigos y su nuevo novio, él te dejó ir, Harry. Te dejó ir y cuando finalmente te sentiste libre, salías conmigo y con Louis, bebíamos juntos, íbamos a bares, Harry. ¡Déjalo ir tú también!
Tomé mi campera tan rápido como me daban mis brazos, y me la puse mientras bajaba con prisa por las escaleras. No soportaría ni otro minuto más hablando sobre estupideces como dejarlo ir.
Para mi mala suerte, cuando pise la vereda una gran tormenta se desató encima mío prácticamente. Tenían que estar jodiéndome. Justo cuando creí que no podría ser peor que una horrible charla acerca de mi ex novio, y una gran tormenta, un auto pasó casualmente por un charco de agua y me empapó más de lo que ya estaba. Iba a llegar a casa con fiebre, estaba totalmente seguro. Considerando que estaba mojado hasta las medias y que hacían tres grados.
—¿Harry? — Voltee, temblando del frío. De un auto totalmente negro bajó Zayn. Gracias, Dios.— ¿¡Qué haces caminando sin un paraguas y con este frío!? Mierda, Harry. — Se apresuró a tocar mi frente pero enseguida quite su mano de golpe.— ¿Todo bien, Haz?
—¡Oh! — Grité.-—¿Qué crees? La estoy pasando de maravilla. ¿Nunca has probado caminar debajo de la lluvia cuando hacía tres grados solo porque te sientes para la mierda y esto es divertido? Deberías intentarlo, Zy, es bastante entretenido saber que llegare a mi casa con treinta y nueve de temperatura y probablemente vea a mis hermanas como cebras azules en vez de personas normales.
Dicho y hecho, llegue a casa con treinta y nueve de temperatura. Y sí, veía a mis hermanas como cebras, quizá no azules, pero claramente eran una especie de cebra. Zayn había tenido el buen gesto de haber ignorado la forma en lo que traté y de llevarme de regreso, pero eso no había evitado que me enfermara.
Y que me enfermara, no había evitado que fuera de visita al hospital. Claro que me había costado encontrar una forma de escaparme sin que nadie supiera nada de nada, pero la había encontrado y estaba más que feliz. Aunque el siguiente paso, cuando llegara, era esconderme de Zayn para que no me llevara de vuelta.
Caminé lentamente por el pasillo, mirando hacia atrás y hacia los costados buscando que el chico no me viera. Pero, no todo podía salir justo como había planeado mientras alucinaba en mi cama con cinco mantas encima. Mi amigo se apareció por delante, y aproveché que iba muy concentrado mirando una planilla para meterme en una habitación a esperar que siguiera de largo.
Deje de mirar la madera blanca y me di vuelta. Mierda.
Allí se encontraba. Acostado en la camilla. Con los ojos totalmente cerrados, escondiendo aquel celeste hermoso que tenían. Había más de diez moretones en cada brazo, cada uno tenía un color particular. Al lado de su ceja había un pequeño corte, como también en su mejilla.
Entonces había recordado todo lo que Zayn me había dicho. El destino. Miles de hospitales, y él había llegado a este, el mismo día que mi padre trabajaba y yo había tenido ganas de venir por él. Sonaba totalmente idiota, pero era cierto. Era demasiado como para ser solo casualidad.
Oí apenas como la manija de la puerta se movía y enseguida me traslade como un flash hacia el lado opuesto. El chico entró, y cuando se dio cuenta de que estaba allí, casi grita.
—¿Harry? ¿Qué? — Murmuró una especie de grito.— ¡Mierda, estás ardiendo de fiebre y lo veo desde aquí! ¿Que no te dije que te quedaras en tu casa, Harold?
—¡Sh, sh, sh! — Tomé el mismo tono que él.— ¡Calla, Zayn! ¡Lo despertaras y...!—
De reojo vi un pequeño movimiento por parte del rizado y me quede quieto justo donde estaba. No había forma de moverme. Era como una pesadilla, donde las piernas no respondían y el peligro se acercaba. Solo que Niall no era ningún peligro.
Me pegue contra la pared, tratando de no ser visto por quien había despertado totalmente. Zayn fingió que todo estaba totalmente normal allí, siguiéndome el "juego", por suerte. Pero cuando éste se fue, no supe qué hacer. Tendría que esperar a que se durmiera como para poder salir de ahí.
—Lo siento mucho por todo, Hazz.
Y mi corazón se detuvo. Cinco minutos después reaccioné y apenas lo observé directamente, no estaba despierto. Había estado hablando dormido todo este tiempo y ya me había agarrado un ataque de arritmia.
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Brisa de Invierno |NARRY|
Fanfiction"Te amaré, Niall, aunque me dejes debajo de la nieve, frente a la brisa de invierno, yo te amaré." ADVERTENCIAS: La historia no se va a basar en hechos reales: La familia de los personajes puede ser diferente a lo que es en la realidad y la edad de...