Capítulo 2: "Frío."

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Miré, sin prestar mucha atención en realidad, mis manos. Las movía sin ser consciente. Eran las dos y media de la madrugada en Inglaterra, y yo seguía en el mismo asiento, del mismo pasillo, del mismo hospital. Había estado allí cuatro horas sin mover siquiera el pelo.

Mi mente rebobinaba al momento en el que todo había salido mal. Sabía que no era una película, y que esto podría salir mal en cualquier sentido y que no necesariamente volvería con él.

Pero otra parte de mí creía que era genial tenerlo de vuelta. Pero al parecer, aquella parte había olvidado que la mierda no se iba a borrar de nuestro historial nunca, y que el nombre "Niall" era el título para cada capítulo de mi vida. Solo rogaba que Dios me diera la luz verde para seguir adelante y olvidar todo lo que alguna vez ocurrió. Pero solo podía ver una luz roja, aquella que era mi corazón. Me suplicaba que regresara por él y que hiciéramos las cosas bien.

Un rato más y mi trasero pedía ser despegado de la incómoda silla. Haciéndole caso, moví mis pies por el pasillo, hasta quedar enfrentado con la habitación 254. Toqué la madera blanca, sin ninguna expresión en mi rostro.

—¿Harry? ¿Estás bien? — Miré al morocho que estaba al lado mío, él tan solo se limitó a observarme preocupado. —¿Ocurre algo? ¿El chico que está allí dentro es pariente o amigo tuyo?

No le contesté. Me tiré en sus brazos, dejando que fuera la única persona, además de mi hermana, que me abrazara en estos años. A los veinticuatro años me había vuelto una de las personas más frías que podría existir en el mundo y, usualmente reservaba mi lado sensible para que Nicole lo viera nada más.

—Está fuera de peligro. Y aunque sé que estás fuera del horario de visita, puedo permitirte pasar unos minutos a verlo, Haz.— Sonrió. —Pero, a cambio, debes contarme quién es. Me pica la curiosidad, Styles.

No estaba preparado para verlo. Necesitaba, quizá, un año o más de preparación mental para entrar a la habitación y encontrarme con él.

—¿Harry, sigues en el planeta tierra? — Alzó la ceja.—¿Quién es el que está allí adentro, Haz?

—No sé.— Mentí. Zayn rió ante mis palabras y luego de soltarme, se metió a la habitación para revisar que todo estuviese bien. Dejó un poco abierta la puerta, por lo que pude espiar. Era él, era mi bebé. Ni bien el chico volvió a salir, lo tomé del brazo, llamando su atención.— ¿Qué le ocurrió?

—¿Por qué te importa tanto, Harry? Has dicho que no lo conoces.

—N-Necesito que me digas, Zayn.— Lo solté de a poco. — Por favor.

—¿Me dirás por qué te importa tanto? — Tragué en seco al oír aquella pregunta. — Lo atacó su pareja. — Soltó y luego se dio la vuelta alejándose de mí.

—Hace cuatro años, él era mi novio.— Miré hacia el piso, ignorando la mirada sorprendida de mi mejor amigo.— Se fue del país y ahí quedó. Nunca me enteré que él estaba de regreso en Londres y menos que estaba con su novio.

Sin darme cuenta, tenía sus brazos rodeando mi cuerpo con fuerza. Dejé que me sostuviera y luego comencé a llorar.

—Harry, debes entrar y arreglar todo. — Murmuró contra mi oído. — Están los dos rotos. Trata de reparar sus alas, y te aseguro que él reparara las tuyas. Así ambos saldrán volando juntos.

Reí vagamente al oír lo que proponía el hombre frente a mí. Era inútil desperdiciar tiempo tratando de arreglar una línea rota. Cuatro años de tristeza me habían dejado muy en claro quienes realmente te querían lo suficiente como para estar pendientes de tu salud, y él no había sido parte del pequeño círculo de personas preocupadas por mí. No, había estado pasándola de diez allá en Australia, había hecho amigos que, hasta de lejos, parecían ser demasiado agradables. Se egresó del secundario con honores, e ingresó a la universidad de medicina con una beca por su alto promedio en los exámenes de ingreso.

Claro, y yo, me había egresado con un promedio de apenas cinco en la facultad de arquitectura pero al fin y al cabo no necesitaba un diez para saber que si te arruinas la vida, eso es todo y no hay forma de solucionarlo.

Él era perfectamente perfecto, y yo perfectamente imperfecto. Pero podía seguir con mi vida así, tatuándome todo el cuerpo mientras que a la noche salía a fiestas de personas que no conocía. No lo necesitaba, como tampoco él me necesitaba a mí.

—Él puede arreglar sus alas como y cuando quiera, por su cuenta. Yo ya estoy curado.— Le sonreí a desgana.

—El alcohol no es una cura. Él no tiene la culpa de esto, Harry .— Me tomó de los hombros en cuanto trate de irme.—Él no tiene la culpa de haber creído que venir aquí, lejos de su familia, con su novio sería la mejor opción. Él no sabía que esto iba a pasar. Quizá nunca pensó que volvería a verte. Quizá, tan solo quizá, pensó que estabas bien sin él. No cometas el error de creer lo mismo. Tal vez pensó que la consideraste un simple flechazo y por eso no regresó por ti.— No contesté.—¿Crees en el destino, Haz

—¿Qué mierda tiene que ver esa otra mierda aquí?

—¿Por qué hoy tú estabas aquí, en busca de tu padre, cuando él siempre se va solo? ¿Por qué justo hoy el novio de aquel chico — señaló la puerta de la habitación.— tuvo que golpearlo hasta llegar al punto de que tuviera que venir aquí? Te recuerdo, por si te has olvidado, que hay otros hospitales en Londres. Pero él está en este, donde tú también estás.

—Casualidad. — Respondí sin ganas de discutir aquella loca teoría.

—¡No es casualidad, Harry! — Golpeó suavemente mi cabeza.— ¡Alguien allá arriba quiere que estés con él o que al menos arreglen las cosas! ¡No seas tan imbécil!

—No entraré allí. Tampoco él sabrá que estuve por aquí. —

—Si tú no entras y le hablas, entraré yo y le diré que su querido y estúpido ex novio Harry Styles ha estado aquí, desde las once de la noche esperando que todo estuviese bien.

Zayn se fue, dejándome completamente solo entre las paredes blancas.

Mis converse comenzaban a molestarme lo suficiente como para querer revolearlas por allí. Volví a caminar, pasando por el asiento en el que estuve, y ni bien llegue a la entrada, Zayn me interrumpió.

—Que no se te olvide la campera.— Me di vuelta y vi entre sus dedos la campera negra que había tomado "prestada" del clóset de Niall hacia unos años atrás. 

Brisa de Invierno |NARRY|Where stories live. Discover now