Chocolate freckles [Changlix]

XIII

Desde el día en el cual ambos se confesaron, Minho estaba actuando bastante raro (aún más de lo usual y no en el buen sentido de la palabra, a pesar de que Jisung preguntaba qué eran o qué rayos serían, jamás obtenía respuesta alguna; y eso lo consumía y desesperaba pero sobretodo le dolía no saber qué pasaba y cómo detenerlo).

Aveces Minho parecía ser bastante distante y en otros, parecía solamente sonrojarse y actuaba bastante lindo y tierno (cosa que no pasaba desapercibida por Jisung y su corazón que se aceleraba y lo hacía querer besarlo repetidas veces).

Jisung estaba tan extrañado con su comportamiento (pero intentaba no estarlo). Aunque tampoco era como sí le molestará, a él le gustaba y lo quería tal y cómo era pero aveces se preguntaba sí había alguna razón por la que no podía demostrarlo cómo quería y enfrente de quién quisiera y como se le diera la gana.

Minho solía mencionar bastante a Seungmin, y Jisung no podía entender el porqué importaba otra persona en algo que era de ellos dos solamente.

"No importa, no es como sí tú debieras saber" era la respuesta de Minho cada vez que le preguntaba sí Seungmin significaba algo o el porqué de las repeticiones constantes que hacía, e intentaba hacerle caso pero resultaba difícil cuando él era quien principalmente lo mencionaba de un momento a otro y al mismo instante; cortaba el tema de la conversación y se hacía el distraído cuando quería volver a tratar de sacarlo.

"¿Esto es un problema de ambos?" Le pregunto un día después, cuando Minho se estaba comportando muy distante y parecía estar apunto de llorar y él parecía no ayudar en nada.

"No, no, es mío, no tienes que preocuparte, ¿Sí?" Le susurró en medio de la biblioteca y mordiendo su labio y sin siquiera dignarse a verlo a los ojos directamente.

Jisung habría querido decirle que era su problema también. Sí algo te afecta a ti, también es algo que me afecta a mí.

"¿Estarás bien?" Optó por preguntarle, mientras tomaba su mano y enrollaba sus dedos contra los suyos en un intento fallido por hacerlo sentir mejor.

"¿Acaso me veo fatal?" Murmuró, riéndose tímidamente y negando, no alejó sus manos y Jisung se preguntó a sí mismo sí era algo bueno o no.

"No, siempre luces hermoso, creo que no hay día en el que te veas mal" Minho asintió y su cabello se colocó en su frente con su movimiento leve y delicado.

Cuando Minho llevaba lentes (cosa que pasaba muy raramente), se veía más adulto de lo normal y como sí hubiera una gran barrera entre ellos dos. Quizás eso se debía a que ambos no eran de la misma edad y sus clases tan diferentes que incluso estar cerca de él; parecía algo de otro mundo.

Jisung solía sentirse un niño a su lado, es decir, ellos sólo tenían dos años de diferencia pero la mayoría del tiempo era como sí no existiera ese detalle.

Pero, en momentos así, Jisung se preguntaba sí era importante. Quizá, sí fuera de su edad o incluso un poco mayor (como su ex novio); podría entender mejor qué clase de pensamientos pasaban por su cabeza y lo atormentaban.

Quizá de esa forma, Minho vendría corriendo a él para pedirle ayuda o sacar todo lo que lo dañaba. Y no terminaría por enterarse cuando toda la tormenta acabó.

Jisung suspiro y se acomodó contra la mesa de la biblioteca, apoyo su rostro ahí y nunca dejó de acariciar la mano de Minho.

Su contacto, era tibio y agradable y le daba una sensación de tranquilidad que llevaba buscando durante tanto tiempo y se sentía tan especial.

Minho era un omega, y era uno muy bello, podría quedarse horas mirándolo fijamente y nunca se sentiría fastidiado. Era como ver arte (por eso siempre se perdía en él, y se preguntaba qué clase de magia o bendición recibió para tenerlo a su lado y ser correspondido).