XVI

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Probablemente; sí los padres de ChangBin lo vieran ahora, estarían altamente decepcionados o en cualquier caso; le darían un golpe en la cabeza y le dirían que era un tonto por traer a un bonito omega a su casa para terminar estampando su bonito cuerpo contra una puerta de madera fría y fea.

Rayos.

También podía imaginarse a sí mismo (una versión de un año atrás), mirándolo fijamente y diciéndole que era un estúpido porque ese no era él, no, no lo era.

Pero es que, el tan sólo hecho de haber visto a su pequeño omega corriendo y topando contrato él, fue suficiente para ponerlo alerta.

Pero cuando vio sus bonitos ojos inundados de lágrimas; se preguntó sí había hecho algo malo o sucedió algo que lo lastimó.

Sin embargo, toda preocupación desapareció cuando un aroma llegó a él. Lo idéntico rápidamente porque veía del cuerpo del omega y se sintió fastiadado.

Su primera reacción fue querer destruir a aquel que le puso una mano encima a su dulzura. Pero luego recordó que ellos, literalmente, no era nada y tampoco tenía en cuenta qué había sucedido así que no podía ir con cualquiera y lanzarle un golpe.

Luego, se sintió un estúpido porque sólo estaba ahí, viendo cómo Felix se inundaba en llanto y su rostro quedaba rojo, y fue consciente de que estaban en medio del colegio y a la hora de la salida.

Suspiró y en un intento vago tomó la mano de Felix para salir de ahí.

La molestia seguía y seguía, una y otra vez.

Su parte irracional quería tirar a Felix contra algún lugar y hacerle hablar, luego besarle todo el rostro y estampar sus labios contra su cuello para dejar alguna marca; para que quienes lo vieran e intentarán acercarse, fueran conscientes de que Felix tenía un dueño y no estaba libre. También, quería apretarlo contra él y dejarle su aroma, se imaginaba al omega con su aroma y se sentía enormemente gustoso.

Pero su parte pensante (la cual era una cosa insignificante en estos momentos), le decía que no debería de alterarse y buscar una explicación cuando se encontraba enfadado porque nada bueno saldría de ahí.

Incluso el mismo estaba consciente de que podría hacer llorar más al omega y en todo caso; le daría miedo.

ChangBin no se reconocía a sí mismo. No lo hacía ni tampoco ahora mismo. No se sentía como él, no era el mismo chico al que todo le daba igual y todos esos temas del amor y los omegas le parecían absurdos ni tampoco era lo que juro que sería hasta el fin de sus días.

Todavía recordaba sus charlas con los chicos y las constantes burlas de los demás hacía su desinteresada actitud y forma de interactuar con los demás.

También recuerda la manera tan modesta en la que no le importo aquellos chismes de un bonito chico que llegó al colegio por parte de Jisung y ahora resultaba que ChangBin estaba ahí, con tremenda criatura bella.

Seguro y su hermana aprovecharía para burlarse sí estuviera enterada de la situación.

ChangBin no podía recordar con exactitud en qué momento cayó rendido por Felix.

Quizá todo el tiempo lo estuvo.

Quizá lo estaba esperando desde el momento en que nació, a lo mejor el propio destino los había unido desde que nacieron (pero sonaba muy curso decirlo de esa forma y era como apegarse a aquellas historias que sus padres le contaban y en el colegio les decían cuando eran unos mocosos), y ChangBin nunca estuvo seguro de cuán cierto podría ser eso.

Algunas veces creía que era cierto, antes de conocer a Felix; pensaba que podría ocurrir.

Cuando intentaba buscar un sentido al porqué Jisung solamente tenía ojos para Minho y el porqué soportaba tremendo dolor; se cuestionaba sí era posible que un lazo superior los uniera.

Chocolate freckles [Changlix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora