Capítulo 8: Más allá de la oscuridad

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Era de noche ya, y la luna podía verse a la distancia en el cielo perfectamente redonda, pero Amelia no la veía solo recorría las tumbas en silencio, atrás de ella la seguía cuidadosamente Bruno, la miraba con intriga y quería llenarla de preguntas, pero no podía, algo no detenía, el no pretendía incomodarla recién acababa de llegar y tenía que dejar que tomara aire, Amelia se detuvo de repente al instante Bruno hizo lo mismo.

- Esta es nueva, mira la tierra aún esta movida y no hay lapidas solo este pequeño pedazo de madera - al hablar se arrodillo en el pasto y acaricio el piso se sorprendió porque podía sentirlo - aún puedo sentir mi tacto, esto muy raro

- Es normal, los fantasmas podemos mover cosas, sentirlas como dices, pero también podemos atravesarlas, es como pertenecer a dos...

- A dos mundos - Amelia completo la frase y al hacerlo se miraron, Amelia se puso de pie alejándose un poco de las tumbas - no sé porque siento que te conozco

Se escucharon ruidos a la entrada del cementerio como pasos lentos pero pesados, sollozos que cada vez se hacen más fuertes, ven a una chica de cabello oscuro brillante entrar, Bruno toma la mano de Amelia para dirigirse a la mansión pero ella se detiene en el camino y a pocos metros casi 4 observa a la chica de ojos cafés llenos de lágrimas que se arrodilla justo es la tumba que ella miraba. La chica pone una de las dos flores que tenía y luego mira a la derecha y coloca la otra en la tumba de alado que parece también haber sido muy reciente. Bruno con la cabeza le indica que se vayan pero algo detiene a Amelia cuando va a hacerlo.

- Te extraño Amelia, te extraño amiga - algo en el fantasma de ojos verdes se paraliza, camina hasta la chica deseando que la vea

Carolina siente algo, levanta lentamente su ojos y su corazón se detiene al ver una figura fantasmal con el rostro de Amelia, cierra los ojos y se los fregar fuerte, en ese momento Lucía aparece y se los lleva a los dos, cuando Carolina vuelve a mirar no la ve, pero sabe que la vio, algo en ella le dice que fue real. Sus lágrimas se detuvieron, miro a su alrededor y salió del cementerio al llegar a la puerta cayo de golpe al piso, sus rodillas dolían, sus ojos se mojaron de nuevo, con furia se quitó el agua del rostro, se puso de pie y comenzó a caminar, sin saber a dónde.

Franco iba en moto cuando vio a su amiga perdida en la calle oscura se detuvo y la llamo pero esta no le prestó atención, de echo ni siquiera lo escucho por estar perdida en sus pensamientos. El ojiazul detuvo su moto y corrió poniendo su mano en el hombro izquierdo y volteándola, al verla se asunto, tenía los ojos rojos de tanto llorar, su rostro estaba colorado, no dejaba de respirar agitadamente.

- Caro ¿Qué te pasa? - la chica miro a los ojos de su amigo y se dio cuenta de quien estaba frente a ella, lo abrazo con una fuerza tan débil que apenas podía mantenerla de pie, el toco su frente y se dio cuenta de que estaba volando de fiebre - te voy a llevar a tu casa, ven - dijo tomando su mano, ambos subieron a la moto y se fueron

- Ahora si quiero saber qué demonios hacías en la calle a estas horas de la noche sola, no podes hacer esto, Caro ¿De dónde venias? Respóndeme ¿Dónde estabas? - pregunto después de recostarla en el sofá y esperar a que la fiebre se le pasara al terminar de tomar un té de tilo, ella aún no había hablado

- Venia del cementerio - respondió mirándolo de reojo, sin expresión alguna

- ¡Pero vos estás loca, como se te ocurre ir al cementerio a esta hora y en esas condiciones! Explícame que hacías ahí - Franco grito llevándose las manos a la cabeza, enojado con su amiga

- Tengo que contarte algo, sobre Amelia - dijo poniendo al fin una sonrisa en su rostro, miro a su amigo desde el sillón, él estaba justo frente a ella mirándola con una cara realmente molesta

- No quiero saber nada sobre eso - puso su manos en el bolsillo mirando a otro lado

- Pero necesito contarte de Amelia, cuando estaba en su tumba junto a la de Bruno, sentí algo muy fuerte...

- No me importa, puedes terminar con ese tema - su amigo no la deja terminar y grita

- Pero esto es importante, por favor escúchame - se pone de pie frente a el - lo que sentí fue real, Amelia, ella, tiene que haber una razón

- ¡No voy a seguir escuchando, se cerró ese tema, ellos ya están muertos, Carolina basta! - la chica del cabello castaño comienza a llorar

- Franco - coloca sus manos sobre sus brazos, este se quita de su agarre con brusquedad

- Basta Carolina - le grita más fuerte, tanto que Carolina hace un paso hacia atrás, Franco luego se da la vuelta para salir por la puerta, ella lo sigue y lo ve irse en su moto

Nunca había visto a su amigo tan enojado, se sentía muy mal, algo dentro de ella se rompía, las lágrimas empapaban su rostro ardiendo con la imagen de Amelia frente a ella, mirándola con esos ojos verdes esperanza que le recordaban a esas tardes comiendo pasteles de crema con frutillas tan rojas como la sangre que quemaba su cuerpo en estos momentos, sabía que había sido real, pero dolía que su amigo de toda la vida no la escuchara en algo tan importante, porque le hacía esto cuando ella siempre estuvo para él. Lo que sentía no la dejo dormir esa noche, sabía que más allá de la oscuridad la luz de Amelia seguía latiendo en cada rincón, no estaba loca, su ausencia pesaba mucho pero sus ojos lo le mentirían.

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Capítulo ochosito ahre

Bueno espero les guste...

Si quieren pueden dejarme una estrellita... ES GRATIS...

Les agradezco mucho por leer...

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Besos y Abrazos...

Carlita DAG

PD:(disculpen los errores ortográficos jeje)

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